En una sala, y no es de cine, hace dos días se
vio a un ex presidente de la Cámara enfrentando la justicia. Bajó su mirada apesadumbrado,
y lánguidamente parecía lamentarse. En ese momento, esas imágenes por la
televisión evocaban al personaje del burro en la película Shrek cuando cantaba “porque estoy solito”…. A la
hora de la verdad a Jaime Perelló lo dejaron solo. Solito con su abogado, José
Andreu Fuentes.
Porque estoy solito..
¿Dónde estaban sus amigos que ahora no se le
quieren pegar ni con una vara larga? ¿En qué lugar se escondieron esos
políticos y consortes a los que Perelló les dio poder, puestos y presupuestos
cuando regentaba en el Capitolio y por el PPD? ¿Dónde quedó esa lealtad del Partido Popular y
del ideal porque en el momento clave de la graduación en su doctorado en corrupción, no se dejaron ver? La actitud de
los populares es esconderse y no decir nada.
Thomas Rivera Schatz llevó en guagua a legisladores del PNP para apoyar a Héctor Martínez.
En el Partido Nuevo Progresista la actitud es
otra. Activan su “Party bus” y aunque sea obligado, están ahí. De la memoria colectiva jamás se
borrará lo que hizo Thomas Rivera Schatz cuando montó a 21 de los 22 senadores azules
en una guagua y fueron hasta el tribunal federal a apoyar a Héctor Martínez.
Norma Burgos, Roberto Arango, Lorna Soto, Eric Correa y muchos otros se
montaron por esa orden de TRS en apoyo a Martínez, quien después salió convicto
y en un segundo juicio, volvió a salir culpable.
Con los populares es otra cosa. Suelen
traicionarse y dejan al imputado solo. Es más, lo dejan solo si no es del combo
como le pasó a David Bernier en la campaña, que corrió prácticamente solo. Habrá
que preguntarse si era porque no lo querían o porque algunos sabían de los
traqueteos de sus panas del deporte y Patillas, Ramón Orta y Miguel Sosa.
La empresa LATIN
MEDIA HOUSE (LMH), que publica el periódico Caribbean Business,
despidió ayer a más de una veintena de empleados de todas sus oficinas
incluyendo a los presidentes de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico y
del Overseas Press Club, quienes laboraban como reporteros en el semanario de
negocios, según corroboró este blog En
Blanco y Negro con Sandra.
En lo que catalogaron como una “reestructuración”,
la empresa que sólo lleva unos tres años en el mercado de medios local,
determinó reducir el 25% de su plantilla de empleados. Destituyeron a los
veteranos periodistas Juan Hernández, presidente de la ASPPRO; Ángel Rodríguez
quien preside el OPC y a Ismael Torres. Despidieron además a todo el
departamento de mercadeo, a personal de tecnología, digital, diseño, a un
nutrido grupo en ventas, incluyendo vendedores, entre otros. Hasta ahora los
despedidos superan los 25 empleados y se comenta podrían aumentar a otra docena adicional entre hoy y mañana. Las cartas de despido se siguen recibiendo.
Esta sacudida en LMH coincide con el violento
despido 15 editores, jefes de secciones y departamentos y reconocidos
ejecutivos en la empresa GFR Media que
ocurrió hace apenas tres semanas. GFR Media publica El Nuevo Día, Primera Hora e Índice.
Tanto en LMH como en GFR Media, la mayoría de
los despidos corresponden a los ejecutivos y periodistas con vasta experiencia.
Preocupa también el momento en que ocurren, cuando en Puerto Rico se producen
muchas noticias debido a las determinaciones de la Junta de Control Fiscal, el
rol que ejercen ciertos funcionarios de la administración de Ricardo Rosselló
en algunas salas de redacción y a la escasez de periodistas.
Se supone que hoy en la tarde desfile por el
infame pasillo del Centro Judicial, el flamante ex presidente de la Cámara de
Representantes, Jaime Perelló, en la más reciente colación de grados académicos
en corrupción gubernamental y ciudadana.
Jaime Perelló
Perelló, como hizo el ex titular de Deportes
Ramón Orta la semana pasada, se unen a esa larga e infame lista de los macaracachimbas del sistema. Esos, que
en las últimas décadas han adornado las primeras planas de los periódicos no
por su trabajo, sino porque han robado hasta el último centavo de fondos
públicos, desfalcado al país y de paso, han hurtado las esperanzas colectivas de
que esto mejore. Son muchos los políticos y funcionarios de todos los partidos
que consiguen su Doctorado en Corrupción.
Algunos cursos que tomaron durante su
bachillerato incluían Payola 101, Amiguismo 102, Truco 202, Soborno 303 y
Malandrín 401. Ya en la maestría entraron al seminario de
Ramón Orta
Inversionismo
Político o al de Trampas usando el Fondo Electoral. ¿Y dónde hacían sus
prácticas? A nivel municipal, en agencias de gobierno y se coronaban en la
Legislatura. El que más se destacaba, podía aspirar al doctorado. Algunos tienen
un “Sin Honoris Causa” y muchos otros
lograron el “Daga Cum Laude”,
espetándoles la daga en el centro de la espalda a los ilusos electores
puertorriqueños que les comieron su cuento.
Claro, estos estudiantes siempre cuentan con
tutorías y mentorías especiales de expertos en el sector privado o personas de
afuera del gobierno que les explican cómo poner en práctica la teoría. Entre
estos mentores o tutores, caen los Anaudi Hernández y los Marcos Morell de la
vida, o los que vinieron de intercambio de otros lares como los Benjamín Wu o
los Cuqui Ventura de la vida. Cada color, cada época y cada partido tiene su
mentor especial.
Todos son amigos, parientes y panas de los
políticos pero cuando los agarran robando, nadie los recuerda. No importa que
en fotos o vídeos estén grabados para la posteridad abrazándose o bebiendo
juntos en los parties en las mansiones
como la de Anaudi en Aguadilla, o en los hoteles lujosos de la capital. Si el tutor
o mentor se calienta, al político le ataca rápido el alemán Alzheimer y se
olvidan de que le cachetearon bebelatas. Siempre es igual. Silencio. No lo
recuerdo.
Tampoco importa si cambiaron de bando. Así como
Jorge De Castro Font brincó de los populares al PNP antes de ser convicto y
cumplir prisión a nivel federal, uno de los siete acusados en el caso reciente
de Orta, Miguel Sosa, venía del PNP. Antes de trabajar en la
administración de García Padilla, a Sosa se le conocía por ser fiel en Coamo a
la entonces alcaldesa y hoy senadora Margarita Nolasco, e incluso aparece como
contribuyente a su campaña para el Senado. Todos vienen de la misma Corruption Academy aunque cambien de
concentración. Es que pasan de un lado a otro en un abrir y cerrar de ojos.
¿Y cuál es premio que le dan al que se gradúa?
Una estadía con todos los gastos pagos por el pueblo, en aire acondicionado y
tres comidas al día en la prisión federal, o puede que lo ubiquen por un tiempo
en Bayamón. Si tiene suerte, lo mandan confinado a su casa como pasó con dos o
tres de aquel esquema que montó Acevedo Vilá hace unos años y del que él salió
ileso. Ahora se la pasa brindando su “No culpable” con su vaso rojo.
(NOTA: Esta columna fue publicada posterioremente en NotiCel el 21 de junio de 2016 - http://www.noticel.com/blog/204533/toy-story.html )
Abre la primera escena de la película. Aparece
Ricardo Rosselló haciendo campaña. La cortan y viene otra escena. Aparece la
Junta de Control Fiscal. La imagen se disuelve a negro, y entonces sale la
imagen del Capitolio federal. Se escucha una voz potente en inglés en un “voice over” que parece ser leído por un
tipo Morgan Freeman o James Earl Jones, y regañando, le recuerda a la Junta que
actúe y ponga en cintura al gobierno de Puerto Rico: “Hay que empezar ya a
cortar gastos”. Esa voz omnipotente que es el Congreso recuerda que ellos son
los que mandan y que la Junta son meros empleados designados. ¿Cómo se llama la
película? Toy Story.
Nos hicieron creer que este cuatrienio sería “Born on the 4th of July” pero terminó
siendo una sequela de Toy Story. Es
como si entráramos a una sala de cine y nos cambiaron la película. Los
personajes son los mismos, pero en distintos roles, porque de eso es que se
trata y así mismo es como le comunican las cosas al pueblo. Nos cambiaron la
película y todavía no nos damos cuenta de que el mensaje dice una cosa, pero la
audiencia entiende otra bien distinta. Y si el mensaje está distorsionado, no
llega.
En la película de ese cuatrienio, se suponía
que el Gobernador fuera el personaje principal pero ese papel lo tiene quien
siempre lo tuvo pero que ya por fin lo dice abiertamente: el Congreso. Ya no le
importa descorrer el velo colonial y demostrar que son los dueños y señores del
territorio. Salieron del clóset de las apariencias que imponían el ELA y los cabilderos
populares por más de 50 años.Los otros
personajes más o menos quedan así:
Protagonistas:Congreso
de los Estados Unidos
Actriz principal:Laura
TaylorSwain, jueza federal de la
quiebra
Actores secundarios:Miembros
de la Junta de Control Fiscal: José B. Carrión III, Carlos “el Caco” García,
Ana Matosantos, Andrew Biggs, Arthur González, José González, David Skeel, y
Elías Sánchez
Actores de reparto:Natalie
Jaresko, Ramón Ruiz,
Jaime El Koury
Extra:Gobernador
Ricardo Rosselló
Espectadores:El
pueblo de Puerto Rico, que puede gritar, pero ni su voto cuenta.
Sí, Ricky Rosselló ha quedado relegado a un
papel de extra sin control real. No porque se lo merezca ni porque él lo
quiera. De hecho, es hasta injusto decirlo porque el Gobernador está ‘fajao’
trabajando y bajo unas condiciones peores a las que enfrentó su padre. El que
diga lo contrario, miente a la verdad. El problema es que tiene un serio
problema de comunicación aunque lo niegue. Y el peligro que tiene es que si
sigue así y no endereza, bien pronto le pasará como a su predecesor, Alejandro
García Padilla. No porque tenga incapacidad, sino porque no le van a creer lo
que dice.
Los medios se encargaron de crear el ambiente de circo, pero el juicio se declaró nulo ayer
Sexo, Bill Cosby y prensa. Bill Cosby, sexo y prensa. Prensa,
Cosby, Sexo. Sea cual sea, la realidad es una sola y es ineludible.Su nombre ya no se asociará a la comedia ni
será la figura cimera que abrió tantas brechas o dio oportunidades para tantos
negros, latinos, judíos, musulmanes y otras minorías en los medios de
comunicación en los Estados Unidos. Siempre se hablará de Cosby, el sexo y la
gran cobertura noticiosa que ha generado.
Es que no todos los días cae un héroe. Por eso
es que para muchos toma por sorpresa la determinación de hoy de que el juicio
por abuso sexual en su contra fue declarado nulo. La imagen de esta figura
mediática de la nación americana siempre estará manchada porque el caso fue
grande. 60 mujeres lo acusaron de violación. La noticia fue portada en
incontables medios y él perdió oportunidades, le cancelaron giras y programas. Se
convirtió en la burla incluso de muchos negros a los que él mismo les abrió las
puertas.
Los medios y la excesiva cobertura noticiosa generaron
todo un ambiente de polarización en su contra. En las redes sociales las
mujeres le llaman violador y abusador. Todas las actrices que él descubrió y
les abrió oportunidades le dieron la espalda, con excepción de la que hacía de su
hija “Rudy
Huxtable”, Keshia Knight Pulliam,
en la serie The Cosby Show, quien lo acompañó al juicio.
Fue acusado, sentenciado y crucificado en la
corte de la opinión pública. Lo acribillaron en las redes sociales, pero el
juicio se declaró nulo. ¿Por qué? Porque una cosa es lo que se comenta en los
medios o se fomenta por grupos de personas, a veces promovido por publicistas,
abogados y feministas como pasó en este caso, y otra, lo que hicieron los
abogados de defensa con todo su mollero económico, y quizás, evidencia. Es
decir, una cosa es lo que se especula y otra lo que se presenta en la corte y
convence al jurado. Ahí es que se distinguen las cosas.
Hace cuatro años Puerto Rico pudo haber sido
pionero en la leyes que protegían a los menores de ser hostigados por las redes
sociales y por Internet, pero como siempre, nos quedamos atrás. Aún con el
apoyo del FBI, de ICE y de WAPA Televisión,
no pasó nada. Hoy, cuando todos los medios locales cubren la noticia de una joven
que fue convicta
en Massachusetts por incitar por mensaje
de texto a que su novio de tan sólo 17 años se suicidara, recordé que aquí
se reacciona cuando suceden las cosas en vez de prevenir para evitar que pasen.
En el 2013 cuando ayudé a montar el programa de
televisión Lo Sé Todo, mi rol no era allí nunca fue el chisme ni el
entretenimiento pero sí las investigaciones. Como jefa de la Unidad de
Investigación, advine en conocimiento de un caso de un prestigioso y exclusivo colegio
de señoritas en la capital en el que una serie de adolescentes comenzaron a
difamar amigas por redes sociales y a publicar fotos fumando, en poses
sugestivas o pornográficas, de estas menores.
Investigué y corroboré el patrón que desencadenó
en que una estudiante fuera hostigada. La menor intentó privarse de la vida
cuando compañeras de su salón y jóvenes de otros colegios comenzaron a hacerle
burlas a nivel cibernético. Decidimos hacer la denuncia pública porque, según
las autoridades, la práctica era bien común en diversas escuelas privadas y públicas
en el país. Además, en este caso, la prueba fue tan fuerte que tuvimos que alertar
a las autoridades estatales y federales en el proceso, ya que se trataba de
menores de edad.
Lo más crucial de toda la investigación fue
descubrir que en Puerto Rico no existía un protocolo uniforme para proteger a
los menores - en realidad a nadie – del acoso cibernético.
Fue ahí cuando acudí a la persona más experta
que conozco del tema, que es la licenciada
Julizzette Colón Bilbraut, pionera en el campo de las redes sociales en el
país y amiga de muchos años. Públicamente digo que Julizzette entendió la
situación y me hizo comprender la gravedad. Incluso, fue fundamental en que
tanto la producción de Lo Se Todo como Wapa Televisión por completo
comprendieran que tenían que hacer algo.
Generosamente, y con su pericia con tantos años
como abogada, preparó un abarcador anteproyecto de ley que tipificaba como
delito grave todo patrón de acoso por medios electrónicos, con el propósito de
otorgar las medidas punitivas necesarias para radicar cargos contra los
acosadores. Julizzette trabajó ese proyecto ad honorem, porque quería aportar
al país entendiendo la gravedad del asunto y porque es pionera en el campo y
sabía que estos casos iban a proliferar.
Frankie Jay, Julizzette Colón Bilbraut, Joe Ramos, Sandra Rodríguez Cotto, Eduardo Bhatia, director de ICE
El proyecto en realidad establecía toda una política
pública porque contenía un importante componente educativo para enseñar a
los niños la prevención de estos males desde el cuarto grado, así como para
incluir adiestramientos obligatorios a empleados de agencias gubernamentales y
a las personas beneficiarias de ayudas gubernamentales, particularmente los envejecientes.
Wapa Televisión, y su gerencia, particularmente
Joe Ramos y Jimmy Arteaga, apoyaron la gestión en todo momento y el
anteproyecto se presentó en rueda de prensa en el canal. En la conferencia de
prensa nos acompañaron representantes de varias agencias federales como el FBI,
Homeland Security y el director de ICE, así como de la Unidad de Crímenes
Cibernéticos de la Policía.
Además estuvo presente el entonces presidente
del Senado, Eduardo Bhatia, quien se comprometió a presentar la medida. La
medida finalmente fue presentada por éste y por Luis Vega Ramos, pero recibió tantas
enmiendas, que en el proceso legislativo se aguó. El enfoque en aquel momento
era proteger el caso de una hija de un alcalde víctima de extorsión cibernética,
en vez de hacer una política más amplia.
Recuerdo que mi querido amigo, q.e.p.d. Topi
Mamery, me obligó a salir en cámara durante la transmisión del programa (ver vídeo
adjunto) y yo no quería hacerlo pero insistió para que estuviera todo el grupo
junto, y yo acepté. Días después Wapa Televisión inició una campaña de servicio
público en contra del bullying en la que participaron casi todos sus talentos,
y donó el tiempo al aire para llevar mensajes a la comunidad. O sea, todos
tratamos de hacer nuestra parte, pero el gobierno nos falló.
Hoy, 16 de junio de 2017, poco más de cuatro años
han pasado desde que Julizzette trabajó ese proyecto y donó su esfuerzo. Cuatro
largos años han pasado desde que Wapa Televisión donó todo el tiempo y apoyó la
causa. Cuatro largos años han pasado desde que investigué el caso y aquella
estudiante de ese famoso colegio de la capital fue víctima del acoso de los niños
de la alta sociedad puertorriqueña, pero todo sigue igual. ¿Hasta cuándo
tendremos que esperar a que se haga algo? ¿Hasta cuándo?
(NOTA: Esta columna fue publicada originalmente en NotiCel el 14 de junio de 2017 http://www.noticel.com/blog/204238/mirandonos-el-ombligo.html )
Mientras nos entretienen con el plebiscito, el
supuesto boicot, o con la Casa Blanca pasando la papa caliente al Congreso, aquí
seguimos mirándonos el ombligo. Creemos que lo único que importa ese este terreno
de casi 100 por 35, como si el resto del mundo no estuviera moviéndose y en
crisis. Basta sólo mirar y moverse para darse cuenta que no estamos tan mal
como pensamos. Hay otros peores.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de volver
a visitar una decena de países de Europa y fue realmente una gran lección de
perspectiva. Cuando me monté en el avión
todavía creía que iba a ver la Europa que dejé hace unos años: majestuosa y señorial.
Y ciertamente fue así fue en muchas partes, pero en otras fue todo lo opuesto. Cuando salí del aeropuerto y empecé a pasar
por algunas avenidas conocidas en famosas ciudades pensé que estaba transitando
por la Avenida Borinquen del Barrio Obrero. Lo primero que me vino a la mente
fue “coño, no estamos tan mal como lo que estoy viendo”.
Claro que allá en Europa hay mucha modernidad,
pero también mucho atraso. Mucho más que aquí. Fue en ese momento en que me
dije que el sistema en Puerto Rico, y en gran medida, nuestros políticos y los
mismos medios de comunicación, nos hacen a todos pensar que estamos mal porque
lo más fácil es mantenernos mirándonos el ombligo. Nos ahogamos en nuestro
propio pesar.
Cerrando hoy los colegios de votación, los
estadistas reclamaron que ganaron el plebiscito de estatus pero la verdad fue
que se “escracharon”. Mediáticamente no lograron lo que pintaron.
Dijeron que moverían gente, hicieron todo para
que venciera la estadidad, se gastaron millones en pautas, y desde por la mañana,
contrataron a las tres principales cadenas de radio de San Juan para movilizar
a la gente, pero los centros de votación estaban vacíos. La participación fue
baja. Sólo un 22%. Pero el gran perdedor no fue el Partido Nuevo Progresista ni
la estadidad. Fueron las cadenas de radio WKAQ, NotiUno y Wapa Radio, y los
periódicos El Nuevo Día y El Vocero. ¿Por qué? Porque como siempre decimos En Blanco y Negro con Sandra, Puerto Rico no es San Juan.
Desde hace más de cinco años en este espacio y en
las columnas de consumo de medios, hemos venido señalando una tendencia de cómo
el público se está moviendo a apoyar los medios fuera de la zona metropolitana
porque responden más directamente a sus necesidades. Es en esas zonas, irónicamente,
en donde por tradición siempre hay mayor participación de votantes.
Los cambios demográficos, la emigración y la
economía también han hecho que el público sea más selectivo con el medio que consume,
y esto es bien particular en las audiencias de la radio y en ciertos periódicos
regionales. Sin embargo, las agencias de
publicidad y muchos anunciantes grandes de la capital insisten en seguir
pautado anuncios de manera tradicional en los medios corporativos de San Juan, sin
tomar en consideración que las audiencias ya no los respaldan y se ha demostrado
que estos medios no tienen el dominio que reclaman.