Tuesday, May 31, 2011
Héroes y antihéroes en los medios
José Juan Barea y Antonio Soto, alias “El Chuchin”. Parecen nombres que no se relacionan entre sí, pero, con mirar las noticias que difunden los medios noticiosos en esta semana, notamos que hay un elemento común, una especie de hilo conductor que los une inexorablemente: pertenecen a la lista de los que hacen la noticia porque son noticia. Son algunos de nuestros ‘héroes’ o ‘antihéroes’.
Son las algunas de las personalidades que exaltamos en los medios noticiosos y porque generan fascinación tanto entre periodistas como entre el público televidente, lector, radioescucha o cibernauta, por hazañas diversas.
Barea ha mantenido a los puertorriqueños pendientes a la final de la NBA, ofreciendo una dosis de noticia positiva que tanta falta hace. Pero esta tendencia no es nueva. Lo mismo lo fue en su momento Félix “Tito” Trinidad, Wilfredo Gómez y tantos otros destacados atletas del patio.
Son esos los verdaderos héroes que necesitan la prensa para vender sus periódicos y la televisión para mantener sus ratings. También son los que logran alegrar la mente del público de a pie, del que no tiene trabajo o el que la crisis económica lo tiene trasquilado. Sus proezas en el baloncesto son indiscutibles, pero me pregunto, ¿se le hará un recibimiento con caravanas como se le hacían a Tito Trinidad? ¿Verdad que hace falta esta noticia porque hace tiempo que en Puerto Rico no hay uno de esos eventos?
Mientras que también llega el Chuchin. El senador, como en su momento lo fue ex alcalde de Cataño, El Amolao y el incumbente de Canóvanas, Chemo Jones (Chemo Soto), son figuras que vienen a la política más que nada a divertir, cuando en realidad lo que dan es rabia. Divierten y mantienen a la gente enajenada con sus sandeces hasta que meten la pata como le pasó hoy al Chuchín cuando admitió en vivo por radio, que le regalaron un lujoso auto Bentley, pero luego dijo que era de él y cuando se dio cuenta de la cantidad de violaciones de ley, dijo que lo piensa devolver.
¿Exalta la prensa a ambas figuras? Se supone que un héroe sea un paladín. Un ídolo. Alguien glorioso o insigne. Sin mucha duda, Barea llena esos requisitos. El Chuchin, por su parte, es más bien un antihéroe. En el folclore que ciertos medios noticiosos locales quiere destacar, se le ha dado tanto realce al Cuchín que se hace difícil hacer una fiscalización efectiva de sus ejecutorias, porque siempre que se piensa en él, llega a la mente la idea del relajo. Un chiste. El senador se presentó como adivino, espiritista y brujo, un ser con su propia escala de valores, pero que ahora tiene que responder a las dudas sobre su proceder.
En ese sentido, la prensa tiene un rol importante en la forma en que el público mira a los objetos de la noticia. Ya sea sutilmente o poderosamente, es la prensa y son los medios noticiosos los que definen la manera en que el público forma su visión de mundo.
Estudiosos de la comunicación a nivel internacional, así como los más acérrimos críticos del periodismo, coinciden en que la prensa tiene una tendencia liberal, pero que casi siempre se centran en malas noticias. Los accidentes, los crímenes, el conflicto y el escándalo son interesantes. La normalidad aburre. Y en un mundo de conexiones ilimitadas, en donde las redes sociales cambian la forma de pensar de muchos en segundos, los medios pueden también desinformar. Pueden crear un público suspicaz, temeroso y cínico. Quizás por eso es que se ha perdido la confianza en instituciones, se repudia el pasado, o se duda de que podamos lograr progreso como pueblo.
¿Se debe culpar a la prensa por darle al Chuchín un “standing”, de darle cobertura y difusión como a Barea? ¿O debe la prensa ignorar al senador y centrarse sólo en el baloncelista?
Es fácil generalizar y acusar al periodista de darle foro o de crear héroes de los que son todo lo opuesto. Sin embargo, la prensa tiene que reportar lo que pasa.
Así como no podemos culpar exclusivamente a los maestros por el poco rendimiento de estudiantes, ya que eso también responde a la negligencia de los padres, la falta de infraestructura en los planteles y la desigualdad social, tampoco podemos acusar a la prensa de generar el malestar del país. Los periodistas no son responsables de los satélites, o la fibra óptica, o los inventos que hacen posible la información instantánea. Los periodistas no causaron la revolución sexual. Ellos no inventaron cultos ni chismes famosos. Ni crean a líderes que se portan mal y nos fallaron.
La prensa tiene que relatar las noticias tal y como acontecen. Sean buenas o sean malas.
Más allá de crear héroes o antihéroes, la prensa lo que nos presenta es un retrato de nuestro mundo y nuestro país. Queda en nosotros, el público, comparar, exigir y analizar si las figuras que hacen la noticia merecen en realidad convertirse en nuestros héroes o sencillamente, son lo contrario.
Friday, May 27, 2011
Rivera Schatz vs El Nuevo Día… ¿quién gana?
Publicado en 80 Grados.net
La ola de controversia pública que viene gestándose en los últimos días con la polémica entre el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, y el periódico El Nuevo Día y sus dueños -el grupo Ferré Rangel- cobró esta semana visos de convertirse en un tsunami que amenaza con llevarse de por medio a muchas de las instituciones más poderosas en Puerto Rico.
La ola de controversia pública que viene gestándose en los últimos días con la polémica entre el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, y el periódico El Nuevo Día y sus dueños -el grupo Ferré Rangel- cobró esta semana visos de convertirse en un tsunami que amenaza con llevarse de por medio a muchas de las instituciones más poderosas en Puerto Rico.
El Puerto Rico del “such is life”
¡Esto es el colmo! Amanecí hoy con esa sensación de nauseas que se produce justo antes de vomitar. No. No es que algo que comí me cayó mal ni mucho menos que esté encinta. No. Las oleadas de asco las sentí desde temprano al ver primero la noticia de las dos jefas del gabinete de gobierno que se visten de Minga y Petraca para investigar el servicio público. Y luego, al ver la publicación donde, como dice su editora, se entrevistan a “los hijos del privilegio”… ¿Es ese el verdadero Puerto Rico? O más bien, ¿es ese el Puerto Rico del ‘such is life’?
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