(NOTA: Esta columna fue publicada originalmente en NotiCel el 8 de marzo de 2017 - http://www.noticel.com/blog/200834/las-esclavas.html )
Las mujeres en Puerto Rico seguimos siendo las esclavas. De los hombres, del trabajo, de la familia, de los gobiernos, de los políticos, del sistema, de nosotras mismas. Somos esclavas. A algunas nos pegan, a otras nos matan, pero a todas nos maltratan porque así está conformado el sistema. Nos insultan todo el tiempo, y muchas lo permitimos sin darnos cuenta porque está como un “chip” metido en la memoria de una computadora. El código del discrimen donde primero se ve es en la comunicación. En el lenguaje y la expresión verbal natural en este país todo gira en torno a menospreciar a la mujer por ser mujer.
“Para respetar a la mujer, la mujer tiene que
empezar respetándose a sí misma”, oigo a muchos decir. Es que la
macharranería está en brote en estos días como también lo está el usar el
género como pretexto, como excusa o como razón para aceptar lo que se hace mal.
En ese sentido, quien actúe mal, lo hace mal. No importa si se es hombre o si
es mujer. Ese debería ser el enfoque de la discusión pública, pero lo que
sobresale es todo lo que tenga que ver con sexo, chillería y chanchullos, sin
importar la dignidad del pueblo, de las mujeres y de los seres humanos implicados.
Por eso es que hoy, en el marco del Día Internacional
de la Mujer, más que conmemorar la fecha con flores, chocolates o regalos como
esperan muchas mujeres o acostumbran hacer muchos machos, más que agitarme
discutiendo sobre la inequidad como hacen muchas fanáticas, más que piquetear,
yo reflexiono sobre qué podemos hacer para cambiar las cosas. Es poco lo que
vamos a avanzar si permitimos el mismo discurso. Si en los medios de
comunicación se aplauden a “Las Jefas” porque enseñan tetas, o se permite que
saquen a reporteras porque se ponen “viejas”, o se compran periódicos con
mujeres en bikini por verlas y se pasan rápido las páginas cuando la noticia es
de las que asesinan, o se acepta que los hombres sean los únicos analistas en
los medios y por lo tanto, son los que determinen como el país piensa y opina, entonces,
poco se avanza.
La lucha hay que enfocarla. Hay que extirpar el
machismo y el prejuicio desde la raíz. Hay que sacarlo de los medios porque ese
cáncer lo corrompe todo y se sigue regando. Por eso es que abogo por más
derecho a la mujer en su representación y en su participación en los medios
informativos. Después de todo, somos la mayoría. Pero las mujeres tenemos
también que reconocer que a veces nos hacemos cómplices del prejuicio porque
tenemos el carimbo de la esclavitud, bien marcado. Es como si cediéramos
nuestra libertad a otros, sin darnos cuenta. Donde primero se rompen esas
cadenas es en el lenguaje, así que aquí van 15 recomendaciones:
1. Hoy NO es el Día de la Mujer. Lo que se recuerda hoy es el Día la Mujer Trabajadora, que conlleva un
peso. Hay que hablar con corrección.
2. La crisis económica en Puerto Rico es la crisis de la mujer. Hay que reconocer que la mujer es
la que más se afecta con la crisis fiscal y las reformas que vienen. Las
mujeres jóvenes tendrán menos beneficios gracias a la Reforma Laboral. Las mujeres
viejas son las más afectadas sin el pago de sus bonos o con el recorte de sus
pensiones. Las mujeres jefas de familia – que son la mayoría – son las que
menos posibilidades tienen de superar esta crisis. En fin, las mujeres en
general son y serán las víctimas directas de los recortes y donde más se va a
recortar es en salud, en familia y en educación,
campos en los que precisamente, las mujeres son la mayoría como empleadas o
como beneficiaras. Ahí es que debe enfocarse la discusión pública.
3. Tener más mujeres en el gobierno no es un premio. Sí se le aplaude al Gobernador
Ricardo Rosselló que habla de igual paga por igual trabajo, y que quiere tener
equidad en su gabinete, pero eso no necesariamente significa que será un mejor
gobierno. No por ser mujer se es excelente. Se debe evaluar si sirve en su
función, no en su género.
4. La mujer tiene que ser una dama. ¿Qué es eso? Es el equivalente a
decir que la mujer es una princesita, irrompible, o como cuando se le dice a
los hijos varones “no llores como una nena”. Se equipara el ser mujer con la
debilidad. O sea, el hombre es grande, fuerte, peleador, atlético, y la mujer débil, sumisa, llorona y si se tienen
características contrarias no se es un hombre o una mujer completo. Basta de
eso.
5. ¿Quieres que te respeten, pero te vistes así? Eso es como llamar “puta” a cualquier mujer
que enseñe sus atributos en un escote pronunicado, o tenga mini falda. Es como
decir indirectamente, si te violan o te acosan es porque que te lo buscaste. La
otra versión de esto es si te viste seria, pareces lesbiana. O decirle a las niñas que no jueguen en el
patio porque si se enfangan, es que son
marimachos. Cuando llegan a adultas, entonces, si tienen carácter, las tildan
de mandonas, peleonas o insolentes. Ni una cosa ni la otra. Ya estos estereotipos
no deberían existir.
6. Ser madre te hace una mujer completa. Falso. La maternidad no es la
realización de la mujer. Es un proceso de vida que enriquece y alegra a muchas,
pero a otras no. El ser madre no te define ni como mujer ni como ser humano. No
te completa. Hay muchas mujeres que no sirven para ser madres porque no tienen
los recursos emocionales para serlo. No se debe juzgar a quien opte por no
serlo.
7. A la mujer le hace falta un hombre. La verdad es que el tener pareja es lo mejor
del mundo, pero no completa ni le arregla la vida a una mujer. Muchas veces es
todo lo contrario. La mujer no necesita un hombre para completar su vida, pero
sí para compartirla. Otra versión de esto es cuando se dice que la mujer tiene
que saber cuidar al hombre. Sí, como se
cuida a los hijos, a las madres o a los perros. Se cuida a un enfermo, pero con
una pareja se comparte. La mujer no es esclava del hombre.
8. Es mujer pero no sabe cocinar. Esta frase la escucho cada día más entre los
jóvenes. Increíble. Es como perpetuar el estereotipo de que la mujer es el ama
de casa y ese es su único rol.
9. Le dieron el trabajo porque se acostó con el jefe. Claro, porque las universidades no
están llenas de mujeres. ¡Por favor! Miren la realidad. La mujer se prepara
cada día más y son muchas las que siguen luchando por romper el techo de
cristal que les impide ascender a posiciones de liderato. Son tanto o más
inteligentes que los hombres.
10.
Las mujeres independientes parecen prostitutas. Este ataque es mucho
más común de lo que se admite y viene tanto de hombres como mujeres. Cuando una
mujer es asertiva o franca, parece todavía no se encaja en los roles tradicionales,
y hay que combatirla. Esta manifestación del machismo es una barrera importante
que se tiene que eliminar.
11.
Los hombres son racionales y las mujeres emocionales. O sea, la mujer llora
y el hombre provee. Es como dicen algunos, que las mujeres son histéricas y
tienen que calmarse. Este es uno de los golpes más bajos que se le puede hacer
a una mujer por reclamar su voz propia. Eso de calificar a las mujeres como
emocionales o mirarlas así, suele
colarse mucho en los análisis que hacen politólogos en la radio, demuestra
cuánto subestiman o ignoran a la mayoría de esta sociedad. Esto hay que
denunciarlo y detenerlo. Ahí sí sería bueno montarles un piquete para que
aprendan a respetar.
12.
Se nota que es mujer porque guía malo. O sea, para muchos
los hombres son los únicos que nunca tienen accidentes en la carretera. Sé que
hay estudios hechos en Europa y en los Estados Unidos que demuestran que las mujeres
conducen con más cuidado. Sería bueno ver los números en Puerto Rico.
13.
Eres muy divertida o
inteligente para ser mujer. Este
estereotipo da asco. Al que lo diga, hay que callarlo.
14.
Todas las mujeres quieren casarse con un hombre rico. Algunas sí. Esas son
las que fastidian a los ex maridos con las pensiones, pero no se puede
generalizar. Esta frase echa por tierra el trabajo duro de tantas mujeres que
se levantan en este país. Es una afrenta.
15. Te ves bien para tu edad. A una
amiga en un canal de televisión le dicen mucho eso y me da coraje cada vez que
lo escucho. La edad no
define lo que somos, sino las acciones. Las canas y las arrugas se ganan, es lo
que le da peso a la vida. Es la experiencia y a eso hay que respetarlo.
Abogo por que a la mujer se le respete como ser
humano. Soy feminista, no hembrista. No me creo que la mujer, la hembra, esté
por encima del macho. No. No se trata de eso. Abogo por que se respete la
dignidad de todo ser humano, sea hombre o sea mujer. Después de todo, el
feminismo es un movimiento en el que también participan los hombres. Por eso en
el día de hoy destaco esta fecha en el calendario para reconocer la gesta de
tantas mujeres valientes que nos precedieron.
Como dice mi amiga Enid Gavilán: “La lucha no finalizará hasta que no sea
necesaria la conmemoración, hasta que no sea necesario marchar, hasta que no
sea necesario legislar. Sólo será posible cuando logremos la verdadera equidad,
cuando alcancemos la igual paga por el igual trabajo, cuando rompamos con el
paradigma de la construcción socio histórica del género, cuando tengamos un
lenguaje inclusivo que no nos invisibilice, cuando cese la violencia de género,
cuando vivamos en un mundo en el que prevalezca el respeto y la tolerancia. Hasta
entonces, seguiremos promoviendo el reconocimiento de los derechos de las niñas
y las mujeres como derechos humanos”, Y
yo añado, que hay que luchar por la
emancipación. No podemos seguir siendo esclavas.
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