Más allá del obvio cambio político que
se dio en España hace dos días, la aplastante victoria del Partido Popular
sobre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) presenta una transformación en
la opinión pública en la Madre Patria, provocada en parte por la crisis económica,
pero también por el uso de los políticos de los medios de comunicación masiva y
las redes sociales.
Sería interesante ver si se podría
dar unos paralelismos entre lo que pasó allá en España y lo que está sucediendo
acá en Puerto Rico con las elecciones que se avecinan. El análisis habría que
hacerlo desde el punto de vista de elementos comunes como la proyección, el mensaje,
la imagen y la noticia.
Proyección –
La victoria de Rajoy y el PP en España
se parece un poco la las elecciones pasadas en Puerto Rico cuando ganó Fortuño.
Ambos son conservadores, ambos partidos ganaron arrolladoramente, en ambos hubo
una participación electoral menor a la anterior, y en ambos una total aversión
del país a votar por el partido que perdió. En Puerto Rico nadie quería saber
de Aníbal Acevedo Vilá y muchos no salieron a votar o votaron por Fortuño. En
España, J. Rodríguez Zapatero se tuvo que salir y Alfredo Rubalcaba no lo
quieren ni para secretario general del PSOE.
El mensaje - En España, la crisis económica se chupó
al PSOE. En eso se basó la campaña del PP y la gente respaldó a Mariano Rajoy.
Uno pudiera pensar que algo similar está ocurriendo en Puerto Rico porque la
crisis económica ha restado credibilidad al gobierno actual y al gobernador
Luis Fortuño. Sin embargo, el mensaje de la oposición del Partido Popular
Democrático aún no ha calado ni se han apropiado del tema de la crisis
económica en que está sumido el pueblo puertorriqueño. Las expresiones del
candidato del PPD, Alejandro García Padilla, aún no han tenido resonancia ni se
han cristalizado ante la opinión pública. Pero todavía aquí queda un siglo en tiempo
electoral para llegar a noviembre de 2012.
Imagen - Rajoy,
a quien siempre se le ha visto en España como un político falto de carisma y
aburrido, salió en la noche de las elecciones varias veces a hablar ante el
coro de jóvenes que le vitoreaba “somos españoles”. Parecía como si de la noche
a la mañana se hubiera transformado en una “celebridad”. Incluso las dos fotos
que recorrieron el mundo fueron desde el balcón cuando aceptó la victoria. En
una sale rodeado de cuatro mujeres y en otra, besando apasionadamente a su
esposa. Esta imagen, que sin duda fue planificada – como ya se dice en España –
lo cambió de conservador a “celebrity”.
Esto de las imágenes es importantísimo.
En un mundo donde la gente necesita héroes o ídolos, en una época donde los políticos están
desprestigiados o dónde los “celebrities” son los cocineros, los políticos
tienen que tomar esto en consideración. En el caso de Fortuño, su imagen de
conservador, padre, tendrá de alguna forma que cambiar para ser un “celebrity”
o una figura más accesible porque para las elecciones que se avecinan enfrenta
también el reto de la crisis económica. Probablemente el plebiscito además de
calentar motores y movilizar electores del PNP, ayude a Fortuño a mejorar su
imagen. Habrá que ver cómo responder el PPD a esta estrategia.
Redes sociales – Un elemento importantísimo en las elecciones españolas fue el uso de
las redes sociales, especialmente Twitter, y su impacto en el público. Los
políticos se aprovecharon de esta herramienta para crear opinión pública. Aquí,
eso apenas comienza. La aclaración obligada a hacer aquí es que en España hay
una lógica distinta para el uso de esta red.
En España hay una cultura de ‘tuiteros’
distinta a la nuestra. Allá, como está sucediendo en muchos otros países como
Egipto o Libia, el acceso a las redes ha provocado movilizaciones sociales y
hasta revoluciones. Además, en España hay muchos jóvenes que provocan análisis
espinosos. Muchos son periodistas que mueven opinión pública y los políticos
tienen que responder. De esto tomó ventaja Rajoy y Rubalcaba hasta tuvo que
cerrar su cuenta y cambiar de nombre.
De hecho, la experiencia fue tal que
hasta la prensa española reseñó este acontecimiento porque los cibermedios
rivalizaron en términos de alcance con los medios tradicionales (radio, prensa
y televisión), con la diferencia de que había interacción del público. Explicaban
que en las redes sociales se vivió
una mezcla de pasión, decepción, alegría, euforia y rabia poco contenida. Los partidarios del PP expresaban su
alegría por la mayoría absoluta de Rajoy, mientras que los votantes y simpatizantes del PSOE no
podían ocultar su malestar.
Es que estas herramientas han conseguido imponer
narraciones alternativas de la marcha del proceso electoral, puntos de vista
diferentes a los de los medios y construcciones perfectamente periodísticas
elaboradas colectivamente.
En Puerto Rico los políticos apenas
usan esta herramienta, en parte por la falta de acceso al mismo, y en parte
porque su uso está comenzando a crecer. Por también no se crea un impacto
inmediato quizás porque los periodistas
en Puerto Rico se cuidan demasiado. Con excepciones contadísimas, quizás como
un Rafael Lenín López o un Benjamín Torres Gotay, la mayoría de los periodistas
aquí sólo tuitea de lo que reporta al momento, pero no comenta ni ofrecen
análisis. Resta ahora por ver si esto cambia en el plebiscito que se avecina y
en las elecciones. Creo que sí cambiará.
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