Ponencia durante la
presentación del libro
“Tirando al Medio: Faenas de la Prensa Colonial”
de Luis Dávila Colón.
Sábado,
14 de Noviembre de 2015, Museo de Arte de Puerto Rico
Buenos días a todos. Estoy
aquí porque quiero hablarles de un subversivo que está entre nosotros. Les hablaré de mi querido amigo, el provocador
y subversivo Luis Dávila Colón.
El logro principal su libro “Tirando al Medio: Faenas de la
Prensa Colonial”, con todos los aspectos en los que difiero – es precisamente
que logra provocar la discusión y que desenmascara la realidad del traqueteo en
la opinión pública. Nos documenta una historia totalmente distinta a la
tergiversada por la dominante “mediocracia”
colonial criolla.
Y podemos diferir del él,
podemos aceptar lo que dice, o como me pasa a veces y le digo, que “me saca por el techo” cuando nos vuelve
locos con sus cosas, pero siempre lo tengo que leer y respetar... Por algo es
“Papá”….
¿Y por
qué es importante hablarles de Luis Dávila Colón hoy? Por muchas razones.
La primera, que no es
coincidencia que precisamente hoy presente su obra más excelsa, el libro “Tirando al Medio: Faenas de la Prensa
Colonial”.
Hoy precisamente cuando en el
mundo está atento al terror en París con los ataques que perpetraron anoche los
militantes extremistas de ISIS, pero acá en Puerto Rico, los medios estaban
dormidos…. Nos enteramos por la Internet y las redes sociales primero.
La presentación del libro hoy coincide
además con algo más que pasó anoche: Los despidos masivos en lo que era Casiano
Communications, hoy Latin Media, que fue adquirida por un grupo de
inversionistas encabezado el ex presidente de UBS, Miguel Ferrer.
Coincide además con la debacle
que está ocurriendo ahora mismo en el periódico El Vocero con la pugna entre
los socios y la salida de los directores.
Coincide con los despidos
recientes en GFR Media, el casi 70% menos en ventas que tendrá este año
Univisión televisión, la crisis que ha provocado cierres y seguirá provocando
cierres en emisoras de radio, agencias y todos los medios.
Vivimos en tiempos convulsos,
de mucha desesperación y una depresión económica asfixiante.
Por eso es que el libro que
hoy presentamos viene en un momento tan importante.
Más allá de la polémica
política, de lo que una pueda decir en contra de las posturas de fanáticos y
los “devotos” de sus análisis o de lo que digan sus múltiples “haters”, este libro de Luis Dávila
Colón nos sirve de ruta para poder hacer un análisis serio de las verdades
ocultas en la industria de los medios de comunicación en Puerto Rico.
Para mí este día tiene un
significado bien importante por muchas razones.
Primero porque junto a Luis,
creo que soy la única analista de la industria de medios en nuestro país y en
nuestro entorno caribeño, y por eso me toca el corazón.
Segundo – y no menos
importante - me toca también porque yo
llego aquí después de una historia larga con este hombre. Mis amigos y ex
compañeros periodistas todavía no entienden mi relación con él y nuestra
profunda amistad.
Estando NotiUno, Luis
criticaba constantemente a los periodistas que fiscalizaban y cubrían a la
administración del Partido Nuevo Progresista (PNP) bajo Pedro Rosselló. Sus
ataques furibundos a la prensa avivan masas y eso provocó que los fanáticos
políticos agredieran reporteros en 47 ocasiones, como demostré cuando tuve que
deponer ante la Asamblea Legislativa que investigaba el patrón de esas
agresiones. Eso hizo que yo, siendo presidenta del Overseas Press Club, moviera
una opinión. Fui varias veces a hablarle, pero finalmente el Comité de Libertad
de Ética de la institución lo criticó enérgicamente en una declaración escrita.
Y Luis, listo al fin, lo compiló junto a
su reacción y análisis en el libro La Dictadura de la Prensa que me dedicó en
el 1999.
Hoy, años más tarde, tengo la
satisfacción de decir que Luis entendió el mensaje que le di en aquel momento.
No se ataca al periodista que es un simple obrero de la noticia. Se ataca a las
líneas editoriales de los “mogules” mediáticos que son los que sin ser electos,
quieren y gobiernan a este país. Y eso, precisamente es lo que verán en este
libro.
Pero antes… Quiero aclarar
también que ser amiga de Luis Dávila Colón es ponerte un carimbo, sí de esos
que usaban los esclavos… Te ponen un carimbo por asociación, porque te señalan.
Te segregan. Te abandonan. Te rechazan. Te critican….
Sin embargo, aunque no lo
quieran admitir públicamente, te leen, te escuchan y concuerdan contigo. Al
final, te respetan porque te das a respetar por tu valentía, tu dignidad y tu
franqueza. Y eso es precisamente lo que demuestra Luis, con todas las
objeciones que se le puedan hacer.
Por eso, desde que comencé con
Luis en el 2010 con mi segmento “En Blanco y Negro” en el programa El Azote por
WKAQ, y luego, con mi blog del mismo nombre, y en cada columna que escribo o en
cada comparecencia mediática que hago, tengo ese carimbo, prácticamente en la
frente…. Pero como diría Carlos Pesquera, por aquello de recordar donde estoy
ahora mismo y con qué gente, “a orgullo lo llevo”.
Me enorgullece porque Luis es
un subversivo y un provocador como yo. Y por eso lo respeto.…
Como dijo hace muchos años en
aquel libro del 1999, La Dictadura de la
Prensa:
“Pensar, opinar, analizar, debatir ideas y expresar puntos de vista
divergentes y minoritarios no es tarea fácil en Puerto Rico. La intolerancia,
la competencia desmedida, la envidia, la incomprensión, la ambición de imponer
un poder y el afán de amordazar el pensamiento divergente, es parte de la gran
tragedia de nuestros tiempos. Irónicamente, vivimos juntos en una Isla,
segregados de costa a costa por una enorme cordillera ideológica que nos obliga
a darle las espaldas al inmenso mar de las ideas y de las opiniones divergentes”.
Esas palabras fueron para mí
una gran lección y son mi norte porque comprendí que me une a Luis el hecho de
que él no tiene la hipocresía y las malditas imposturas esas que han hundido a
este país… Él no tiene las vendas que dominan otros sectores.
Son precisamente esas vendas
las que, por ejemplo, hacen que el independentismo siga estancado como opción
descolonizadora porque se ha acomodado a la estructura de ser el tercero en el ámbito
del poder político. Porque debido a tantos años de persecución y represión federal
y colonial, el independentismo se acomodó y se acostumbró a los latigazos del
amo. Pero no del amo estadista, sino del sistema colonial. Y eso, aunque duela
decirlo y aunque a muchos independentistas les moleste admitir, es la verdad.
Muchos en el sector
independentista de este país se acomodaron y se acostumbraron. Por eso aceptan
ser silenciados, especialmente en los medios de comunicación. Y eso es
algo a lo que yo me niego y me negaré siempre.
Hay que decir las cosas como
son, y de frente. Sin miedo. Y esa es una característica importante de Luis Dávila
Colón y que demuestra de manera muy sincera en este libro.
Por eso yo lo llamo subversivo porque con su verbo y con su letra, intenta subvertir el orden social o moral establecido en las actitudes de los suyos. De los mismos estadistas, especialmente del PNP. Desde el primer capítulo, de manera objetiva admite los errores y la negación en la que vive la inmensa mayoría de los estadistas que se niegan a aceptar que su movimiento no está creciendo.
Y sí, Luis es subversivo
contra los que piensan como corderitos detrás del caudillo que dice ser
estadista pero que al final, viene a vivir de la colonia, a mantener la colonia
y a mantener a sus panas con contratos en el gobierno. Por eso lo respeto,
porque el único que se las canta en la cara a los mismos estadistas es Luis. Pero
eso no quiere decir que no difiera profundamente de él.
Difiero, y mucho. Difiero de
la premisa en su libro de que la principal causa del desbalance en la prensa es
que se enfocan en atacar a los estadistas.
No. Aquí en los medios se
discrimina mucho contra los negros, contra los viejos – que son y serán la
mayoría –, contra las personas con impedimentos, contra los extranjeros, contra
las mujeres, incluso contra los independentistas y otros sectores políticos
organizados. Es todo un orden político-ideológico que muchos medios quieren
impulsar, negando a otros sectores.
Y lo que es peor, en los
medios se selecciona una agenda que convenga al interés económico de sus
dueños.
Si tú tienes una nómina de $2
millones y tu medio no factura, o si como le pasa al canal de televisión, este
año vas a tener un 70% menos en ventas tienes tres alternativas: 1) o radicas
quiebra o vendes como hizo Casiano, 2) o reduces personal y reajustas como han
hecho todos, o 3) flaqueas y cambias de postura para acomodar tu editorial a la
conveniencia… Y eso es precisamente lo que pasa aquí. Aquí no ha habido una
depuración de los medios. Hay demasiados
que no se adaptan. A esto se añade la agonía en los medios impresos
El
poder económico-político de la colonia se chupó al poder editorial y a la
libertad de prensa.
Pero a diferencia de lo que
Luis dice en su libro, yo pienso que hay víctimas cada 4 años. No sólo los populares e independentistas
discriminan, sino también los del PNP porque cada vez que sube un gobierno
azul, empieza a sacar a los demás que se oponen. Eso es ley, y el que lo
niegue, miente.
Luis dice que el público está
expuesto a más de 17,000 horas de contenido anti estadista. Dice que hay
demasiadas horas anti PNP en la radio, pero yo difiero porque la desproporción
– si la hay – no es tan grande. Por ejemplo, en Wapa Radio que tiene emisoras en San Juan Ponce,
Aguadilla, Arecibo, Guayama. Es la única emisora que transmite las 24 horas del
día y que deja a la gente hablar y expresarse, y casi todos son estadistas. Lo
mismo pasa en muchas emisoras regionales que son cada vez más fuertes que las
cadenas, como he destacado en varias columnas.
Sin embargo, sí aplaudo a Luis
porque casi sin recursos, hizo un estudio cuantitativo y cualitativo que provoca
y le da en la cara con estadísticas, a los demás. Lo que me hace preguntar es
¿por qué en las escuelas de comunicación no hacen esa misma evaluación? ¿Por qué
no publican los estudios que hacen los estudiantes de maestría? ¿Por qué no
informan al país esos análisis de los sesgos con los que la prensa quiere
controlar la opinión pública? ¿Por qué no se atreven a desmentir lo que hace
Luis? Quizás por miedo a no conseguir los pocos trabajos que quedan, si alguno,
en los medios. Es irónico porque esto es
lo que deberían estar haciendo las universidades, pero Luis muy hábilmente lo
presenta en su libro.
En su análisis en “Tirando al Medio” nos provoca a contar
esas horas, a corroborar si es verdad lo que dice o si exagera o si debemos
crear nuestras propias hipótesis. Él lo que quiere es que otros se muevan a corroborar
sus teorías, que al final de cuentas, haría un servicio al país y a la
democracia.
Por todas esas razones hay que
destacar este trabajo. Luis Dávila Colón sacó el tiempo que otros no sacan para
hacer una recopilación de información, la agrupó y la presenta en una obra sin
precedentes en el análisis del periodismo puertorriqueño. En ese sentido, es
una Lectura más que obligada, imprescindible, en todo aquel que pretenda
llamarse comunicador o periodista.
·
El
libro tiene 21 capítulos y 382 páginas que no puedes dejar de leer. A veces
porque asientes y sientes que te dice la verdad, como si te pararas frente a un
espejo. Otras veces, porque quieres gritarle que se equivoca, o que está loco
entró en fase maniaca cuando lo escribió, o que no aceptas su argumento, pero
no puedes detener la lectura.
·
Los
capítulos 1, 2, 3 y 4 son una verdadera joya. Lectura obligada para los
periodistas en las que sienta las bases de su teoría sobre el discrimen en los
medios a la mitad de la población.
·
El
capítulo 5 arroja luz sobre las interioridades en El Vocero. Mientras que los
capítulos 6, 7 y 8 hacen un recuento de los eventos políticos y cómo las
coberturas noticiosas se fueron dando con sus obvios matices ideológicos.
·
El
capítulo 9 recuenta la determinación de Tribunal Supremo en las elecciones de
2004 y en el capítulo 10, habla de los “Pavaclintocks”. En el capítulo 12 analiza la cobertura
noticiosa de la Pensión Cadillac de Roselló, y en el capítulo 13 cómo la prensa
cubrió el caso de Acevedo Vilá, y las dobles varas en coberturas de otros
casos.
·
En
los capítulos 14 y 15 hablan de Fortuño, en el 16 del Tribunal Supremo. En el capítulo
17 de Rivera Schatz y en el 18 de la elección del incumbente García Padilla.
·
El
capítulo 19 narra la guerra de las
portadas entre El Nuevo Día y El Vocero durante el 2012 que merece una lectura
detenida. En el 20 con la colonia y Ricky Rosselló, y termina con reflexiones
importantes sobre la realidad actual y lo que podría pasar a partir del 2015 en
su último capítulo.
Este libro es una lectura mandatoria,
porque no es un mero análisis de contenido, sino un profundo análisis
cuantitativo y cualitativo de horas, espacios y tiempos. ¿Qué podemos diferir?
Claro. Lo que es indiscutible es el esfuerzo.
Y si
en algo coincidimos es que todo esto abona al vertiginoso colapso en la
credibilidad del periodismo y de los medios puertorriqueños.
Precisamente hace dos días el
diario The Washington Post hablaba de
por qué la gente tenía que temer el futuro para los medios noticiosos por todos
los problemas económicos y editoriales que enfrentan en los Estados Unidos. https://www.washingtonpost.com/news/the-fix/wp/2015/11/12/why-you-should-fear-for-the-future-of-news-in-1-chart/
Por eso el análisis que hace
Luis en su libro sobre el uso de las redes
sociales me parece interesante, viniendo de uno al que prácticamente tuve que
empujar para que creyera y se convirtiera.
Pero no necesariamente el total de seguidores te hace influyente. A
veces con menos, tienes más poder de mover la opinión.
Me pareció genial su
evaluación de contenidos noticiosos desde las ópticas de los parámetros de la
propaganda y la manipulación, y como usó las teorías que tanto sigo de Noam Chomsky y las viró al revés. Y concurro
cuando dice que:
“El uso y abuso de la información selectiva y la desinformación como un
instrumento de timoneo electoral y control político y social, es el arma más
formidable con que cuenta el colonialismo puertorriqueño para mantener sumiso
el electorado. Ese tipo de periodismo colonial es la yunta de bueyes que
mantiene la retranca del status”
Luis dice que:
“Los marcadores de nuestra “historia” son los periódicos y medios
imperantes (que denomina “mediocracia colonial”) que con titulares falsos y
gordos han timoneado, censurado y tergiversado la historia a su antojo. En
especial durante una época en que no existen líneas editoriales alternas ni
voces disidentes que puedan presentar en cada suceso el otro lado de la moneda.
En particular, esa visión que compartimos la mitad de la población estadoísta,
invisibilizada, censurada, carpeteada y diabolizada por esa mediocracia
colonial que ahoga nuestra endeble y fraudulenta democracia”.
Yo difiero. Pienso que en el Puerto
Rico actual existen versiones mucho más pequeñas son igualmente subversivas
contra ese tsunami del poder mediático. Casi todas desde las redes y la
Internet.
Un Dr. Shopper que lleva 10 años tratando de hacerle frente a las
mentiras y la censura previa de empresarios – debemos recordar lo que hizo con
esquemas de fraudes, con el AuoExpreso, con los dinares, con los multiniveles,
con el café y el arroz que controla un empresario y los hace lucir como de
aquí, contra el ron… Un José Elías Torres en WPAB, un Radio WALO en Humacao, un
regional como La Perla en Ponce, un NotiCel en la medida en que puede.
¿Qué por qué hay que leer a
Luis Dávila Colón?, les doy una razón adicional.
Porque es verdad que a los
medios hay que fiscalizarlos.
Los medios locales tienen un
historial de irresponsabilidad a la hora de informar. Por ejemplo, en el 1972
se concentraron en cubrir el certamen de Miss
Universe que se celebró en el hotel Cerromar
en Dorado y poco se destacó sobre las muertes de 22 puertorriqueños dos meses
antes en un ataque de terrorista en Tel Aviv mientras se dirigían a Tierra
Santa. Bueno, es que los certámenes de belleza siempre han sido una nota mediática
para desviar la atención de otros asuntos.
Pero como dice el periodista y
compositor Alexis Morales Cales, la prensa local tiene un alto grado de
irresponsabilidad al obviar coberturas de cosas importantes. En 2001 se
concentraron largas horas en el referéndum de la Marina mientras miles de
puertorriqueños sufrían una extraña serie de erupciones en la piel y problemas
respiratorios que abarrotaron las salas de emergencia. No fue hasta que terminó
la transmisión pagada del referéndum, como a las diez de la noche, que una
periodista de Univisión dijo: “Un volcán ha
hecho erupción a 200 millas al sur de la Isla. Se recomienda no salir a la
calle”.
Ese historial es engrosado
ahora por la falta de cobertura y análisis adecuados de las pesquisas del gobierno
federal a los funcionarios del gobierno actual versus a la apabullante cobertura
y fiscalización en casos similares durante la administración de Pedro Rosselló.
Y anoche también se demostró
esa falta de análisis en los terribles actos de terror en París. Estamos ante
el umbral de un posible conflicto bélico internacional y acá los medios ni se
enteraron.
Y más aún, con todas las
críticas que se le puedan hacer al gobernador Alejandro García Padilla, hoy
digo que la prensa que lo cargó ahora gesta un golpe de estado en su contra.
Antes eran sus protectores,
ahora son sus enemigos, así como la prensa ha sido parte de la caída de
gobernantes a través de la historia.
En 1972 el diario EL MERCURIO
de Chile ayudó a crear el ambiente que desembocó en la caída del presidente
Salvador Allende. El día del golpe de estado contra Allende una cadena radial
apoyaba a los golpistas y exhortaba al pueblo a unirse a la rebelión. Si eso
fue bueno o no, habrá distintas opiniones. Pero fue así, la prensa fue parte de
la historia.
Acá en Puerto Rico, si AGP se
niega a retirarse, un periódico - o
mejor dicho, sus dueños - seguirán disparando municiones contra su antiguo
aliado en La Fortaleza.
Pero mientras se siguen dando
esas dinámicas, muchos periodistas optan por ser como yo les llamo “Kardashians, mingos o embarraos”. Les
llaman periodistas, pero en realidad no lo son. Son gente que podrá tener el
título universitario, la credencial que da el gobierno, o la identificación de
reportero de un medio, pero no ejercen la función con la responsabilidad que
eso conlleva. Es una cuestión de actitud. Y eso, el gobierno lo sabe y se
aprovecha. http://www.noticel.com/blog/177044/mingos-embarraos-y-kardashians.html
Como dice Luis en su libro – y
fue el único que se atrevió a decirlo de frente - en el verano pasado la
Asociación de Periodistas celebró su convención anual con días de fiesta en un
hotel de lujo de la capital. Poco fue lo que se discutió allí sobre las
mordazas a periodistas, la falta de
transparencia del gobierno de turno y de lo que ocurre al interior de los
medios. En cambio, y como dice Luis “hubo
una gran noche de gala. Un regio fiestón de premiación” en el que amplios
sectores del periodismo puertorriqueño montaron una alfombra de pasarela y
desfile de modas y se premió hasta los periodistas mejores vestidos.
Yo los miraba por televisión
desfilando con sus ajuares en una burbuja de superficialidad y pensaba, con
frustración, ¡Hasta dónde ha llegado la prensa puertorriqueña! Me sentí mal al
verlos, yo, que había luchado tanto desde los gremios, creando entidades para
defender la libertad de prensa, denunciando y defendiendo periodistas para ver
ahora el espectáculo en el que algunos cayeron. En lugar de denunciar las realidades
al interior de los medios, la prensa optó por convertirse en fashionistas en una vergonzosa y
humillante demostración de hasta dónde han bajado los estándares de lo que debe
ser el oficio.
Por eso el libro de Luis debe servir también de reflexión sobre los estilos y el ejercicio del periodismo.
Y termino con una reflexión
que me marcó profundamente. La encuentran en la Página 363 del libro:
“Aquellos que controlan la conversación y los que determinan la
narrativa, imponen a su antojo los temas, el contenido, las prioridades, las
perspectivas y las opciones políticamente correctas del debate diario de noticias.
Como invisibilizan al opositor y amordazan la disidencia, lo que predomina es
un corillo de prensa que repite el monólogo sordo, ciego y mudo, excluyente de
todo choque de ideas de la mitad de nuestra población. Cuando se privatiza y se
monopoliza el poder para determinar qué excluir, a quién destruir, a quienes
desterrar de los medios y cómo enfocar lo que es políticamente “aceptable” y lo
que noi es, o juzgar a quiénes son los “buenos” y quiénes son los “malos”, se
determina entonces el curso de lso eventos, se destruye la diversidad y el
pluralismo, pero más aún, se termina por socavar las bases de la democracia. A
la vez se sustituye la institucionalidad el respeto de los gobierno para servir
a los particulares intereses pecuniarios, así como a los prejuicios sociales”.
Muchas gracias.
Sandra D. Rodríguez Cotto
Sábado, 14 de noviembre de
2015
Museo de Arte de Puerto Rico
Presentación del libro
“Tiirando al Medio: Faenas de la Prensa Colonial” de Luis Dávila Colón
Sandra:
ReplyDeleteGracias por esta profunda reflexión y por tratar de manera sincera que tu amistad hacia Luis no nublara demasiado tu análisis sobre su libro y sus posturas.
Difiero en cuanto a algunos de tus comentarios y estoy de acuerdo con otros. En esencia, creo que hay tres elementos que conspiran poderosamente contra la prensa en Puerto Rico.
El primero es la profunda corrupción de la prensa a manos del gobierno. Podemos discutir de buena fe si es el "gobierno permanente colonial" el provoca esta corrupción o si es el gobierno de turno meramente. Lo cierto es que la impronta del gobierno en PR es tan grande y sus tentáculos económicos tan poderosos que a la prensa le resulta en muchas ocasiones imposible no alinearse. Hay demasiados anuncios, contratos y planes de publicidad de los cuales puede depender el margen operativo del medio.
Lo segundo que encuentro muy acertado es diferir de la permanente narrativa de la persecución antiestadista que Luis propone como motor fundamental de la relación prensa-estadismo. Creo que en esta instancia Luis sencillamente se ha enquistado en un modelo previo de la realidad que simplemente ha dejado de existir. El mundo ha cambiado y él no. Puede ser sencillamente porque se está poniendo viejo. O puede ser un motivo más ladino e interesado: la carta de la victimología estadista vende muy bien entre la grey anexionista. Luis sabe bien que predicar la discriminación antiestadista inflama pasiones, aumenta la audiencia y mantiene los ratings.
Finalmente, el problema de fondo de Puerto Rico gira alrededor del problema general de la pésima educación y cultura, tanto la de la población como del cuerpo de prensa. Enmarcado, claro está, en el insularismo residual pero aún potente que arropa a la isla. Uno escucha a los periodistas más jóvenes y no puede dejar de pensar, con asombro, que no saben nada de nada. Carecen de una base cultural firme sobre la cual aprehender la realidad contemporánea y poderla transmitir. La contraparte del público consumidor de las noticias es igualmente tenebrosa: un nivel de escolaridad general de octavo grado, el promedio que ostenta el pueblo de Puerto Rico, hace proclive al consumidor de noticias a estar pendiente de un contenido de muy baja calidad. Como dijo alguien sabio, los sabios hablan de ideas, los mediocres hablan de cosas y los ignorantes hablan de otra gente. Ese paradigma es el que domina en una prensa que se dedica, a todas luces, a una chismología más o menos refinada.
En fin, gracias por la lectura.
Totalmente de acuerco. Luis utiliza el supuesto discrimen para crear un odio convulso incluso entre los mismos estadistas. Habla de la manipulacion de la verdad, pero acado no es lo mismo que El hace?
DeleteMaribel, opino que Luis ha sido instrumental en inflamar la división entre Pierluisi y Rosselló de una forma completamente innecesaria y potencialmente irreversible. Luis será directamente responsable si se produce una escisión del estadismo de cara a las elecciones de 2016 y el PNP pierde. Esa se la anoté a su cuenta hace tiempo.
DeleteHablando de politica...escuchar o leer periodstas o de suuestos estadistas decir o escribir "en este pais, el pais, " en referencia a Puerto Rico, es una clara y simple evidencia que salen de su universidad completamente desorientado intensionalmente para desorientar a nuestro pueblo...PR, Isla Territorio de los EEUU... ese deberia ser el lenguaje constante !!..asi se concientizara al pueblo de lo que estan viviendo politicamente...pero...eso NO les conviene a estos grandes intereses que viven precisamente del estatus quo.... COMENZEMOS CON LO MAS SIMPLE NO CREN?
ReplyDeleteAmbos tienen puntos con los queconcuerdo y los que no. Cierto, en Puerto Rico los medios suben y bajan candidatos. Subieron a Sila e hicieron tripas a Rosselló. Subieron a AGP y ahora lo hacen trizas. Cierto, la agenda anti-estadista no es la misma de antes. Cierto, la educación y preparación de los periodistas más nuevos es como mucho mediocre. Cierto, mientras más se "vacie" la Isla peor será pues lo que queda es un publico ignorante consumidor de chismología disfrazada de periodismo.
ReplyDeleteLos medios en PR se quedaron atrás. Me entero de los acontecimientos en Facebook o Twitter a través de otros medios que de los medios locales. Noticias de hace dos días, las presentan en END como nuevas con la cara más fresca.
Van todos encaminados al fracaso, y por ende aumentará el manipuleo electoral para vender periódicos.