(Esta columna salió originalmente en NotiCel el 26 de abril de 2017 - http://www.noticel.com/blog/202319/porque-es-pobre-y-negra.html )
La huelga, los arrestos, los encubiertos, el
vandalismo, los recortes en beneficios y las peleas entre los populares han
sido las noticias de estos días, pero los medios en general insisten en seguir
dándole la espalda al mayor crimen que se comete en el país: la violencia del
sistema hacia los niños. El ejemplo más contundente es el caso de una niña de
11 años en Carolina que arrestaron y espera juicio. No conforme con eso, ahora quieren
silenciar al abogado y a todo el que alce la voz en su defensa. La represión
está en brote y esto no se puede permitir. Y todo, porque es pobre y negra.
Se trata de la niña Alma Yarida Cruz, una
estudiante pobre y de educación especial del sexto grado de la escuela
elemental Modesto Rivera en Carolina, que se hartó de ser víctima de bullying
durante dos largos años y cuando se defendió de sus dos presuntas agresoras, fue
a ella a quien acusaron.
Este caso trascendió a principios de este mes y
tiene que escandalizar a todo periodista, relacionista profesional, relacionista,
comunicador, abogado y comentarista en los medios. Lo
reveló primero El Nuevo Día y luego el comentarista Jay Fonseca en sus
programas de radio y televisión. Entonces, el sistema que por dos años no
defendió a esa menor ni a las menores involucradas, actuó. Se impuso una orden
de mordaza para que nadie más hablara en la prensa e impedir que Fonseca los
entrevistara.
No conforme con intentar limitar el derecho del
pueblo a enterarse de lo que pasa y pretender coartar la libertad de prensa, los
Procuradores de Menores Carlos Alonso Sánchez, Noemí Rivera De León, Mariana Pérez
Cordero entonces radicaron una moción urgente pidiendo que se sancione al abogado
Leo Aldridge, quien defiende a la niña. Vamos a los hechos.
Alma Yarida, quien es estudiante de educación
especial, aguantó desde el cuarto grado que dos niñas le dijeran “mona”, “pelo
de cahíllo” y otros epítetos, y que la molestaran. Se burlaban y la hostigaban
sin que ningún maestro ni trabajador social hiciera algo o saliera en su defensa.
Un día no aguantó más, y tuvo una discusión con esas dos compañeras. Empujó a una de éstas, les dijo palaras soeces
y amenazó con tirarlas por las escaleras. Alma Yarida niega los incidentes,
pero fue arrestada y enfrenta cinco cargos en el Tribunal de Menores por agresión
simple, amenaza y alteración a la paz.
Pero claro, los procuradores de menores actúan si
es una nena de 11 años, de Carolina, pobre y negra. Esa sí es una amenaza. Como
la mayoría que están en las cárceles e instituciones juveniles. ¿A que no hacen
lo mismo si se trata de un blanquito en un colegio? A esos no los tocan.
Lcdo. Leo Aldridge |
El segundo hecho contundente es que el abogado
defensor, Leo Aldridge, además de letrado es periodista y lleva el caso pro
bono. O sea, no devenga un centavo por defender a la niña negra de 11 años. Quienes
conocemos a Leo damos fe de su estatura moral incuestionable y su verticalidad
en todo cuanto hace en la vida. Es de esos seres raros que al momento de
decidir entre oro y dignidad, no titubea y sabe que tiene que irse del lado de
la dignidad, como todo el que ha sido periodista de vocación. Los que llevamos
el periodismo en la sangre, aunque no trabajamos ya como reporteros y estemos
en otros campos profesionales, sabemos distinguir bien los abusos. Esa formación
y ética periodística siempre nos va a poner del lado del que sufre o del más
vulnerable. Pasa algo en nuestro ser que nos impide tolerar las injusticias. Y
lo que le pasa a esta niña, sin lugar a dudas, es una injusticia.
A los abogados se les puede imponer llevar
casos probono, algo que por ejemplo, a nosotros los licenciados en relaciones
públicas la ley no nos obliga hacer. Sin
embargo, los que hemos sido periodistas, y muchos que de verdad llevamos esta profesión
de relaciones públicas con dignidad, hacemos todo el tiempo porque hay que
apoyar al que necesita. Se trabaja para vivir, claro está, pero hay una misión
social y ética que debe ir mucho más allá. Tiene que haber un compromiso social con este
país. Y el derecho, como lo son las relaciones públicas y el periodismo, exigen
esa ética.
Por eso es que esta imposición de medidas
disciplinas es inmoral. Atenta no sólo contra la práctica de Aldridge como
abogado, sino que es un menosprecio al ejercicio de la libre expresión de
cualquier comunicador, analista o comentarista que quiera expresar o dar a
conocer una injusticia que el mismo sistema esté cometiendo contra un ser
vulnerable. Lacera también el trabajo de los periodistas que advienen en
conocimiento de hechos.
Porque dejémonos de chiquitas. De lo que se
trata aquí es del sistema protegiéndose. Ni a Justicia, ni a Educación, ni a
los Tribunales les interesa que El Nuevo Día, Jay Fonseca o el resto de la
prensa abra la caja de Pandora y dé a conocer que Alma Yarida es tan sólo una
de los miles de casos de niños pobres en iguales condiciones en todas las
cortes en el país.
Y yo pregunto ¿dónde estaban esos procuradores
de menores protegiendo a esta niña? ¿Por qué es negra? A la Secretaria de
Justicia que le encanta robar cámara y salir en los medios, ¿qué dice de este
caso? ¿Por qué se calla? ¿Por qué es una niña pobre, de Carolina, hija de una
madre soltera? Y las organizaciones que defienden a los negros, ¿dónde están
que no salen en defensa de esta familia?
¿Dónde está el Procurador de Personas con
Impedimentos que no ha dicho nada de este caso ni ha salido a dar la cara por
esta niña? ¿Por su madre? ¿Dónde están esos abogados que se pasan demandando a
los negocios para que cumplan con la Ley Federal ADA, por qué no se unen en defensa de ese
compañero abogado Leo Aldridge, que está siendo atacado ahora mismo por defender
a una niña incapacitada? ¿O es que sólo se unen para demandar a comercios?
¿Dónde están los jueces? ¿Qué piensan los
Jueces del Tribunal Apelativo donde sabemos que hay tantos que ven este tipo de
acción con escepticismo? ¿Y los del Tribunal Supremo, pensarán que está bien
que se ataque al que defiende a una niña que ha sido víctima del sistema por
ser pobre y negra?
Sabemos que Puerto Rico está en una crisis
profunda y que la atención mediática está en las noticias del día a día. El
ambiente, sin duda, está tenso. El problema es que se aprovechan de la crisis
para aplastar al pueblo como si fuéramos cucarachas y pasarse los derechos
civiles de la gente más vulnerable por donde no les da el sol. Ver cómo el
sistema no sólo aplasta a una niña, sino a una madre y ahora intenta hacerlo
con su abogado, da asco. Además no podemos perder de perspectiva que Puerto
Rico es un país de viejos. Los niños son la generación que queda. Yo los miro
como si fueran lingotes de oro, porque son eso. Hay que cuidarlos porque son lo
más preciado que puede tener toda sociedad.
Yo me imagino a esa nena de 11 años, arrestada,
esposada, llorando y sin entender lo que le pasaba. ¿Se la imaginan ustedes
lectores? ¿Si fuera tu hija? ¿Y si las otras dos nenas del caso fueran tus
hijas, qué harías? ¿Es ese el Puerto Rico que queremos? ¿Un Puerto Rico en el
que todo se resuelve en los tribunales? ¿ Un Puerto Rico en el que se maltrata
al negro, al pobre, y al que alza la voz en su defensa? Yo no. Para mí, quien aplasta la dignidad de
un niño, aplasta todo un pueblo.
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