La radio volvió a seducir a Puerto Rico.
Anunciantes, agencias de publicidad, otros medios y mucha gente la veían como
el medio obsoleto, pero a la hora de la verdad, resultó ser el más confiable. Cuando
no había ni periódicos, ni televisión, ni teléfonos ni Internet, sí había
radio. Así se conectó la gente. Tras el
paso del huracán se comprueba su importancia al punto que me atrevo decir que la
radio en Puerto Rico se puede evaluar con un antes y un después del huracán. Es
la radio “A.M. y D.M”.
A.M. - Antes de María predominaba la politiquería
en la banda AM y en la FM, música en formatos ochentosos. El grado de
estancamiento era de tal magnitud, que para esta misma fecha en el 2017 publicamos
un análisis titulado “Radio…Q.E.P.D.”
que molestó a muchos radiodifusores. Dijimos que la industria parecía
fosilizada porque perdían su ventaja competitiva de la inmediatez ante la competencia
de medios en la web y las redes sociales. Para colmo, las coberturas eran
incompletas, la exageración en la política, en la manipulación de temas y las “fake news” alejaban a audiencias y
anunciantes. Se conformaban con decir “digital” o tener cámaras en los estudios
que operan como si fueran de seguridad, sin interacción con el contenido que
salía al aire.
Como era de esperarse, ese análisis levantó
ronchas entre muchos radiodifusores porque a nadie le gusta que le canten las
verdades, y menos cuando están cómodos en su estancamiento. Pero todo cambió
con los vientos y la destrucción que trajo el huracán María.
D.M. – Después de María fue otra
historia. Se demostró quién estaba al día y quién tuvo que hacer ajustes en su
operación para mantener sus estaciones al aire. Prácticamente todas colapsaron,
algunas por varios meses, porque perdieron sus torres de transmisión, las
antenas, y algunos edificios se inundaron. La mayoría de las emisoras volvieron
al aire a las dos o tres semanas, algunas de manera intermitente, y otras
usando la banda FM. Al no haber electricidad ni telefonía estable en muchas
regiones, la gente recurrió a la radio para informarse y entretenerse.
El único medio que salvó vidas fue la radio. Las
sigue salvando cada vez que algún locutor o periodista usa su voz para clamar
por la ayuda a quien lo necesita. Por eso reafirmo sin ambages que, a ocho
meses del huracán, la radio se coronó como el medio principal en Puerto Rico.
Lo que hizo la radio
Puerto Rico empezó
a levantarse en gran medida porque las emisoras de radio ayudaron a
mantener a la ciudadanía informada, conectaron familias, dieron la voz de
alerta y evitaron tragedias mayores al decir al aire lo que ni siquiera las autoridades
sabían porque todo lo demás colapsó. No había teléfonos, muchos cuarteles de
la Policía y centros de Manejo de Emergencias quedaron inundados, no había internet
y lo único que sobrevivió fueron algunas
emisoras de radio.