Un medio noticioso sin
anuncios no puede existir. Punto. Así es el sistema en las supuestas
democracias porque a diferencia de los países con sistemas totalitarios donde
los gobiernos producen los medios y controlan el contenido informativo, se
supone que en lugares como el nuestro, los anunciantes son los que permiten la
permanencia de los medios de comunicación con su apoyo económico. Se supone que
sea así, aunque la historia en Puerto Rico demuestra que muchos de los medios
noticiosos viven de las ayudas del gobierno ya sea a través de pautas
publicitarias, exenciones contributivas o fondos especiales para empleos.
Por eso es que al ver
movimientos como los que se vivieron este fin de semana en una nueva propuesta
informativa, la emisora NotiLuz 740, no es de extrañarse que lo que yace detrás
de todo es la falta de dinero para sostener la operación. Y ante la falta de
dinero, cualquier cosa, incluyendo los intentos por “suavizar la línea
editorial”, es posible.
De hecho, esa fue una de las
alegaciones que hizo el ex presidente de NotiLuz, Ray Cruz a varios medios
locales como NotiCel, Primera Hora y El Nuevo Día. Cruz alegó que fue sacado de
su puesto por su socio, Pedro Ortiz Justinano, porque descubrió un fraude en la
operación del medio y porque hubo una movida del secretario de la Gobernación
Marcos Rodríguez Ema por acallar a la estación a cambio de pautas de publicidad
del Partido Nuevo Progresista. Rodríguez Ema lo negó, aunque no sería la
primera vez que este tipo de situación sucede en un medio en el país.