(NOTA: Esta columna fue publicada posterioremente en NotiCel el 21 de junio de 2016 - http://www.noticel.com/blog/204533/toy-story.html )
Abre la primera escena de la película. Aparece
Ricardo Rosselló haciendo campaña. La cortan y viene otra escena. Aparece la
Junta de Control Fiscal. La imagen se disuelve a negro, y entonces sale la
imagen del Capitolio federal. Se escucha una voz potente en inglés en un “voice over” que parece ser leído por un
tipo Morgan Freeman o James Earl Jones, y regañando, le recuerda a la Junta que
actúe y ponga en cintura al gobierno de Puerto Rico: “Hay que empezar ya a
cortar gastos”. Esa voz omnipotente que es el Congreso recuerda que ellos son
los que mandan y que la Junta son meros empleados designados. ¿Cómo se llama la
película? Toy Story.
Nos hicieron creer que este cuatrienio sería “Born on the 4th of July” pero terminó
siendo una sequela de Toy Story. Es
como si entráramos a una sala de cine y nos cambiaron la película. Los
personajes son los mismos, pero en distintos roles, porque de eso es que se
trata y así mismo es como le comunican las cosas al pueblo. Nos cambiaron la
película y todavía no nos damos cuenta de que el mensaje dice una cosa, pero la
audiencia entiende otra bien distinta. Y si el mensaje está distorsionado, no
llega.
En la película de ese cuatrienio, se suponía
que el Gobernador fuera el personaje principal pero ese papel lo tiene quien
siempre lo tuvo pero que ya por fin lo dice abiertamente: el Congreso. Ya no le
importa descorrer el velo colonial y demostrar que son los dueños y señores del
territorio. Salieron del clóset de las apariencias que imponían el ELA y los cabilderos
populares por más de 50 años. Los otros
personajes más o menos quedan así:
Protagonistas: Congreso
de los Estados Unidos
Actriz principal: Laura
Taylor Swain, jueza federal de la
quiebra
Actores secundarios: Miembros
de la Junta de Control Fiscal: José B. Carrión III, Carlos “el Caco” García,
Ana Matosantos, Andrew Biggs, Arthur González, José González, David Skeel, y
Elías Sánchez
Actores de reparto: Natalie
Jaresko, Ramón Ruiz,
Jaime El Koury
Extra: Gobernador
Ricardo Rosselló
Espectadores: El
pueblo de Puerto Rico, que puede gritar, pero ni su voto cuenta.
Sí, Ricky Rosselló ha quedado relegado a un
papel de extra sin control real. No porque se lo merezca ni porque él lo
quiera. De hecho, es hasta injusto decirlo porque el Gobernador está ‘fajao’
trabajando y bajo unas condiciones peores a las que enfrentó su padre. El que
diga lo contrario, miente a la verdad. El problema es que tiene un serio
problema de comunicación aunque lo niegue. Y el peligro que tiene es que si
sigue así y no endereza, bien pronto le pasará como a su predecesor, Alejandro
García Padilla. No porque tenga incapacidad, sino porque no le van a creer lo
que dice.
Porque en comunicación una cosa es dar un
mensaje y otra es que la gente te lo crea. Rosselló prometió que haría un
plebiscito de status y cumplió su promesa, pero con tan baja participación de
casi un 23% de electores, que realmente lo que dice es que no tuvo poder de
convocatoria para movilizar gente. Rosselló dice a los jefes de su gabinete que
no quieran trabajar con el presupuesto reducido, que renuncien, pero les paga
salarios astronómicos casi cuatro veces más altos que el empleado público promedio. Pregúntele a los empleados
transitorios que botaron o a los regulares que están a punto de recibir el
cantazo de una reducción en su jornada si los salarios de sus jefes no les dan
ganas de gritar.
Miren si ya empieza a fallar en la comunicación
que en pleno verano, cuando tantas familias están tan pelás’ que no tienen dinero
ni para irse de vacaciones, el gobierno les anuncia en el periódico El Nuevo
Día que cerrarían los balearios. Cuando se dieron cuenta de la reacción, rápido
pusieron el freno y al otro día en la mañana corrió el Secretario de la
Gobernación a WKAQ y a NotiUno para desmentir la información. Parecía como
aquella vieja campaña de la Universidad del Sagrado Corazón “Idioma defectuoso,
pensamiento defectuoso”. Es el mismo síndrome de la comunicación improvisada
que tenía el gobierno anterior, que corría cuando la gente que está recibiendo
golpes, brinca y protesta.
Entonces están Legisladores aprobando un
presupuesto sin transparencia y hablando de recortes en las agencias, pero en
el récord público están los contratos a amigos y ex políticos que se ganan
miles cuando aquí han despedido a empleados transitorios y se sabe que vienen
recortes en empleados públicos, cortes en escuelas y en pensiones de jubilados.
¿De qué entonces estamos hablando? Estos son ejemplos de dónde se tira la raya entre la comunicación real y
la fantástica, entre la propaganda que intentan vender y lo que ya la gente no
le compra, porque no le come el cuento.
Y nosotros, el pueblo, somos los espectadores.
Nos quieren quitar la película 4K a volver a ver todo como si fuera un
televisor de los años 50 en blanco y negro. El guión está escrito por Washington
pero aquí siguen intentando cambiarle páginas al libreto, pero el público no es
tonto. Ve, analiza y aquilata. Creo que el resultado del plebiscito fue
evidencia de lo harta que está la gente de la politiquería y el doble discurso.
El problema de fondo es cómo logra que la gente
crea. Es un problema de aceptación del mensaje y de credibilidad. Ya la gente se
hartó y esto afecta al gobernador, a su gobierno y hasta a la Junta.
Rosselló tiene un reto incluso mayor porque
tiene otros ante las cámaras que le restan atención a su imagen y le roban el
show. Uno de esos es el vicegobernador, ese que tampoco fue electo por el
pueblo como los de la Junta. Me refiero a Elías Sánchez. El amigo del
Gobernador es de los que dice “si la cosa es robar cámara y llamar la atención,
eso lo puedo hacer yo también”. Sánchez nunca estuvo en la papeleta, pero el país
se lo tiene que chupar en todo, como portavoz no sólo en los medios sino que
habla hasta desde el podio con el emblema del propio gobernador. Por eso es que
hay muchas personas que se sienten que están en una sala del cine viene una
escena que no le gusta, se levantan para ir al baño o comprar popcorn. Y
mientras tanto, el Tiburón Blanco como le dicen al Presidente del Senado Rivera
Schatz, callado, observando y gobernando desde la Legislatura.
El público va a aceptar el cuento o lo que el
gobierno le dice según sus creencias, valores, opiniones y actitudes porque así
es que se forma la opinión pública. Pero las cosas toman un tiempo y se
requiere consistencia y planificación. Rosselló tenía un plan y nos lo dijo al público
hasta la saciedad en su campaña. Pero la Junta, el Congreso y hasta Elías
Sánchez le están robando el tiro, y si no endereza, la gente cada día menos le
va a creer o a aceptar lo que diga. Se le va a hacer cada día más difícil
establecer esa agenda temática porque en el proceso de difusión del mensaje, el
público no lo aceptará, y esto, mirándolo desde la óptica del análisis de la
comunicación.
A veces es mejor quedarse callado y esperar a que pase el vendaval. El silencio también puede ser una estrategia de comunicación, como bien analicé hace un tiempo en mi blog. Ese silencio puede ayudar a que los vientos huracanados que están por venir con los recortes que vienen, afecten a la Junta y no sólo al gobierno, porque de lo contrario, el público percibirá que el culpable es Rosselló. No dirán que es la Junta ni Elías Sánchez. Dirán, por el contrario, que Ricky se está pareciendo cada día más a Alejandro.
Total, son casi iguales. Como si el PNP fuera Pepsi
Cola y los populares, Coca-Cola. Uno tiene la lata azul y la otra roja, pero
siguen siendo colas. Y mientras el país está consumiendo más agua, la gente
está dejando de consumir cola. (Y no me hablen del PIP, porque es la misma
historia. Es PIP es lo poco que queda de la Cola Champange, que a no todo el
mundo le gusta). A la hora de la verdad, son lo mismo porque tienen al pueblo
en ese vaivén de confusión porque no hablan con la verdad ni hablan claro.
Sé, por experiencia, que cuando uno dice las
cosas claras se busca enemigos. A nadie le gusta que se las canten como son. Por
eso sé que con esta columna me termino de fastidiar, pero es la verdad. Están a
tiempo de corregir. Hagan lo que tienen que hacer y déjense de figurear que el
país no está para el figureo. Hay una competencia entre el gobierno y la Junta
por ver quién es el que más se pauta pero sin contenido y la situación económica
no nos permite darnos el lujo de seguir en este juego. A la hora de la verdad,
es mejor ser un buen extra, que tratar de ser un mal actor protagónico. Como
diría Buzz Lightyear en Toy Story: “To
inifity and beyond”…
No comments:
Post a Comment