Periodista independiente en Puerto Rico

Thursday, August 18, 2011

Hechos indiscutibles sobre la noticia de Vargas Vidot




Escándalo. Chisme. Verdad. Calumnia. Competencia por dinero. Respuesta del público.

¿Ha sido noticia o fue una noticia fabricada las supuestas querellas que se radicaron ante Justicia federal y el Colegio de Médicos de Puerto Rico contra el director ejecutivo de Iniciativa Comunitaria, José Vargas Vidot? Querellas, que en menos de 12 horas, se corroboró que nunca se hicieron.

¿Quién o quiénes están detrás de esta campaña de descrédito contra Iniciativa Comunitaria? ¿Es cierto el rumor de que entre estos podrían estar un conocido médico y un asesor de comunicaciones de un político?

¿Fue la noticia y la manera en que Vargas Vidot manejó el asunto – con su conferencia de prensa y posterior “media tour” – una estrategia concertada? ¿Se manejó adecuadamente desde el punto de vista de las comunicaciones? ¿Cómo reaccionó el público a la forma en que Vargas Vidot habló, usando palabras como “perdón”, “solidaridad”, “compasión” o diciendo que esto lo ayudaba a comprender que quizás tenía que “humillarse”?

Y la pregunta que más me llama la atención, ¿Hay alguna otra figura pública en Puerto Rico que haya podido responder a un ataque a su reputación de manera casi inmediata y conseguir un apoyo prácticamente unánime de todos los sectores? Lo dudo.

Lo cierto es que este asunto plantea la necesidad de reflexión, no sólo de los periodistas y los gremios periodísticos, sino también de los relacionistas públicos y estrategas de imagen.


(NOTA DE LA AUTORA:
Esperé días para pensar de manera más sosegada el tema de José Vargas Vidot y el circo mediático que se formó con las alegadas querellas en su contra. Yo tenía que poner un poco de distancia para analizarlo con la cabeza fría y sin emoción, algo bien difícil en mí, que soy toda emoción. Fría, por el hecho de que Vargas Vidot es mi amigo desde el 1994. Lo quiero, lo respeto y conozco de primera mano su labor en Iniciativa Comunitaria.

De hecho, el día en que rompió la noticia de que una doctora se querelló contra él por supuestamente ejercer la medicina de manera ilegal, corrí a estar a su lado para apoyarlo y para prestarle mi experiencia como estratega y relacionista, si me necesitaba. Eso no fue necesario porque apoyo tuvo de más. Estuve en la conferencia de prensa que él ofreció y me indigné al ver su sufrimiento .¿Y por qué no decirlo? Sí. La indignación que sentí por ese ataque visceral en su contra hecho por un fantasma oculto entre las sombras me hizo llorar de rabia. Confieso que estuve dos días enferma, creo que con presión alta o baja, no sé cuál, a raíz del evento.

Así que antes de publicar mis observaciones sobre este tema, hago constar esa aclaración porque soy fiel creyente en la transparencia. Si yo critico a los analistas y comentaristas que no dicen públicamente sus vínculos con los objetos y figuras de los que hablan, no voy a caer en esa falta de ética y cometer ese mismo error imperdonable.
Creo que es mejor dormir con la cabeza tranquila. Tener la conciencia limpia. Ser honestos ante todo. Por eso aquí van mis observaciones).


Hechos indiscutibles:

Esta noticia plantea una serie de asuntos que no tienen discusión:

1. La inmensa mayoría del público creía que Vargas Vidot era médico aunque no era cierto.

Si fuera sólo por esta razón, la supuesta querella de por sí, era una noticia porque cumple con los criterios de lo que es prominente y llama la atención del público. Era algo que se sale de la norma y afecta la vida de personas. Era un tema de relevancia pública, un suceso poco común, capaz de producir una respuesta emocional en los receptores. Por eso fue que, de entrada, fue casi un “shock” la información de que Vargas Vidot no tiene licencia. Quizás por eso provocó en muchos la sensación inicial de que se trataba de otro “héroe” que era falso.

Pero Vargas Vidot nunca se presentó como doctor. Ha sido la prensa y los periodistas quienes siempre lo han presentado como tal. De hecho, en El Nuevo Día se publicó una entrevista que se hizo a Vargas Vidot hace unos años en la que él incluso explicaba que no tenía licencia para ejercer la medicina porque él optó por no tomar los exámenes. En ese sentido, ¿era esto una noticia? En lenguaje de relaciones públicas era un “non issue” ya que él había dado esa explicación públicamente aunque muchos lo desconocieran.

Por otro lado, la insistencia en llamarle “doctor” o “galeno” por parte de la prensa no es incorrecta ya que, aunque no tiene licencia, el sí tiene un doctorado en medicina, además de varios honoris causa. La pregunta que hay que hacerse es si Vargas Vidot pudo haber sido más enfático y corregir, o si, al permitir que todos lo llamaran doctor, indujo a error.

2. ¿Hace falta ser médico para hacer lo que él hace?

Definitivamente que no. Sólo hace falta tener compasión por el prójimo. Solidaridad y nobleza. Estar dispuestos a ayudar a los más despreciados y rechazados de la sociedad, tales como los y las trabajadores sexuales, los enfermos con VIH o SIDA, las personas sin hogar.

En ese sentido, la pregunta que habría que hacerse es ¿cuántos médicos con licencia hacen ese tipo de trabajo? O mejor, ¿Cuántos médicos en salas de emergencia fingen no estar disponibles para no tener que atender y muchos menos tocar a un paciente que llega con una llaga supurando o en un viaje por drogas?

En términos de cobertura de prensa, sería interesante saber las estadísticas. ¿Cuántos médicos recién graduados atienden a adictos o enfermos? ¿Les da asco hacerlo? ¿Los aceptan o los rechazan? Son algunas de las preguntas que pocos médicos quisieran responder.

Si como regla general la mayoría de las personas que pasan por el lado del deambulante ni lo miran o al que pide dinero en el semáforo les dicen “¿por qué no te pones a trabajar?” y hasta les pasan de largo; o a los que entran en restaurantes de comida rápida a tratar de comer los sacan, no sería descabezado pensar que a ciertos médicos no les va a dar asco el atender a la población que suele tocar Vargas Vidot y los voluntarios de Iniciativa Comunitaria.

3. ¿Ser primero en la noticia polemiza con informar la verdad?

El periodista colombiano Javier Darío Restrepo, quien estuvo recientemente en Puerto Rico, mencionó que ante el advenimiento de la Internet y la competencia mediática, los periodistas muchas veces caen en el error de no corroborar la información que reciben. Y en este caso, la prensa tiró la noticia de inmediato, y sin corroborar.

También, en su inmensa mayoría, los periodistas presumieron que la noticia un chisme sin corroborar era cierto, por lo que transmitieron o dieron a entender que Vargas Vidot mintió. Horas más tarde, el panorama se aclaró. En ese sentido, la prensa faltó a uno de los postulados básicos del periodismo que es buscar la verdad

Como regla general - y en mi práctica de reportera investigativa esa era mi norma – un periodista debe corroborar la información con al menos tres fuentes distintas. Esto es básico, especialmente si se trata de una información que puede destruir una reputación, afectar a una empresa o un grupo.

Una noticia consiste en relatar los hechos tal y como acontecen. Pero para poder hacerlo adecuadamente, los hechos tienen que ser verdaderos y por lo tanto, verificables. Y en este caso, ningún periodista corroboró antes de disparar la noticia. Lo que algunos se limitaron a hacer fue a preguntarle al propio Vargas Vidot en su conferencia de prensa, si él conocía quien era la doctora que había puesto la querella o cuáles eran sus motivaciones. A eso él les contestó que desconocía.

El periodista y más aún, sus editores, debieron haber corroborado de dónde provino el correo electrónico, ir a las autoridades – Salud, Colegio de Médicos, Justicia, etc… - para constatar si habían querellas radicadas.

Antes de publicar la noticia, debieron haber hecho una breve constatación. En ese sentido, la prensa fue irresponsable. Por ser los primeros en dar la noticia, desinformaron.

4. Hubo falta de balance y de objetividad de parte de los reporteros

Los códigos de ética de los gremios periodísticos, así como en cualquier clase de periodismo básico coinciden en que la prensa tiene la responsabilidad de relatar con la mayor objetividad y veracidad posible como se ha producido ese acontecimiento. En otras palabras, el periodista debe ser riguroso.

De entrada, los periodistas que publicaron la noticia sin incluir una reacción de Vargas Vidot no fueron balanceados. En ese sentido, prejuzgaron un evento y no se le informó adecuadamente al público porque la información estaba incompleta. Relatar una noticia requiere veracidad y precisión. Ambos requisitos fueron obviados cuando surgió la noticia.

El hecho de que a través de los años Vargas Vidot ha trabajado de cerca con muchos periodistas que cubren sus intervenciones en los puntos de drogas lo acompañan en campañas humanitarias a nivel local o en otros lugares, como por ejemplo, Haití, hizo que también se borrara un poco el lindero entre el dar la información y asumir posiciones.

Hubo periodistas, en radio y en televisión, que al entrevistar a Vargas Vidot hicieron comentarios que obviaron la objetividad con la que se debe reportar. Editorializaron en cámara. Y en prensa escrita, el exceso de cobertura de sus proyectos parecía más parte de una campaña para mejorar su imagen pública.

Si bien es cierto que muchos periodistas respetan, admiran y apoyan a Iniciativa Comunitaria, no es menos cierto que la amistad es una cosa y el trabajo periodístico debe ser otro. Aunque la objetividad es una falacia ya que todo el mundo tiene sus prejuicios, el periodista debe aspirar a ser justo, y por ende, balanceado. No debe verse reflejado en su trabajo ninguna opinión o juicio de valor. Es el público el que debe llegar a sus propias conclusiones.

5. La falta de balance demostró la selectividad de la prensa

¿El hecho de que Vargas Vidot es querido por la prensa le da más derecho que a otras figuras públicas cuya reputación se cuestiona? ¿Si hubiera sido un político, o un artista, se le hubiera tratado igual?

El acceso a los medios lo tiene, pero, precisamente por eso, se aprecia un desbalance en la forma en que se abordó esta noticia por parte de algunos medios y periodistas en contraste con otros casos recientes.

Un ejemplo reciente fue el del caso del ex jugador de la selección nacional de baloncesto, “Piculín” Ortiz, quien recientemente fue arrestado por posesión de plantas de marihuana y armas ilegales. Algunos reporteros y comentaristas deportivos lo calificaron de “ser víctima”, de “estar enfermo” e instaban a sus lectores-radioescuchas-televidentes a “recordar que representó a Puerto Rico”. Sin embargo, no hacen lo mismo con las decenas de personas que arrestan por casos relacionados a drogas todas las semanas.

También contrasta con la manera en que la prensa fiscalizó otro caso reciente, que fue el de Richard Roark, asesor del presidente del Senado Thomas Rivera Schatz, que a pesar de su récord, sí fue admitido a ejercer como abogado. ¿Tuvo este asesor el mismo acceso de Vargas Vidot a defenderse? Es obvio que hacer comparaciones entre ambos sujetos de la noticia lucen inapropiadas, pero lo cierto es que la prensa debe presentar balance en todas las coberturas.

En el caso de Vargas Vidot sacaron la noticia, su conferencia de prensa, su reacción y ahí quedó. Hay preguntas sin contestar que a cualquier otra persona le hubieran hecho.
En este sentido, me parece que la prensa tiene la obligación de fiscalizar más a Vargas Vidot. Preguntar, por ejemplo, si no dio el grado o no pasó el examen de médico para obtener la licencia en Puerto Rico, o si la universidad donde estudió en la República Dominicana es aceptada por las autoridades locales. O, más que preguntar, buscar las credenciales en esa institución. Vargas Vidot dio a los periodistas copia de su diploma de graduación. ¿Lo publicó algún medio?

Una fiscalización más asertiva de Vargas Vidot resultará positiva para Iniciativa Comunitaria a largo plazo porque en la medida en que todo sea transparente, menos dudas se quedan en el tintero de cómo opera esa organización o cómo manejan sus fondos.
Sería importante conocer el “Who’s Who?” de Iniciativa Comunitaria. ¿Quiénes son sus líderes aparte de Vargas Vidot? ¿Quiénes son los que tienen licencias y de qué? ¿Cómo se distribuye el trabajo y las responsabilidades en Iniciativa Comunitaria? Estas respuestas serán positivas incluso para la organización.

6. Se intentó dañar una imagen

Es indiscutible que hubo un respaldo abrumador a la gestión de Vargas Vidot e Iniciativa Comunitaria. En ese sentido, la estrategia que se desarrolló para dañar su imagen no funcionó. Sí se hizo un daño, y sí la prensa lo captó llorando, pero quizás por eso la reacción de oposición a este caso ha sido tan contundente. El daño se reparó casi de inmediato. Incluso, se fortaleció el apoyo público a esta organización. Queda por ver si en un futuro el apoyo se sostiene.

Un análisis desde la óptica de las relaciones públicas demuestra que Vargas Vidot actuó de manera ejemplar. En manejo de crisis es importante dar la cara y eso fue precisamente lo que él hizo. Convocó a la prensa, dijo que no tenía licencia pero que jamás ha violentado alguna ley, que tiene médicos licenciados entre sus voluntarios y empleados, que desconoce quién originó la querella y expresó su sentir ante la situación.

Fue acertado al responder y al hacerlo hablando en un lenguaje poco usual en situaciones como esta, Vargas Vidot consolidó su apoyo. A manera de ejemplo, en casos en los que agarran a un político siendo infiel, lo primero que éstos hacen es admitir culpa y pedir perdón. Ese estilo que es bastante común en los Estados Unidos, a la larga, no es creíble. Se ve artificial y planificado.

Aunque no es el mismo caso, Vargas Vidot se mostró tal cual es. Una persona sencilla que opera desde la compasión y la solidaridad. Esto desarmó a los periodistas y al público. Dudo que alguna otra figura pública en Puerto Rico que haya podido responder a un ataque a su reputación de manera casi inmediata y conseguir un apoyo prácticamente unánime de todos los sectores.

El prestigio o la reputación que pueda tener una figura pública se logra cuando se combina la admiración, el respeto y la confianza. En el caso de Vargas Vidot, se intentó atacar a las tres características pero no se logró. Fue lo opuesto.

7. ¿Por qué?

¿Por qué este escándalo? ¿Por qué ir contra Vargas Vidot? ¿Qué representa eso? ¿Quién está detrás de esto? ¿Contra quién se puede defender Vargas Vidot si sus acusadores están ocultos? ¿Puede demandar a alguien que no existe? Estas son sólo algunas preguntas que aún no tienen respuesta.

Los rumores de quién pudo originar este escándalo abundan. El comentario sin confirmar entre periodistas es que el e-mail que desató este escándalo lo originó un relacionista público que trabaja con políticos y con un médico prominente que compite por los fondos federales que recibe Iniciativa Comunitaria para atender a la población narcodependiente. Si eso es cierto, la entidad o individuo cometió un error de cálculo en su estrategia porque al tratar de destruir una reputación lo que hizo fue generar un apoyo casi unánime a favor de Vargas Vidot.

En cualquier caso, la prensa no ha conseguido o encontrado nada aún.

8. En Puerto Rico adolecemos de héroes

Si algo ha resultado de la noticia que desató la supuesta querella contra Vargas Vidot es que para muchas personas su labor es digna de admiración y respeto. Demostró que el pueblo apoya gestiones distintas a la tradición gubernamental que mira al adicto de manera punitiva. Demostró además que si bien es cierto que no todos se atreven hacer el trabajo que se realiza en Iniciativa, hay que apoyar esa gestión.

En ese sentido, para muchos, la imagen de Vargas Vidot se creció como un héroe comunitario que hace lo que pocos se atreven y por eso tiene el respeto del pueblo. Sin embargo, en términos de periodismo, aquí están encontrados dos aspectos fundamentales del ejercicio de la libertad de prensa: el interés del pueblo de conocer la historia real de sus héroes versus el interés de los medios de comunicación de crear sus héroes o destruirlos para vender periódicos o generar altos ratings. Y en ambos casos, el resultado es patético porque el pueblo aún hoy desconoce la verdad y no tiene toda la información para llegar a sus propias conclusiones. ¿Qué pasó? ¿Cómo se planificó este escándalo? ¿Cuándo se originó el plan? ¿Dónde empezó todo esto?... y ¿Por qué? Hasta ahora, quedan sin contestar.

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