Es la cantaleta que no acaba. Mañana, tarde y noche es la noticia
principal: El impago de las deudas por la virtual quiebra del Estado
Libre Asociado es, sin duda, la comidilla en los medios de comunicación.
La opinión pública coloca a este tema como prioridad porque es algo
obvio que nos afecta a todos. No sólo a los multimillonarios,
empresarios o fondos buitres como les llaman. Se afectan también el
trabajador a pie, el asalariado, los viejitos que viven de pensiones
miserables, los que tienen sus chavitos depositados en cooperativas, los
embrollaos que no saben a qué prestamista pedirle más dinero porque no
hay y los que trabajamos por cuenta propia. Los que viven de pagar un
mes una cuenta y al mes siguiente la otra, también. Ahora los empleados
públicos y los pensionados enfrentan la misma crisis que en el sector
privado se vive desde hace más de cinco años.
Ha sido el cuco
que por fin llegó. El cuento del lobo, ahora es una realidad. La crisis
está ahí. No se puede negar que las décadas de ser botaratas con el
dinero público han tenido su efecto. Los culpables somos todos porque
seguimos escogiendo a los políticos que prometían obras faraónicas o
proyectos sociales cogiendo dinero prestado.
Pero si algo
teníamos los puertorriqueños era la palabra. Si se cogía prestado, había
que pagar. Incluso la Constitución garantiza los pagos y eso,
precisamente fue parte del prestigio del que gozaba la Isla en los
mercados financieros y que permitió a tantos gobernantes coger más
préstamos. Por eso es que este cambio en la postura en el gobierno de no
pagar sus obligaciones tiene que ser discutido hasta la saciedad. Esta
actitud de que la última deuda la paga el Diablo o la del que venga
atrás que arree, tendrá sus consecuencias. Eso los sabemos, pero aún así
pregunto yo, ¿es el tema del impago una prioridad para Juan del Pueblo?
¿Importa el impago?
A pesar de la amplia difusión del tema, la
inmensa mayoría del público sigue en neutro. Son tantos los problemas y
las preocupaciones, que la gente tiene una actitud de atender sólo lo
que les compete en su carácter individual no colectivo. Bregar con sus
chavos para poder sobrevivir.
Por eso fue que la semana pasada
cuando trascendieron varias noticias y titulares de primera plana sobre
el impacto del impago en las cooperativas, miles de personas corrieron a
retirar sus fondos. Algunas cooperativas han perdido millones de
dólares en depósitos en menos de una semana, y el sector enfrenta una
crisis de grandes proporciones que la prensa todavía no ha analizado en
profundidad. Sin embargo, esa crisis palidece si se compara con el
cantazo que vienen experimentando los bancos hace años.
Muchos
prefieren retirar capital y guardar los chavitos en su casa por temor a
que pase aquí lo que sucedió en Grecia o en Argentina. Aunque el FDIC
protege a los depósitos en los bancos y COSSEC en las cooperativas, esa
es la percepción real, y es algo de lo que no se quiere hablar en los
medios, quizás por temor a perder anunciantes o para evitar crear mayor
pánico.
Para el ciudadano promedio, su vida cotidiana es la
brega continúa. La gente sabe que los $70,000 millones de deuda del
gobierno están ahí y decir que van dejar de pagar $97 millones es menos
del uno por ciento. Total, ¿para qué? , preguntan muchos. Todos saben
que el gobierno es un mal administrador. La gente sabe que impera el
traqueteo en los contratos públicos y que llevamos décadas de los
economistas haciendo llamados a la mesura, pero no hacían caso. Gobierno
tras gobierno seguían cogiendo prestado y endeudando hasta nuestros
nietos. La gente se hartó de la politiquería.
¿Cuál es la
solución? ¿Cuál es la respuesta del individuo? La misma de siempre.
Escapar. El pasado fin de semana Plaza Las Américas y los Outlets en
Barceloneta estaban atestados de gente comprando cosas como si fuera el
Armagedón. Los que no estaban shopping, se fueron a la playa a coger
sol. O a la orilla del río a correr 'four tracks'. O a tratar de hacer
malabrares con lo que viene.
Al que perdió su casa porque no la
pudo pagar, ¿le importa el impago del gobierno? Al que no puede pagar un
carro, ¿le importa que el gobierno no tenga palabra? Al que está por
coger un avión para irse porque no encuentra trabajo aquí, ¿le es
importante el impago?
Figúrense si no importa el tema que la
actitud generalizada es la de “who cares? “ o en buen español, “me
importa un carajo”. Tan es así que el Gobernador Alejandro García
Padilla se fue de vacaciones en medio de esta debacle porque “merece
descansar con su familia”, como se informó públicamente.
Tan
poco importa el impago a los políticos que en el Partido Nuevo
Progresista la prioridad era recoger chavos y se fueron a caballo
juntitos como hermanitos Pedro Pierluisi, Thomas Rivera Schatz, Carlos
Romero Barceló y varios legisladores. ¿Qué cuánto recogieron? Sólo ellos
lo sabrán porque que no se informó. A Ricky Rosselló no lo invitaron
pero él se fue a lo suyo con seguidores en Toa Baja.
Tan poco
importa de verdad el impago que además de descansar, otros políticos
optan por buscarle dólares a los americanos. El exgobernador de Maryland
y precandidato demócrata Martin O’Malley, vino a llevarse sus chavitos
de campaña, y el presidente la Cámara Jaime Perelló, aprovechó el “photo
opportunity” en La Placita en Santurce. Para esos sí hay dinero, pero
para las deudas no.
Así que back to square one. Los políticos por un lado, los medios por otro y la gente en lo suyo.
¿A cuántos de los que tienen que estar pendiente a si ese día tienen
agua en su casa o les toca el racionamiento, les importa el impago? ¿A
cuántos de los que no pueden pagar la factura de la luz completa, y sólo
pagan parte para que no les corten en servicio, el impago es una
prioridad? ¿Cuántos desempleados están más atentos al impago que a
tratar de buscar un trabajo? Lo que vive el pueblo no es lo mismo que
viven los políticos. Hay una total desconexión en la práctica y en los
mensajes.
En vez de discutir con seriedad cómo es que al
puertorriqueño promedio le afecta el ser un ciudadano de segunda
categoría, visto por los americanos como una mera colonia que somos, el
enfoque es lo “light”. A los republicanos poco les importa Puerto Rico.
Si a los negros allá los matan a tiros como está proliferando y hasta
los candidatos como Donald Trump ven a los hispanos como violadores y
criminales, entonces, ¿creen que Puerto Rico y su impago les va a
importar algo? A no ser que les toque sus bolsillos allá no moverán un
dedo, pero aquí siguen esperando que caiga maná del cielo.
Hasta
que las diferentes facciones políticas en Puerto Rico no vayan con un
mensaje claro y unido, no pasará nada en Washington. Ese mensaje debe
incluir recortes en gastos y una verdadera reorganización. Que tengan
las prioridades claras en vez de estar pensando en sus partidos
políticos o en las elecciones.
Es bien fácil dejar de pagar las
deudas y después exigirle al pueblo que le pague a Hacienda o se resigne
al IVU. El declarar ELA en bancarrota sólo se justifica si acá
demostramos que no se va a botar el dinero y se hacen los ajustes. De lo
contrario, el impago y todo lo que digan los políticos y funcionarios
al pueblo le importa un pepino angolo.
NOTA: Esta columna fue publicada en NotiCel el 8-5-15 http://www.noticel.com/blog/179224/importa-el-impago.html
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