(NOTA: Esta columna fue publicada originalmente en NotiCel el 10 de marzo de 2019 - https://www.noticel.com/opiniones/blogs/en-blanco-y-negro-con-sandra/soy-pasional-y-que-/1054195762)
Terminamos la Semana Internacional de la Mujer con un ejemplo de cuán bruto y retrógrado puede ser el sistema que nos gobierna.
Escuchar a un individuo como el senador Carmelo Ríos tratando de
justificar, en mi opinión, su machismo, y calificarnos a todas las mujeres como
pasionales, es algo importante. Nos demuestra como el ‘establishment’ etiqueta a quienes somos la mayoría de la población.
Claro como acomplejado, ya uno sabe a qué atenerse. Pregúntele cuanto respeta a
su madre. Yo, que soy de Guaynabo, sé por qué lo digo. Pero no fue sólo él.
Nayda Venegas y otros legisladores demuestran lo desconectados que están con
los electores y con la realidad que vive el pueblo.
Porque es bien fácil atacar a las feministas
que gritan por los altoparlantes cuando piquetean. Rápido las etiquetan como
que odian a los hombres, o que son pasionales como dijo el legislador, pero
nunca se preguntan el porqué de las cosas. Puede que una no concuerde con
algunos de sus métodos, o que no pertenezca a sus asociaciones, como es mi
caso. Pero las respeto y las aplaudo porque son las únicas que están levantando
la voz con una dignidad que pocos en esa asamblea legislativa tienen o
entienden.
Si en algo tenemos todos que coincidir apasionadamente
con estas mujeres pasionales, como las llama Ríos, es en su principal denuncia:
Que las más afectadas con toda la crisis económica y con las políticas que
imponen en Puerto Rico somos nosotras, las mujeres. Es en todo.
Una va al supermercado a comprar arroz y nos
toman el pelo. Compras arroz grano mediano y te venden grano corto y es chino,
pero no hay con quién protestar. DACO no existe. ¿Qué es eso? Una forma en que
engañan a las que hacen compras, las mujeres.
Senadora Nayda Venegas |
Miras al Departamento de Educación y el cierre
de escuelas a quien más afecta es a las madres que son jefas de familia. Si sus
hijos son de educación especial, la agonía es mayor. No saber dónde poner a los
nenes, es agobiante. Las mamás desesperadas porque el sistema en línea no les
deja matricular a los niños, entonces Keleher dice que como 47 mil quedaron
fuera de la matrícula en línea. ¿Qué es eso? Es un atropello a la mujer y una
excusa para sacar a sus hijos del sistema.
Y se aprueba el nuevo código civil donde ahora se
limita el derecho al aborto, a determinar sobre tu cuerpo. Aunque te hayan
violado o ese embarazo atente contra tu vida, te imponen trabas. Imagínate una
muchacha pobre de un campo, qué puede hacer.
¿Es que quieren volver a aquella época en que las mujeres hacían abortos
ilegales y se morían? No conforme con eso, amedrentan al médico, y ¿qué es eso?
Otra vez el sistema contra las mujeres.
Sale entonces la Procuradora Lersy Boria a
hablar suavecito, pero no dice nada. Calla ante la urgencia para detener los
asesinatos de las mujeres y no deja que le pregunten, porque no quiere
contestar que no le da la gana de promover que se declare una emergencia por
los feminicidios. Se dejó poner el “tape” en la boca ante lo aprobado en el
Senado.
Miras la reforma laboral, que a las que más
perjudica es a las mujeres. ¿Qué hace una madre trabajadora para poder
sobrevivir? Tiene que buscarse hasta tres trabajos part-time, sin beneficios, pero el lema es que eso mueve la
economía y protege a los patronos. Las mujeres y las familias que se rompan
porque no hay sistemas de apoyo como centros de cuido de niños o mejores
salarios. De eso no legislan.
Igual pasa con el desempleo. El gobierno
promete crear trabajos en la construcción, un área en la que todavía las
mujeres estamos en minoría. Muchas mujeres, sobre todos las más jóvenes, trabajan
en tiendas de ropa que están cerrando. Cierran escuelas donde la mayoría que
trabajan son mujeres como maestras o en los comedores. Se achica el gobierno, y
las mujeres jefas de familia pa’ la calle.
En la salud, somos las mujeres las que tenemos
la carga. Las que bregamos con los hijos o con los padres, pero el sistema es costoso
e inaccesible. Está contra la mujer. Y vamos
a la calle que está insegura, en la que no se puede ni salir de noche por miedo
a que te violen o te asalten. O si es de día, a que te roben las cuatro gomas
del carro y lo monten en bloques en el parking
de un centro comercial.
Senador Carmelo Ríos llamó "pasionales" a las mujeres. |
Entonces llega el colmo del cinismo con la
Junta de Control Fiscal y Jaresko que soltaron los $3 millones para atender los
3,000 rape kits en Ciencias Forenses.
Fabuloso, pero ¿por qué lo aguantaron para que el titular saliera el Día de la
Mujer? ¿No es eso politiquear con el dolor ajeno? Sólo hay que imaginar la
desesperación de mujeres o padres cuyas niñas han sid violadas, esperando y
esperando para que les den esos resultados y poder procesar a sus violadores.
Es inhumano.
Lo que nos trae a los legisladores en Cámara y
Senado. Da vergüenza que usen el nombre de Dios en vano y usen a sus iglesias
para fustigar a las mujeres con sus políticas. Nos tratan como si ellos fueran
fariseos y escribas, y nosotras todas fuéramos la adúltera que debía ser
apedreada hasta la muerte. “El que esté libre de pecados, que tire la primera
piedra”, dijo Jesús (Juan 7:53-8:11). No siguen el mandamiento de Jesús de amar
al prójimo como a ti mismo. No. Para esos legisladores el amor es sólo para
ellos, para el resto del país, especialmente para las mujeres, es el infierno.
El desprecio es total y es a
todos los sectores de la población. A los viejos que dejaron morir en el
huracán, mientras venía gente como el administrador de Servicios Generales y les
regalaba a plantas eléctricas a sus amigos. Desprecian a los niños sin escuelas.
Desprecian a los hombres que tienen que moler vidrio con el pecho para
conseguir trabajo. Desprecian a los empresarios puertorriqueños a los que les
ponen cortapisas, papeleos e impuestos y le regalan todo a los extranjeros.
Desprecian a los policías, a los maestros, hasta a los médicos. Pero sin lugar
a duda, a los que más atropellan son a las mujeres.
Se creen que nos convencen diciendo que todo es
bello cuando ponen las sombrillas rosita y las fotos en Instagram. Para desviar
la atención, manipulan el tema hacia la campaña política.
Entonces salen nuevos partidos con políticos
reciclados que hasta el momento no dicen nada de esta realidad. Algunos lucen
acartonados, con los discursos antiguos de la izquierda que se rehúsa a cambiar,
y otros se ven plásticos, con una imagen fabricada y se niegan a contestar
sobre los muchos esqueletos que tienen en sus clósets. Hasta ahora no se ve
nada distinto. Por el contrario, es una desesperación por entrar al ruedo
político porque ahí es donde único hay trabajo y hay buenos salarios.
Y nos inculcan la cultura de la ignorancia para que hablemos
del logo del nuevo partido que es igual a los bolivarianos, o del logo de
Visión 2020 de Rosselló fue copiado del de Leonel Fernández en la República Dominicana.
Ajá, ¿y todo esto qué le resuelve a una mujer que es jefa de familia o que
tiene que atender a sus hijos y a sus viejos? Nada.
Miro el calendario y estamos todavía en 2019. Las
legisladoras viven enajenadas, pero de aquí a las elecciones esto sigue para
abajo. Es angustioso. Por eso es tiempo de cambiarlo todo. Ya es tiempo que
nosotras las mujeres demostremos que tenemos la fuerza y que somos las que
estamos cambiando el rumbo de nuestra historia. En nuestras comunidades, en
nuestras familias, en los espacios pequeños. Como hormigas, pero somos
muchas.
Somos nosotras, no son las candidatas, ni las aspirantes de cartón, ni las políticas enajenadas. Somos todas las mujeres de este país que tocamos la tierra. Las estudiantes que luchan por preservar la Universidad, las maestras que defienden su escuela, las jefas de familia que luchamos solas, las viejas que defienden su retiro, somos todas las que tenemos el valor y la dignidad para hacer lo que ni los hombres pueden. Parimos la tierra y parimos el pueblo. Es momento de que la mujer se auto valore y diga ‘basta ya’. No porque se nos salgan las lágrimas de rabia y se nos apriete el corazón al ver el rumbo de este Puerto Rico somos débiles. Todo lo contrario. Somos pasionales. Tenemos ovarios.
Estamos en el 2019, y todavia lideres con mentes retrógradas a cargo de las riendas de nuestro pais. Como dijo el prócer Ramon Emeterio Betances: ¿y qué les pasa a los puertorriqueños que no se rebelan?
ReplyDeleteMiedo... miedo colectivo... Gracias por comentar
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