El lenguaje es poderoso. Es, sin duda, la manera más fuerte de
comunicarse, aunque no es la única. De hecho, a veces el lenguaje puede ser
limitante si la persona que recibe tus mensajes no te entiende. Y para eso, es
fundamental saber si la persona con la que hablas es auditiva, kinestésica o
visual.
El conocer cómo descifrar si tu audiencia o tu público pertenecen a uno
de esos tres grupos es clave para poder llevar tu mensaje con efectividad, y
esa es la esencia de la neurolingüística, como mencionó esta semana una experta
en este tema, la comunicadora Nydia Suárez Marín.
“Uno puede lograr el “rapport”
con una audiencia, ese gancho o “engagement”,
esa seducción con las palabras que va a hacer que tu audiencia se enganche en
tu mensaje, sólo si puedes identificar cómo esta audiencia leyó tu mensaje,
cómo lo captó. Y este mismo principio aplica si se trata de una conversación
entre individuos, o en una venta o en cualquier otra comunicación”, dijo Suárez
Marín, durante el foro Conversational
Lunch 101 que organiza mensualmente la planificadora Carla Alonso.
“En comunicación lo que se trata es de llevar un mensaje que se
entienda. Pero para que te entiendas, uno tiene que traducir conceptos de un
mundo de las ideas y lograr esa conexión, ese “engagement”, que permite que el que te escucha tenga su “Aha moment”, como decía Oprah Winfrey.
El “Aha moment” es cuando la persona
hace ese clic, cuando tomó conciencia y entendió tu mensaje”, agregó Suárez
Marín, quien además es relacionista de vasta experiencia.
Durante su conversación ante un grupo heterogéneo de ejecutivos de
diversas empresas, Suárez Marín explicó que ese “Aha moment” se facilita identificando cómo la persona traduce ese
mensaje en su mente, si es visual, auditivo o kinestético.
· Los visuales: Son las personas en las que captan el mundo por sus ojos. Son los que se fijan mucho en los detalles visuales, recuerdan muy especialmente aquello que ven y hablan con predicados vinculados a este sentido. “Esos son los que te cuentan cuando regresan de un viaje, cómo fueron los paisajes, si había sol o el espacio era colorido”, explicó.
· Los auditivos: Son las personas que experimentan el mundo a través del oído, se fijan mucho en los detalles auditivos, recuerdan lo que dice la gente y su lenguaje está muy influido por términos y expresiones vinculadas a la audición. “Estos son los que te dicen, “el sitio era ruidoso’, o ‘había un silencio’ cuando están describiendo algo”, agregó.
· Los kinestésicos: Estas son las personas en las que predomina el tacto, el olfato y el gusto. Son los que registran sus experiencias con el mundo exterior a través de alguno o varios de estos tres sentidos y, por supuesto, se expresan con predicados verbales acorde a ello.
“El puertorriqueño es bien auditivo. Recibe mucha información por medio
de cuentos, de metáforas. Por eso es que la radio tiene tanta penetración aquí.
Somos musicales, la gente habla en forma de cuentos”, agregó Suárez Marín. “Somos
auditivos, luego kinestésicos y luego visuales”.
La neurolingüística requiere estudio y análisis, pero Suárez Marín sugirió
que cuando uno identifica cuál es el tipo de audiencia que tiene de frente, se
empleen lo que llamó como “palabras claves” y “palabras buenas”.
Las palabras buenas, explicó, son aquellas que atraen
a todo tipo de público. Como ejemplos mencionó: naturalmente, antes, después,
ahora, expandir, experimentar, sin embargo y suavemente.
Las palabras claves van dirigidas a cada grupo de personas:
·
Para las personas
visuales – Visualizar, proyectar, enfocar, ver, luz, crear, claridad, colores
· Para las personas auditivas – Analizar, onda, armonía, sintonizar, nota. A éstos también les impactan cuando se incorporan sonidos onomatopéyicos en una conversación.
· Para las personas kinestésicas - Experimentar, sentir, presentir, contacto.
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