(NOTA: Esta columna fue publicada en NotiCel el 5 de abril de 2017 - http://www.noticel.com/blog/201681/pegaos-y-quedaos.html )
¡Qué irónico! En los momentos más difíciles del
país, logramos pegarnos a nivel mundial. Estamos superando a Cuba en exposición
mediática global, y aún con la crisis en Venezuela, son más las noticias que
salen de Puerto Rico. Lo irónico es que mientras estamos pegao’s a nivel
mundial, estamos quedao’s a nivel local. Como dicen, estamos como los monos,
rascando pa’dentro. No sabemos cómo sacarle provecho a eso. Estamos tan
pendiente a la cosa chiquita interna, que no vemos la oportunidad que nos surge
a nivel mundial para monetizar esa exposición.
Cuba es una nación de casi 12 millones de
habitantes y Puerto Rico, que cabe cuatro veces en La Habana, está sonando más
que ellos. En Venezuela, que es un país rico, hubo prácticamente un golpe de
estado y la población está pasando hambre, pero en términos proporcionales, es
mayor la cobertura de noticias sobre la situación en Puerto Rico.
Donde verdaderamente nosotros hemos tenido una
presencia contundente es en la prensa especializada en negocios y economía,
ya que gran parte de las noticias se
relacionan a la deuda que tiene el país. Antes las noticias que salían de aquí
y acaparaban el interés global eran de espectáculos con los grandes nombres de
artistas como los Ricky Martin o Marc Anthony de la vida, o de nuestros
deportistas. Ahora es de la economía.
Años atrás, para lograr que en Bloomberg o
en The Wall Street Journal o en otros medios se publicara algo
de Puerto Rico, los gobiernos tenían que pagar sobre $25,000 en suplementos
especiales y hacer malabares para lograr el milagro de que nos prestaran atención.
Ahora, somos un tema regular.
Esto se puede validar con una búsqueda sencilla en la Internet. Yo lo constato en persona porque interactúo a diario con reporteros y editores de la prensa estadounidense y mundial en mi función de relacionista. Con muchos guardo amistades entrañables de mi época de periodista de economía, y con otros, he ido desarrollando lazos de amistad o relaciones profesionales a través del tiempo.
Doy fe de que ahora es común encontrarme de
momento en el lugar menos esperado, y me siento a conversar con amigos
periodistas de medios como Reuters, The New York Times, The Washington Post, CNN, Forbes, Debtwire, Reorg Research,
Bloomberg y hasta el The Wall Street
Journal, entre otros, que viven aquí o que viajan constantemente a cubrir lo
que está pasando en Puerto Rico. Otros
de agencias como Prensa Asociada y Agencia EFE que antes tenían oficinas aquí, se han
reactivado. Y otros, de cadenas como Al Jazeera y
otras tan distantes como la rusa, Actualidad RT
(Russian Today), también han estado publicando
noticias de Puerto Rico, como las de América Latina como la cubana Prensa Latina
y TeleSur. Hasta CNN le da más atención a la isla.
Recientemente cambiaron de corresponsal local y el reportero envía como mínimo
una o dos noticias diarias de Puerto Rico que se difunden en toda la
programación de CNN en Español y se traducen a otros canales de la cadena.
Sé que todos estos periodistas están aquí
buscando noticias sobre el tema fiscal y el impacto que podría tener esta
crisis en los mercados en los Estados Unidos, pero como todo buen periodista,
de paso cubren de cultura, de salud, de ambiente, de sociedad, agricultura,
industrias, vejez, LGBTT, y de cuanto tema aparece y que muchas veces, no
trasciende en la prensa regular local. Por ejemplo, durante el Clásico de
Béisbol, conversé con varios de éstos sobre las reacciones del público. A los
dos días de esa conversación social en La Placita en Santurce, The Washington Post cubrió una noticia que
originó la periodista Danica Coto de la agencia AP, y que le dio la vuelta al mundo,
diciendo que la fiebre del equipo de pelota había producido una escasez de
tinte rubio.
Si tenemos los ojos de toda esa prensa
internacional puestos aquí, ¿por qué no les presentamos nuestra mejor cara?
Debemos mirarnos en el espejo de Cuba. Los cubanos lo hicieron y les salió bien
la jugada.
Cuba era un imán global para todo: prensa,
empresarios, políticos, artistas y hasta países porque era un enigma por el
embargo americano. La cobertura de la prensa fue aumentando a través de los
años por los viajes diplomáticos de los distintos pontífices, especialmente el
Papa Francisco. A nivel artístico y de cultura popular atrajo a mogules como
Beyoncé y su marido Jay Z, a The Rolling Stones y hasta algunas de las hermanas
Kardashians que fueron de vacaciones allá, todo esto en el marco del
restablecimiento de relaciones entre Washington y La Habana. Cuba estaba de
moda. Era noticia.
Después se reanudaron las negociaciones y el
expresidente Barack Obama viajó allá, bailó y hasta vio un partido de béisbol
con Raúl Castro. Mientras salían esas imágenes junto a las del turismo en Cuba,
de Puerto Rico salían sólo las del impago de la deuda, los aciertos y
desaciertos económicos del ex gobernador García Padilla y la supuesta pandemia del Zika que provocó cancelaciones de juegos del Major
League Baseball
aquí. Irónico, porque en Cuba también hay Zika, pero eso no lo decía la prensa
internacional. El enfoque entonces era lanzarle lodo a Puerto Rico.
Después, con la muerte de Fidel Castro, Cuba
siguió monopolizando la opinión pública y estuvieron como dos semanas con la
atención noticiosa mundial. Pero todo cambió. En Washington entró Trump, que
apenas comienza sus cambios en paradigmas y todo esto tiene un impacto en los
temas que se discuten y el interés que se le presta a los mismos a en la
opinión pública en todo el mundo. Por eso es
que ahora resurge Puerto Rico porque hay interés en el impacto de lo que
pasa aquí.
La pregunta es, ¿cómo monetizamos toda la
atención que está ahora aquí en Puerto Rico? Propongo tres ideas para proyectar
a Puerto Rico en esta coyuntura:
1) Vender a Puerto Rico y nuestros atributos. Suena fácil y lo es. Lo difícil es darnos
cuenta de lo que somos. Tenemos que dejar de hablar solamente de lo malo. Lo
bueno que tenemos es mucho. Somos grandes. Es más lo bueno que hacemos, que lo
malo, aunque la prensa, los políticos y los medios sólo se concentran en lo
negativo. Es momento de recordarle al mundo el por qué Puerto Rico y los
puertorriqueños somos una raza tan especial y distinta. Somos gente creativa,
capaz, de resistencia. Lo hemos logrado en más de 500 años y vamos a salir de
esto, pero tenemos todos que poner de nuestra parte, como sociedad. Hay que
combatir el pesimismo y demostrar que vamos a salir de esta situación. No
podemos seguir de rodillas.
2) Erradicar la corrupción. Esta es la causa de la crisis. En el ámbito mundial lo que se proyecta
es el traqueteo. Traqueteo en el gobierno, en las empresas y hasta en la forma
en que escogieron y le pagan a los miembros y empleados de la Junta de Control
Fiscal. El problema de fondo en Puerto Rico es ese. Hay que bregar con la
corrupción. Si no se detiene, no nos movemos. Es lo que el pueblo reclama, pero
los que están en el poder lo impiden.
3) Demostrar que el país quiere echar pa’lante. Dar a
conocer que la gente se cansó de los políticos, las elecciones y de los
piquetes también. La gente está harta. La gente lo que quiere es trabajar, no
politiquear ni empujar agendas. Eso es lo que dicen las encuestas. Eso fue lo
que arrojó el resultado de las últimas elecciones. La gente quiere otras cosas
porque tiene que resolver su vida ante esta crisis. Por eso, la prensa
internacional tiene que darse cuenta de que el puertorriqueño promedio
desconfía de todo, porque el interés está en trabajar y progresar. Lo que pasa
es que se tiene que echar pa’lante como país, en colectivo, no a manera
individual. No podemos vernos en fincas o en tribus de estadistas vs.
soberanistas, o fundamentalistas vs. mafuteros. Ya la gente se cansó de eso.
La diáspora puertorriqueña está clara. La gente se va de aquí por dos motivos principales:
la política y la corrupción. Se van porque si no tienen la pala política para
conseguir un trabajo, se mueren de hambre. Saben que hay que traquetear con esa
conexión para lograr los permisos o el trabajo o lo que sea, pero la calidad de
vida cada día está peor, pero si hubiera trabajo aquí, volverían. Puerto Rico
es un paraíso. Es el mejor lugar del mundo, con todos nuestros problemas, que
no son peores a los de otros lugares.
Lo que tenemos que hacer es prestar
atención y aprovechar las oportunidades.
Si el “Brand name” de Puerto Rico está sonando a nivel mundial, saquemos
provecho. Bueno o malo, están hablando de nosotros. Aprovechemos esta ocasión y
no nos quedemos pegaos’ y quedao’s.
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