Periodista independiente en Puerto Rico

Thursday, August 14, 2025

Detrás de los cambios en la JCF: Proteger a New Fortress con el aval del gobierno de JGO

Carrera contra el tiempo de New Fortress Energy para salvarse de la quiebra, con el apoyo del gobierno de Jenniffer González y que los puertorriqueños paguen por 50 años

Anoche cayó otra pieza en el peligroso juego de ajedrez de New Fortress Energy, los bonistas y los gobiernos de Estados Unidos y Puerto Rico. El despido de Andrew G. Biggs de la Junta de Control Fiscal acaparó la atención, ocultando las verdaderas y peligrosas movidas en el juego de ajedrez que se ha convertido el presente y futuro de Puerto Rico.

Lo que de verdad hay detrás de todos estos cambios es la carrera contra el tiempo de New Fortress Energy para que los puertorriqueños empeñen su futuro económico, paguen por los próximos 50 años y salven a la empresa su devastadora quiebra. Todo esto se hace con el aval del gobierno de Donald Trump y de la administración de Jennifer González.

Es, en realidad una carrera contra el tiempo. Mientras la atención pública y la prensa sólo hablan de serie de conciertos de Bad Bunny o de los horrorosos asesinatos que no se detienen en los últimos días, New Fortress Energy ha estado haciendo sus movidas. Se apresuran para lograr dar el tumbe a Puerto Rico.

Fuentes de EN BLANCO Y NEGRO CON SANDRA allegadas a la “3PPo” Oficina Independendiente de Adquisisiones (Third-Party Procurement Office o 3PPO) confirmaron que el gobierno de Puerto Rico ha reanudado negociaciones con New Fortress por el contrato a largo plazo de suplido de gas metano (que ellos llaman “gas natural”). El contrato es estimado en $20,000 millones por los próximos 10 años. Este fue el mismo contrato que recientemente canceló la ahora casi extinta Junta de Control Fiscal.

Afirman, además, que es cuestión de horas o pocos días para que New Fortress vuelva a echar mano del cotizado contrato, borrando de golpe y porrazo toda posibilidad para Puerto Rico de hacerse de un suplidor de gas metano confiable y más competitivo.

La movida de desesperación de New Fortress para forzar la reanudación de las negociaciones por el contrato de $20,000 millones, se da justo después del desmantelamiento de la JCF por parte de Casa Blanca, que la ha dejado prácticamente inoperante con uno solo de sus siete miembros originales.

La semana pasada el presidente Trump despidió fulminantemente a Arthur González, Cameron McKenzie, Betty Rosa, Juan Sabater y Luis Ubiñas, todos demócratas y algunos con menos de un año en la Junta. En el proceso se inició campaña en redes sociales y entre comentaristas republicanos criticando a la Junta por los gastos excesivos en pago a bufetes de abogados y en salarios exorbitantes. Entonces anoche Trump despidió a Biggs. Lo que no dicen fue que esa Junta la que había dicho ante la jueza Laura Taylor Swain que no se debían permitir más aumentos de luz a los puertorriqueños.

Recordemos que semanas antes de ese escenario, la Junta habría dejado sin efecto el millonario contrato que generosamente firmó la Gobernadora Jennifer González con New Fortress. O sea, New Fortress estaba sin opciones e hizo sus movidas.

El reloj sigue corriendo para New Fortress, y ahora sólo tienen menos de 48 horas para revivir el contrato que los rescatará a ellos de su quiebra.  En el ínterin, la empresa apenas cumple con la radicación de su más reciente informe fiscal de primer trimestre del año (Q1). Lo radicó tarde y esto evidencia el precario estado financiero de New Fortress. Por eso es que ahora más que nunca, la empresa depende de que Puerto Rico le tire con un salvavidas.

En su informe 10-Q del primer trimestre, New Fortress reveló que la gerencia aprobó un plan para fortalecer la liquidez de la compañía, reportó Ruth Liao de Bloomberg Law.

Dicho informe, radicado en la tarde del 13 de agosto, indica que, a partir de marzo de 2025, la compañía tiene acceso a un acuerdo de respaldo de $100 millones de dólares para respaldar su posición financiera.

Este es el mismo respaldo financiero que coincide con la celebración de Genera PR, subsidiaria de New Fortress, al confirmar el benévolo acuerdo firmado por la Gobernadora Jenniffer González por el adelanto de los bonos por desempeño al contrato de generación. Ese fue el que ella justificó como uno que dejaría cuantiosos ahorros para el pueblo de Puerto Rico.

Pero dicho contrato fue el mismo que luego detuvo el Negociado de Energía, subiendo la presión que ya estaba sintiendo New Fortress, que a su vez habría informado a sus accionistas sobre la fortuita compensación a su subsidiaria Genera PR.

Tic toc, tic toc, corre el reloj para New Fortress quien a principios de este año ya había expresado preocupación sobre su capacidad para continuar operando.

Pero el reloj también corre para Puerto Rico. Mientras los eventos de recaudación de fondos o “fundraisers” de políticos – como el cumpleaños reciente de la gobernadora - pretenden desviar la atención, y la prensa se queda en lo llanito sin indagar o hacer las preguntas de rigor, el futuro del país se lo reparten un grupo de bonistas y un “un pirata del gas natural”, o mejor dicho, gas metano. Y todo esto lo hacen inhabilitando cualquier posibilidad de articular el futuro económico de Puerto Rico. Esto es cuestión de horas, días.

GAS METANO PARA 14 UNIDADES

Durante la misma ventana de tiempo, el pasado viernes, 8 de agosto, la oficina del 3PPO sin mucho espaviento, cesó las comunicaciones con las tres compañías que habían estado participando en un proceso de solicitud de licitación (Request-For-Proposal) por el contrato temporero de suplido de gas natural para las 14 unidades pico, originalmente otorgado a New Fortress.

“Ellos simplemente no quieren hablar, no quieren negociar, quieren todo o nada sin importar las devastadoras consecuencias para Puerto Rico,” se expresó con frustración sobre la actitud de New Fortress, una de las figuras claves allegadas a la oficina del 3PPO. Se protege su identidad ante lo delicado del proceso.

New Fortress se había rehusado a aceptar ninguna de las condiciones que el 3PPO había planteado en una renegociación del contrato temporero. Entre estas condiciones resaltaba el acceso exclusivo a los muelles de Puerto Nuevo para permitir la entrada de otros suplidores a los muelles; el costo por consumo final y proveer diésel a las unidades pico que pueden operar con diésel y gas natural, como una opción para mantener la generación de las unidades pico en una óptima capacidad. Recordemos que el muelle lo controla New Fortress y hasta intentaron manipular a la administración de González.

Pero volviendo al proceso de RFP por el contrato temporero, éste no ha sido cancelado oficialmente por la oficina de 3PPO, dejándolo en una especie de limbo hasta que New Fortress amarre el contrato de los $20 mil millones.

Las compañías involucradas en el proceso de RFP habían sido invitadas a participar del proceso el cual se había movido de forma típica para este tipo de licitación. Pero desde el viernes se enteraron que el “bully del gas natural” está de vuelta y automáticamente se detuvieron las conversaciones.

El mismo viernes, 8 de agosto, se vencía la tercera extensión del contrato temporero de LNG que actualmente posee New Fortress. El mismo fue extendido una vez más, pero no se le informo a ninguno de los licitadores como en las dos ocasiones anteriores.

La última extensión vence mañana viernes, 15 de agosto, y muchos piensan que para entonces, ya será muy tarde para Puerto Rico salir de las garras del verdugo de New Fortress --- pero nadie dice nada, nadie hace nada y todo como si nada.

A Puerto Rico, en esta, se le va la vida.

No comments:

Post a Comment