(NOTA: Esta columna fue publicada originalmente en NotiCel el 28 de abril de 2019 - https://www.noticel.com/opiniones/blogs/en-blanco-y-negro-con-sandra/el-desgaste-del-pueblo/1073028003 )
Hoy voy a decodificar cómo el gobierno nos está desgastando. Hay que descifrarle sus códigos, para que la gente pueda conocer cómo enfrentar la situación. Si se sabe la estrategia, se entiende cómo combatirla. Y la estrategia es clara. El gobierno y todo el sistema político desgasta al pueblo para mantenerlo dormido.
Este pueblo tiene desgaste. Hay desgaste
físico, emocional y económico. Se nota en el estrés excesivo y la fatiga
colectiva. Aquí la gente padece de insomnio, tristeza o enojo constantes, por
eso aumentan las ventas de alcohol y muchos consumen drogas buscando un escape, a
otros les sube la presión cardíaca y se enferman. Si no se tratan a tiempo o
descansan, muchos se deprimen y hasta mueren. Esto viene desde mucho antes del huracán
María, pero a partir de entonces, los síntomas se han incrementado. Las
politiquería, la crisis económica y la criminalidad debilitan al pueblo. El
desgobierno tiene a la gente desgastada y eso se nota en todo.
Son varios los indicadores del desgaste
colectivo. Uno de éstos son las ejecuciones hipotecarias. Esta semana dijeron
que el aumento en estos casos coincidió con el fin de las
moratorias, pero eso no es toda la verdad. Después de luchar toda por tener un
techo que el banco reposee porque no hay con qué pagarlo, la gente se siente
frustrado. Hay quien entrega la llave porque se rindió, se va del país, y ya no
le importa dejar la cuenta. Cualquiera que sea el caso, se sienten desgastados.
Otro indicador se ve a nivel político. Ver el
mensaje del gobernador esta semana fue un ejercicio de masoquismo y la gente lo
resiente porque saben que Ricardo Rosselló pintó un país que no existe. Pero el
problema no es sólo él. Pasó también con los gobernantes anteriores que duran
un solo cuatrienio porque la gente les votó en contra, y porque cada vez hay
menos participación electoral. No es sólo porque la gente se fue del país, es
que sencillamente se desconectaron. Se hartaron de los partidos y los
políticos.
Otro indicador son las marchas y las protestas.
Ni los sindicatos ni los religiosos tienen la credibilidad de antes, y eso se
ve en sus eventos. Las protestas están cada vez más vacías porque la gente no
está dispuesta a recibir golpes de la policía o a coger sol, sabiendo que a los
políticos no les importa. Además, la gente no se puede dar el lujo de salir de
sus trabajos a defender derechos, viendo a sindicatos desarticulados y por eso
no se anticipa una participación masiva en la próxima protesta del 1ro de mayo.
Con los religiosos pasa igual. Las
manifestaciones que antes metían 50,000 personas ahora si llevan 2,000 en un
milagro. Esto pasa porque el pueblo ve que muchos de esos supuestos líderes
están más pendientes al diezmo que a ayudar. Esa es la verdad. Ver a pastores y
ministros metidos en la política, o con contratos, da asco. Hay pastores que
ven el traqueteo y no lo denuncian, y si la gente ve al político como corrupto,
entonces ve igual de pillo al religioso que se maquilla de político.
Una persona con desgaste físico por lo general
sufre de falta de control, trabajo excesivo, falta de apoyo social, o tiene un
desequilibrio entre el trabajo y su vida privada. Lo mismo nos pasa a nivel
colectivo y ese desequilibrio nos mata. No tenemos control sobre nuestro
destino. No controlamos ni la economía, ni la comida que nos llega, ni el costo
de la luz, nada.
La gente que trabaja, tiene hacerlo en exceso.
Debe tener dos y tres part-time
porque gracias a la reforma laboral, los empleos con beneficios y “full-time” se pierden. Eso provoca un
desequilibrio social. Por ejemplo, una madre trabajadora casi no ve a sus nenes
porque trabaja de día en una tienda y como mesera de noche, y a los nenes los
cuida la abuela si está, o la calle, con lo que eso conlleva.
Si tienes un pequeño negocio, te hacen la vida
tan difícil con tanto permiso que requieren para operar, que hacen imposible
que sea exitoso. Si eres un empresario grande, el gobierno te parte por el
medio con las contribuciones y no te dan beneficios, pero al que viene de
afuera y es millonario, lo apoyan con las leyes 20 y 22. Lindo.
Los medios de comunicación que se obsesionan
con la política partidista como si fuera el único tema, que tienen a corruptos
o a ignorantes como estrellas, o que premian la mediocridad y eso se ve en los
talentos que contratan, son también culpables de provocar el desgaste colectivo.
Esa es también una táctica para intentar mantener al pueblo bruto y dominado.
¿Y cuáles son las alternativas al desgaste? Hay
varias opciones: simplemente me desconecto y decido vivir en Lalandia, me
voy del país o hago lo mío al margen del gobierno.
En Lalalandia viven muchos. Esos son los que
andan en negación y para ellos todo es lindo. Para ellos, el que cuestiona es
un problemático o es negativo, pero la realidad es que prefieren vivir en las
nubes porque no tienen las herramientas ni saben cómo lidiar con la realidad.
También están los que se desconectan. Los que
dejan de ver los medios locales. La juventud, que está llena de energía, busca
su válvula de escape en el trap y la música urbana. Los viejos, en
depresión. Las autoridades celebran que
bajan los asesinatos, pero eso es lógico cuando hay menos gente. Lo que no
dicen es el aumento vertiginoso en las cifras de suicidios. Es la gente,
jóvenes, trabajadores o viejos con un nivel de desgaste que no ven otra salida.
Entonces están los que se van. Muchos se fueron
empujados en una campaña por el gobierno y ciertos periódicos, incluso antes
del huracán, pero la campaña pro-migración aumentó después. En un año se fue el
4% de la población, la cifra más alta en nuestra
historia.
Y queda entonces el último grupo. Los que hacen
lo suyo, y combaten el gobierno y desgaste, destetándose del gobierno. Ahí caen
muchas entidades de base comunitaria que se olvidaron del gobierno y florecen a
nivel pequeño por sus iniciativas de autogestión. Esos son un peligro para los
políticos porque los desenmascara. Demuestra que no los necesita para florecer,
y esto es lo que busca el pueblo.
Por eso fue la marcha del sol de Casa Pueblo en Adjuntas fue un
éxito tan multitudinario. La gente sabe que ellos trabajan por el bien común y
que han probado que se puede salir del yugo del gobierno en el tema energético.
Otro ejemplo es el grupo COSSAO en Utuado, que han desarrollado todo un sistema
de salud primaria para atender a la gente que vive más aislada y que el
gobierno simplemente abandonó. En Yabucoa y la zona este están Las Mosquiteras,
mujeres que cosiendo mosquiteros en realidad unen comunidades. Igualmente están
las cocinas comunitarias en todo el país para darle de comer al que no tiene.
Esos son algunos de muchos ejemplos de cómo a nivel comunitario se combate el
desgaste.
Los políticos se creen que el pueblo no se da
cuenta de lo que hay. Ya empezaron en su estrategia de buscar votos, y piensan
que la gente todavía les cree. La decisión de permitir que los políticos y el
gobierno nos sigan desgastando es suya y mía. Hay que romper el ciclo. Si uno
decide quedarse aquí, hay que combatir el desgate. No queda de otra.
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