( NOTA: Esta columna fue publicada originalmente en NotiCel el 15 de febrero de 2017 - http://www.noticel.com/blog/200119/mellados-ante-la-criminalidad.html )
A Sonya Cortés se le cayó un diente el otro día en vivo por televisión, y pensé que así mellados estamos todos en este país. Sonreímos diciendo que todo está bien, pero tenemos huecos en la boca. Hablamos del cannabis y de Oscar López Rivera, y de la Junta de Control Fiscal o del plebiscito, para no tener que hablar de las muchas muertes que nos rondan y siguen hundiendo a la sociedad en un abismo de violencia y desolación. En los escasos 46 días que van del año 2017, más de 80 personas han sido asesinadas en Puerto Rico, pero ese tema se sigue hablando de pasada, como si al ignorarlo fuera a desaparecer.
Los medios de comunicación leen los titulares de las muertes
violentas como si fuera una puntación en un juego, para rápido desviar
la atención a otra noticia y entretenernos en otras cosas. Short attention span.
Vivimos en la era de los 140 caracteres, del Snapchat y de la
gratificación instantánea, y eso le conviene a muchos. A los narcos,
para que los dejen tranquilos. A las víctimas, para que no sufran más. A
la Policía, para que no pregunten mucho. Al gobierno, porque es como si
se barrieran debajo de la alfombra esas cosas feas que nadie quiere
mirar. Pero con el crimen también suben los robos, el acecho, el
raterismo en las tiendas, los golpes a los niños, a los viejos, a los
animales, y la crueldad hacia la mujer. Son esas realidades que no
queremos mirar porque nos demuestran que como pueblo, nos falta un
diente. Tenemos ese hueco. Pregunto entonces, ¿estamos mellados ante la
criminalidad?
El gobierno, el que sea y esté en el poder,
siempre estará en negación. Dirán que son ciclos, que se están
implementando planes o rutas y que todo tendrá solución. Pero la verdad
es que no dicen mucho y sus acciones son más elocuentes, diciendo sin
palabras lo poco que hacen. Pretenden esconder esos huecos que
demuestran su inacción, como si se tratara de no sonreír para que no se
vea la mella en la boca.
Porque cuando te falta un diente, tienes tres opciones principales: o te pones un implante o un puente, te pones bracers para unir los espacios de la mella, o te quedas como estás. Mellao’. Y ahora mismo el gobierno parece que está así.
Mientras la administración está en un proceso de desesperación para
tratar de evitar un cierre del gobierno o los despidos que prometieron
que no harán, se enfrentan ante una Junta de Control Fiscal que lo
quiere todo rápido. Su atención está ahí, y no en parar la criminalidad.
Entonces la prensa, que debería fiscalizar, se entretiene en otros
temas superficiales como la mella de Sonya o la tiraera por un hombre
entre Brenda Robles y Melina León, el divorcio de Iris Chacón. La prensa
que se supone que sea más seria, se enfoca en la marihuana medicinal o
recreacional y la tiraera entre los que la quieren y los que no porque
eso les representa quizás el dinero de anuncios que sigue mermando. Y no
es que no sea una noticia importante esta industria, pero es que
también ahí hay cosas que no se dicen. Se especula mucho sobre los
intereses detrás de ese negocio, pero no se indaga esa verdad, aunque
les dan portadas en periódicos y titulares al cannabis. ¿Será porque
quieren fumarla en paz, sin miedo a un arresto?
Lo que me trae a
San Juan y el trato a la alcaldesa Carmen Yulín Cruz. Ahora mismo hay
una tendencia de mucha violencia y asesinatos en Barrio Obrero, Puerto
Nuevo, Río Piedras y otras áreas de la capital, que es la región con más
recursos en todo el país porque la Policía Municipal es la más grande.
Tiene sobre 1,000 oficiales. Hace tres años los asesinatos en San Juan
habían bajado pero ahora suben y eso guarda relación con la actitud de
la alcaldesa, quien no permite que la Guardia Municipal colabore con la
Policía estatal. Ella no quiere aplicar los códigos de orden público en
esas regiones donde se están reportando más muertes. ¿Por qué? ¿Para no
calentarse con los dueños de los pubs o para proteger a las comunidades
pobres y a los dominicanos? ¿Por qué le presta más atención a otros
asuntos que a la seguridad de las personas?
La prensa tampoco
cuestionó mucho el tema de la salud de la alcaldesa. De hecho, cubrieron
la llegada del expreso político Oscar López sin tocar el tema en
profundidad. Quien mejor reseñó cómo Yulín y otros funcionarios electos
como Melissa Mark Viverito y Luis Gutiérrez se apropiaron de la escena,
fue el editor jefe de NotiCel, Oscar J. Serrano. Pero la prensa en
general no cuestiona a la alcaldesa. ¿Por qué? ¿Cuál es el miedo? ¿Será
que se lo perdonan porque está dando contratos a sus amigos y a gente
que sale en los mismos medios? ¿Cómo es que la alcaldesa estuvo semanas
enferma con asma en el hospital y de pronto se monta en un avión para
buscar a Oscar López, como si nada? Más que eso, ¿qué dice ella ante el
alza en la criminalidad en San Juan?
Lo poco que se cubre hasta
ahora sobre cómo se atiende la criminalidad se circunscribe a detallar
de manera superficial lo que se hace desde la Policía, con la novedad de
que tiene a la primera mujer en el cargo de Superintendente. La
coronela Michelle Hernández, comenzó bien. Su nombramiento fue recibido
con esperanza en el público, pensando en ver si por fin una mujer pone
orden allí. El problema es que el machismo en la Fuerza y entre varios
entes en el gobierno comenzó a actuar.
Rápido salieron los
detractores. Que si ella tiene un problema de comunicación porque piensa
en inglés. Cierto. Eso es un reto que le puede poner a prueba con los
oficiales. Que si ella estuvo mucho tiempo en la milicia y no conoce la
policía. Cierto. Le tomará un tiempo conocer, pero es hora de
disciplinar a muchos policías y altos oficiales en ese cuerpo que están
en desorden perpetuo. Que si a ella el gobierno le escogió un equipo de
trabajo que no es el mejor. También es cierto. Había personas más
respetadas en la agencia que las que ella nombró. Sólo el tiempo dirá si
esos nombramientos que ella ha hecho son exitosos. Que si hasta el
propio Monitor Federal le está preparando una camita porque quería ese
puesto. Es probable. Hay que esperar a ver si no le da una puñalada
trapera por la espalda.
Algunos dicen que por esos enemigos
internos es que Hernández cometió el desliz de firmar aquella infame
orden que regulaba la forma en que se divulgaba información pública
sobre la incidencia criminal, pero que el Gobernador Rosselló eliminó al
día siguiente. No sé, pero un documento así no se firma a la ligera. Si
lo hizo, demuestra incompetencia o complicidad, como bien han
manifestado algunos periodistas como el presidente de la ASPPRO, Juan
Hernández. Lo cierto es que jefa de la Policía se tiene que cuidar las
espaldas, pero tiene que ponerse a trabajar. La propia Administración
Rosselló debería protegerla y dejarla quieta, en vez de pasearla hasta
por El Guitarreño para hacer el ridículo que hizo allí, porque la ví. No
me pierdo ese magnífico programa de televisión que muestra cómo son en
realidad los políticos.
Hernández tiene que ponerse a trabajar
porque si no lo hace, no se percata que hay muchas, muchísimas personas
interesadas en crear caos. Dejarse manipular ante la cantidad de
asesinatos y violencia que se vive, es peligroso. Puede nublar su
entendimiento. Y mientras eso pasa, la población sigue a expensas de que
en cualquier momento el crimen le toque. Porque es innegable que la
gente está tensa y eso aumenta la violencia.
La tensión se
atribuye a la crisis económica, al desempleo y la ansiedad colectiva.
Pero cierto es que son cíclicos. A esta fecha para el 2016 había más o
menos los mismos 80 asesinatos. Entre el 1993 y 1994 mataron a más de
1,000 por año, y subió aún más en el último año del gobierno de Luis
Fortuño. Luego las estadísticas bajaron durante el gobierno de Alejandro
García Padilla. La realidad que es no es lo mismo ahora que antes.
Matar a 1,000 personas en una población de 4.2 millones no es lo mismo
que asesinen a esos mil con menos de 3.4 millones de habitantes.
No existe una fórmula mágica para atender esto, pero a todas luces, el
país está como quedó Sonya Cortés cuando se le cayó su diente, pero ella
dijo que fue un bombón. Estamos en negación.
Como pueblo
estamos inmunes. Creemos que como los muertos son del punto, y se matan
entre sí, pues, se lo merecen. Esa es la actitud incluso de muchos
periodistas cuando abordan el tema. Pero de lo que hablamos es de una
manifestación implacable de la crisis y el deterioro social que vivimos.
¿Qué tendremos que hacer para ser como en los municipios donde no hay
asesinatos? Son 10, por cierto, los pueblos que durante todo el año
2016 no se reportaron asesinatos, según la Superintendencia Auxiliar de
Investigación Criminal. Estos son: Camuy, Quebradillas, Maunabo, Añasco,
Lajas, Las Marías, Maricao, Sabana Grande, Adjuntas y Jayuya.
Como decía Auguste Renoir, “Es después de haber perdido los dientes que
puede permitirse el lujo de comprar filetes”.
Y yo le añado lo que dijo Walter Bagehot: “Los escritores, al igual que los dientes, se dividen en incisivos y molares”..... Cualquiera de los dos, destruye, y como sea, es mejor que estar mellao’.
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