Periodista independiente en Puerto Rico

Wednesday, May 22, 2013

El tema gay me cansa

Creo firmemente también que la lucha por la igualdad tiene que darse más allá del mundo gay.

 
Me dirán homofóbica, traidora e insolidaria, pero la verdad que el asunto gay ya me cansa. Me hartó, a decir verdad. Me cansé del ‘overkill’ mediático de este asunto con tantos otros temas importantes que se obvian en la opinión pública.
 
Bajo ningún concepto esa opinión significa que esté en contra de los gays. Por el contrario, soy y siempre he sido aliada. Para que conste, soy una de las primeras periodistas en este País en abrir brecha escribiendo del tema gay y en usar las siglas LGBTT (gay, lésbico, bisexual, transexual y transgénero) hace casi 20 años, contra muchas adversidades en la misma prensa local que hoy se presenta como liberal, pero que era profundamente conservadora. Por tanta lucha que pasé, tuve el honor de recibir el primer premio ‘Solidaridad’ que la Iglesia Cristo Sanador y organizaciones gay otorgan a personas y entidades que aportan al entendimiento y la tolerancia. Sé de lo que estoy hablando. Conozco al liderato histórico y combativo, al igual que al joven y actual. Sé de las penurias y vejámenes, pero como pasa con todos los extremos, a algunos se le ha ido de las manos y ya mucha gente se cansó.
 
Sé que muchos me criticarán por decir que el tema LGBTT ya hastía, viniendo de una persona como yo, que pertenezco a comunidades que históricamente han sido marginadas y vejadas como tantas otras. He sido discriminada por ser mujer, negra, gorda, divorciada, madre soltera, por vivir con personas con impedimentos, por ser bocona y no callarme, por ser puertorriqueña, irreverente, con greñas paradas, en fin, por muchas razones. Sé lo que es estar en una minoría porque lo vivo en carne propia.
 
Sin embargo, me siento obligada a escribir del tema de la comunidad gay porque entiendo la importancia del proceso histórico que estamos viviendo. Eso, y porque cada día me convenzo más de que las actitudes y las sandeces de unos pocos miembros de la comunidad LGBTT, opacan la lucha digna y decente que llevan muchos por lograr una sociedad más justa y equitativa.

¿A dónde van nuestros desaparecidos?

 

“¿A dónde van los desaparecidos?¿Y por qué es que se desaparecen? Porque no todos somos iguales. ¿Y cuando vuelve el desaparecido? Cada vez que lo trae el pensamiento. ¿Cómo se le habla al desaparecido? Con la emoción apretando por dentro”… Canción “Desapariciones”, de Rubén Blades.

 
Lo impensable le ocurrió a varias familias, algunas boricuas, en el estado de Ohio. Poco más de diez años de angustia terminaron cuando supieron que sus hijas - Amanda Berry, Gina De Jesús y Michelle Knight - estaban vivas. Las tres más una hija de apenas seis años, lograron escapar de un horror de un monstruo llamado Ariel Castro, y ahora, comienzan a caminar por un sendero escabroso para comprender el mundo al llegan. Todo nuevo, todo distinto, y que sin duda, requerirá años de ayudas psicológicas, psiquiátricas y grandes dosis de amor y paciencia.
Esa escena que se vivió la semana pasada y continúa en Cleveland me trae a la mente los nombres de tantos niños y niñas en Puerto Rico que están desaparecidos. ¿A dónde van los desaparecidos? Eso es un misterio para padres, amigos, familiares, e incluso para las autoridades. ¿Y por qué es que se desaparecen? Por las redes de criminales que habitan en nuestro país y en nuestro mundo. Porque aquí hay redes de tráfico humano, hay gente con problemas mentales que no se atienden, y porque la maldad anda suelta. Buscando información, encontré 11 casos de niños desaparecidos a nivel local.

Tuesday, May 14, 2013

Obama ataca a la prensa



¿Traición a la libertad de prensa o “chilling effect”? Cualquiera pensaría que lo que trascendió anoche es ambas cosas: una estocada el periodismo y un aviso para que los demás se cuiden. Por eso es que el carpeteo sin precedente que le hizo la administración de Obama a la agencia de noticias Prensa Asociada (AP) ha dejado en profundo estado de shock a la inmensa mayoría de la prensa americana.

Durante dos meses el Departamento de Justicia encabezado por Eric Holder, interceptó y recopiló en secreto los registros telefónicos de todos los periodistas y editores de las oficinas de Prensa Asociada en distintas ciudades, lo que el presidente de la AP, Gary Pruitt, catalogó como una “intrusión masiva sin precedentes”.

El objetivo del gobierno con las grabaciones telefónicas era descubrir al “chota”, o al que filtra información a los periodistas sobre temas que el propio gobierno cataloga como de seguridad nacional relacionada a una investigación que publicó la AP. La investigación periodística era sobre una operación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Yemen que frustró un atentado en mayo de 2012.

Wednesday, May 8, 2013

Sin padres

"En Puerto Rico hay 898,030 hogares de los cuales un 32% son hogares encabezados por una mujer jefa sin esposo presente”

 
Mientras la inmensa mayoría de los puertorriqueños estará esta semana comprando a última hora el estuche de perfume, maquillaje o cualquier otro regalo tradicional para el Día de las Madres que se celebrará el domingo, yo llevo días pensando en ellas y sus hijos. En los hijos sin padres.
 
Sobre los hombros de esas madres se levantan generaciones de hijos sin la figura paterna. Esta ausencia tiene un impacto en la sociedad, en cómo se enfrenta y se ve el mundo, según dicen los expertos en el tema, aunque pocas veces se analiza con profundidad en los medios noticiosos.
 
La idea de este tema me llegó la semana pasada al ver ‘Fatherless America’, un programa en Internet de la presentadora y periodista Oprah Winfrey, en la que se analiza el efecto que tiene en la Nación americana lo que ella describe como una “epidemia de hijos sin padres”.

Vieques y la prensa

Hoy no hay tanta solidaridad, o está más esparcida en los medios.

 
“La historia contemporánea de Puerto Rico se escribirá antes y después del bombazo mortal”. Con esa oración casi lapidaria en la que aludía a la bomba que mató al guardia de seguridad David Sanés, encabecé una columna hace ya 10 años. Exponía que la manera en que el País se conduciría públicamente y la forma en que la Prensa abordaría las informaciones iba a cambiar después de aquellos tiempos de la cobertura sin paralelo sobre los incidentes para sacar a la Marina de Guerra de Estados Unidos de la isla de Vieques. Diez años más tarde, estoy más que convencida de que no me equivoqué.