Periodista independiente en Puerto Rico

Friday, March 22, 2024

Lamento Borincano o su facsímil razonable (Opinión)

 Relatos de una noche calurosa y húmeda en Borinquen o su facsímil razonable, en tres actos


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Acto #1:

“El amiguismo y la corrupción nos arropan en esta bella isla. Sus efectos se hacen sentir”.

Algunos se dejan utilizar. ¿Para qué propósitos? No sabemos. El poder corrompe. No podemos seguir en este camino de autodestrucción.

Los políticos de turno y sus “minions” piensan en su única prioridad, que es perpetuarse. Utilizan herramientas para favorecer a unos pocos. No a todos. Evidente. Triste.

Sus focas, contratistas o amigos del alma, les aplauden todo. No ven lo malo. Todo lo bueno, para ellos. Es el sistema roto que vivimos aquí.

La negación a las cosas que nos afectan como la criminalidad, los apagones, los servicios mediocres, la infraestructura colapsante o colapsada, las drogas, la prostitución masculina y los incidentes a la mujer como las violaciones… Más agresiones en récords. Los asesinatos y las masacres. El voceteo y las corridas. Las playas tóxicas.

Acto #2:

Creen que lo mejor es entrar en negación. Sobreprometer. Insistir en una propaganda de que somos solo un lugar de ocio, limpio y tranquilo. Que brilla. Eso nos hace pausar, pues es algo tan lejos de nuestra realidad.

Piensan que si nos separan triunfarán. Usan ofertas de acceso y dinero para eso. Las obras pospuestas para el año de elecciones es injusto para una comunidad mal atendida. Riesgoso también. El historial reciente nos recuerda que la buena implementación requiere elementos evidentemente ausentes en todo proyecto, como la supervisión, o no aporta al efecto esperado. Al contrario. Provoca rechazo.

Las fórmulas históricas ya no están funcionando. Ellos, los del poder, viven en su burbuja y no se dan cuenta de eso. Y más que nada, existe una gran confusión a nuestra motivación de procurar cambios en las comunidades.

No hay ninguna otra agenda para nosotros que cuidar nuestro pueblo, hacer el bien, tener fe, vivir en la verdad y hacer que la justicia prevalezca siempre. Así de simple. Si cumplen, eso está bien. Lo celebramos. Si no cumplen, las consecuencias existen. El “ay bendito” se acabó. Basta ya.

Acto #3:

¿Y cómo se llama la obra? Eso queda a discreción de quien lo lea. Si me preguntan a mí, la llamaría “Lamento Borincano o su facsímil razonable”.

Epílogo:

Estos pensamientos no son un monólogo ni una obra. Fue una conversación cibernética con un querido amigo de una comunidad sanjuanera, que como yo, sufrimos el Puerto Rico de cada día.

Nos quejamos de los “cara de lechuga” que no entienden que fueron electos para servir a la comunidad. No admiten que son nuestros empleados y que la sociedad es su jefe. Así estamos. Nos lamentamos, pero hay que accionar. Vamo’ arriba.

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