Hoy se conmemora uno de los hitos más importantes en la historia del periodismo moderno que delineó las prácticas investigativas y de seguimiento noticioso. Se trata del 40 aniversario del escándalo Watergate.
La investigación que hace 40 años iniciaron dos jóvenes reporteros del diario The Washington Post, Bob Woodward y Carl Berstein, logró desenredar una madeja de conspiración que provocó la renuncia del entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon. El escándalo comenzó en el 1972 y aún despúes de la reuncia de Nixon en el 1974, el tema siguió vivo durante décadas. Generaciones de periodistas tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo, así como miles de estudiantes de periodismo, ciencias políticas y otras ramas, se rompían la cabeza tratando de descifrar quién fue la fuente llamada "Deep Throat" o "Garganta profunda", algo que fue revelado recientemente.
Este tema será uno de los que espero discutir hoy en mi sección En Blanco y Negro con Sandra en el programa El Azote de Luis Dávila Colón, en WKAQ 580.
Los temas que espero discutir incluyen:
- A 40 años de Watergate- ¿Cómo está el periodismo actualemente? ¿Cómo compara con Puerto Rico y el periodismo actual?
- La vergonzosa explotación de los "sonidos" o "soundbites" de políticos en los medios noticiosos y la cobertura real. Análisis desde la Casa Blanca.
- Arranca la campaña política con las convenciones del PNP y el PPD, pero para mí, no hay nada nuevo bajo el sol. Es más de lo mismo.
(Foto Calces: Bood Woodward y Carl Berstein antes y ahora)
Este es el gran problema del periodismo actual. Desde Watergate los aspirantes a periodismo desean ser el próximo Woodward/Bernstein. Recuerdo el cliché con que siempre me contestaban los estudiantes de periodismo cuando en los 70s y 80s les preguntaban el porque querían ser periodistas: "Para cambiar al mundo".
ReplyDeleteComenzaron a ser misioneros en lugar de reporteros. Creyeron que su trabajo era construir el mundo en lugar de presentarlo.
Las consecuencias han sido fatídicas para la profesión. Todo y todos están bajo sospecha, no por que haya sospecha sino por que la sospecha misma se ha hecho método y meta. Todos bajo sospecha menos ellos mismos.
De ahi se ha pasado a la necesidad de buscar escándolo en todo, y si no lo hay, pués a crearlo. El fenómeno es la fenomenología misma del "periodismo" de hoy, en otras palabras, como alguién lo ha denominado, el "drive-by media". La prensa crea un escándolo y luego viene a la escena del crímen a reportarlo, y en el proceso se convierte en parte de la noticia. Por eso el éxito del periodismo alterno, el periodismo ciudadano y los medios alternos. La sospecha está sobre la profesión del periodismo. Los sospechosos son ahora los que han hecho de todo no solo una sospecha sino una agenda.
Amorós, concido con algunos de tus planteamientos, pero partes de una premisa en la que obvias algo importante: los medios de comunicación son negocios y las líneas editoriales responden a determinados intereses. Los reporteros son empleados de los medios y tienen que seguir las líneas editoriales. Es un tema complejo. El periodismo que buscca el escándalo como llamas, responde en gran medida a las líneas que dictan las empresas mediáticas. Un ejemplo de esto es lo que pasó en Inglaterra con los medios de Murdoch... Gracias por tus comentarios
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