Periodista independiente en Puerto Rico

Saturday, January 24, 2015

¿Demasiados periodistas y comunicadores?: Varias ideas



Esta es mi humilde respuesta a un muy buen reportaje del periódico Diálogo Digital:

Sí, en Puerto Rico hay demasiados comunicadores. Muchos periodistas, fotoperiodistas, relacionistas, publicistas y todos las otras ramas relacionadas a este campo, y esto representa un serio problema que las universidades no reconocen ni atemperan a la realidad de un mercado que desde hace décadas es cada vez más limitado.

Recientemente unos estudiantes de la Escuela de Comunicación Pública de la Universidad de Puerto Rico de Río Piedras y del programa de periodismo en esa misma universidad en el Recinto de Arecibo, publicaron el periódico cibernético universitario Diálogo, un interesante reportaje sobre este tema.

Liderados por la veterana periodista Milvia Archilla, los jóvenes estudiantes preguntaron a los directores de tres medios comerciales – GRF Media, NotiCel y Metro – sobre las oportunidades de empleo para los futuros periodistas. El reportaje fue titulado “¿Qué haré con mi bachillerato en periodismo? http://dialogoupr.com/?p=42223

Sería recomendable que estos jóvenes periodistas le den seguimiento a esa nota haciendo un análisis de los programas de periodismo y comunicación de todas las universidades y centros académicos superiores en Puerto Rico.

Thursday, January 22, 2015

Lo que se ve, sí se pregunta


El periodismo se ha convertido en una novela, en quién es el galán o la modelo de turno, pero el país no necesita eso

A veces la gente se entera de las cosas como si fuera por arte de magia. De la nada surgen ‘issues’ que se convierten en la noticia del día mientras otros, igual o más relevantes, no salen. O peor. Cuando hay noticias importantes, se queda en el aire un mal sabor. Ese sentido de que no se dijo todo, o que se ocultó la verdad porque nadie preguntó. Eso pasa porque muchos reporteros no están haciendo su trabajo.
Esto no es nuevo, pero ciertamente, de unos años hacia acá son más las respuestas sin contestar porque no se hacen las preguntas. Se aceptan los silencios o las medias verdades disfrazadas decomunicados de prensa que no se cuestionan. O se disputan a medias.  También proliferan las ruedas de prensa que son monólogos donde no se interpela, no hay curiosidad ni duda, o en las que las pocas preguntas son tipo “bombito al pitcher”, que fueron cuadradas previamente con un colega relacionista.
Todo esto tiene profundas repercusiones para el pueblo porque no se entera de la verdad, para los medios, porque se siguen transformando en entretenimiento, y para los periodistas, cuya credibilidad, balance y formación, se siguen cuestionando.

#JeNeSuisPasCharlie: Libertad de prensa a conveniencia


Lo primero, lo escribo en un hashtag en francés: #JeNeSuisPasCharlie. Yo no soy Charlie. No defiendo la libertad de prensa a conveniencia, como tanto se está haciendo a nivel global en estos días.
No la puedo defender porque libertad no es libertinaje. La libertad de prensa requiere responsabilidad, respeto y ética. Exige deferencia a las diferencias, especialmente a las minorías.
En todo el mundo – Puerto Rico incluido – hay horror por el despiadado ataque que sufrió hace unos días el semanario satírico francés Charlie Hebdo a manos de locos que en tres días asesinaron a 12 personas. Sin pudor, pero en un muy bien planificado ataque militar, extremistas islámicos entraron en la sala de redacción del semanario, preguntaron por los nombres de los caricaturistas y les dispararon. Luego se dispersaron por París hasta llegar a un negocio judío donde también mataron a otros civiles. Asesinaron policías incluyendo a un musulmán, pero también salieron historias de cómo varios musulmanes salvaron decenas de vidas en ese fatídico ataque. Los asesinatos se vieron como un ataque a la libertad de prensa que es uno de los pilares básicos de toda democracia, pero este asunto es mucho más complejo.
Lo segundo, y quiero ser clara para evitar equivocaciones: denuncio los asesinatos. Eso no está bien. No los acepto ni los celebro. La violencia es censurable. Ninguna de las víctimas, incluyendo los caricaturistas, merecía morir. El problema es que para que se clame por una verdadera libertad de prensa, tiene que haberla. La libertad se ejerce con seriedad, no promulgando odios ni racismo, como hacía la revista Charlie Hebdo. Por eso no es correcto intentar convertir en mártires a sus empleados asesinados.
Muy pocas personas en Puerto Rico conocían de la revista. Como tampoco conocen de muchas otras en la tradición francesa y europea de la sátira. Es algo parecido a lo que en Estados Unidos sería la revista Mad o el diario cibernético The Onion. ¿Es eso verdadero periodismo, pregunto yo?

Carta a los Tres Reyes


Queridos Reyes Magos:
A esta hora ya deben haber pasado por toda la isla de rabo a cabo,  pueblo por pueblo, montaña adentro, en la ciudad, en urbanizaciones, campos y caseríos. Ya a esta hora cientos, quizás miles de niños, estarán abriendo los regalos y jugando con lo que trajeron en esa tradición tan nuestra que los hace esperarlos con ansias cada seis de enero, después de revisar las cajitas de zapatos vacías, a ver si los caballos o los camellos se comieron la yerba.
Este año, como todos los años, hoy es un día de defender nuestra cultura. Es un día de resistencia y de afirmación de la identidad puertorriqueña, que a pesar de las transformaciones sociales, los cambios generacionales y los vaivenes de la economía, que a pesar del pesimismo y la politiquería que nos asfixia, siempre está ahí, presente.
No importa que el consumismo apabullante ya haya borrado a los Tres Reyes de las tiendas en todo diciembre porque lo que abunda es Santa Claus, y ya para esta fecha, lo que se ven son los adornos de San Valentín. No importa que los políticos ya estén pensando en las primarias o en el futuro de las fiestas de la Calle San Sebastián, ni que en el gobierno teman más caos en el orden fiscal, hoy es un día de exaltar la tradición y la familia. Hoy es el día de los Tres Reyes.
El año que pasó, queridos Reyes Magos, no me porté particularmente bien, pero tampoco mal. Hice lo que tenía que hacer porque soy como soy y no como la gente, el sistema o el país quiere que sea. Fuerte, terca en ocasiones, trabajadora y sentimental, pero somos muchas las mujeres así en Puerto Rico. Madres que tenemos que batallar porque somos el único sustento de nuestros hijos y a las que ya, sinceramente, no nos importa el qué dirán. Por eso hoy, como todos los años, les hago mis peticiones, rezaré en privado mis rosarios y les cumplo mis promesas, esas que inicié hace doce años con el nacimiento de mi hija.