Xavira Neggers Crescioni (Foto de Michelle Kantrow) |
Hoy se cumplen ocho días de aquél imborrable veintiséis de febrero de 2019, día en que supe que Xavira había muerto. Parace todavía como una pesadilla. Ella, la gran Xavira Neggers Crescioni. La inigualable periodista de pluma fuerte, inteligente, pero de un sentido del humor y una mordacidad como pocos, ya no estaba.
Me enteré por un mensaje en Facebook, la manera más informal y fría, pero me rompió el corazón. El consuelo lo hallé conversando con dos amigos queridos que también quisieron profundamente a Xavira. La primera fue Michelle Kantrow-Vázquez, y juntas lloramos desconsoladamente por varias horas. Al otro día, la voz siempre calmada de Phillip Schoene me hizo entender lo que mi corazón aún se negaba a aceptar.
Xavira siempre será un referente para todo aquel que aspire a ser periodista, especialmente de economía y negocios. Pocos tenían su agudeza mental y el vasto conocimiento en esas áreas. Después de todo, ella había estudiado en las mejores universidades como Columbia University, la Complutense de Madrid y en Parsons School of Design. Traía el periodismo en la sangra ya que su madre, Gladys Crescioni, también había sido periodista.
Pero para mí, ella era mi amiga. Nunca olvidaré que Frances Ryan, Xavira y yo éramos la versión boricua de las “Charlie’s Angels” en el antiguo Caribbean Business. Mucho que gozamos, trabajamos y aprendimos juntas siendo unas jóvenes reporteras. Manny Casiano una vez le dijo a don Sergio Camero que éramos las “Casiano Angels”, y así nos llamábamos. Yo buscaba cualquier pretexto para poder irme a su apartamento en el viejo San Juan, y decía que me quedaría en casa de Xavira, pero realmente me iba con quien luego sería mi marido.
Eso fue para el 1993 y para aquella época el Caribbean Business tenía una redacción de ensueño: Ángeles “Angie” Alvarado cubría seguros, Pablo Trinidad la manufactura, Cindy Leaf turismo, Agnes Montano gobierno, Edward Zayas y MariCarmen Schell cubrían comercio y otras fuentes. Después llegó Alex Díaz y Phillip Schoene. Mary McHale Wood supervisaba los suplementos, pero el team entero tenía al mejor jefe, editor y mentor del mundo, Ronald Flores.
Pero nosotras tres – Frances, Xavira y yo – éramos el combo. Éramos las más nenas y después fuimos cubriendo otras fuentes. Competíamos por ver cuál de las tres lográbamos la portada de esa semana, pero Xavira nos llevaba la ventaja en eso de ser la más analítica y a la misma vez, más cómica.
Con el tiempo las tres tomamos distintos rumbos, pero la amistad siempre fue genuina. El cariño jamás cambió. Yo me fui a El Nuevo Día y Frances estuvo en Banco Popular y después volvió a CB. Xavira pasó de allí a The San Juan Star, de ahí a The San Juan Daily Star y en los últimos años, laboraba para el medio especializado Debtwire Municipals, como su corresponsal en Puerto Rico. Cubría todo el proceso de la deuda.
Hace como dos años, Xavira y yo
acordamos vernos con regularidad. Desde que hicimos ese acuerdo, solíamos parar,
aunque fuera por media hora cada seis o siete semanas en una cafetería en la
Eleonor Roosevelt, cerca de su casa. Las
conversaciones eran maravillosas porque habían pasado años, amores, novios y
muchas cosas, pero seguíamos siendo las mismas. Quizás por eso fue que me jamaqueó tanto su
partida. La voy a extrañar.
Fue única la gran Xavira. Por eso entiendo tan bien a Michelle Kantrow cuando me dijo “no puedo asimilarlo”. Yo tampoco puedo.
El único consuelo que tengo es que debe estar en el infinito compartiendo con su amada abuela… y que yo siempre tendré un huequito en el corazón por la partida de esa querida amiga.
Adiós Xavira. Descansa en paz.
Algunos obituarios sobre Xavira
- News is My Business: Xavira Neggers-Crescioni, friend, colleague, incisive journalist, passes away
- Sin Comillas: Muere la periodusta Xavira Neggers Crescioni
- Debtwire: In memoriam, Xavira Neggers Crescioni
- ASSPRO: Excelente periodistas y bella persona Xavira Neggers
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