Periodista independiente en Puerto Rico

Sunday, February 23, 2025

José Juan Tañón logró la alquimia que todos buscan

El virtuoso cantautor puertorriqueño se presentó en el concierto “Al ritmo del amor” con múltiples invitados y dejó al público emocionado, pidiendo más



Hoy se logró crear la alquimia que buscaban durante siglos los pensadores, científicos y filósofos. Lo logró el cantautor puertorriqueño José Juan Tañón, en un concierto que movió al público hacia un estado de elevación perfecta, con lo sublime con su voz y su inigualable talento.

Tañón logró anoche fue una de esas veladas mágicas que pasará a los anales de la histórica como uno de los mejores conciertos que han ocurrido en el icónico Teatro Alejandro Tapia y Rivera del Viejo San Juan. Fue algo grande e irrepetible.

Con su primer concierto en el Tapia titulado Al ritmo del amor, Tañón logró conectar con el público en diferentes planos. El plano emocional, el mental, el de los cinco sentidos y el de los sentimientos, haciendo que cada nota, cada estrofa y cada canción fuera elevando el tono, haciendo vibrar a todos y cada uno de los que estaban en ese público, deseosos de recibir su don. Ese don que se llama talento natural y que, francamente, poquitos artistas puertorriqueños tienen. 

Por eso lo llamo alquimia, porque equivale a la perfección. Perfecto en la tesitura de su voz. Perfecto en la selección de temas. Perfecto en los virtuosos músicos de la orquesta, dirigida por el maestro Ricardo Pons que lo acompañó. Perfecto en las voces de las coristas maravillosas. Perfecto en los grandes artistas que estuvieron con él en la velada.

A Tañón lo acompañaron primero fue la cantante y folclorista Yezenia Cruz, cuya voz es tan potente que es una de las pocas que puede cantar a dueto con Tañón. Perfecta. Después, en los versos perfectos del inigualable trovador Eduardo Villanueva, que tiene ese don de improvisar en seguidilla, que es cuando se canta del primer al último verso en una décima, y después al revés, del último al primero. Después, el perfecto sonido en

las melodías del Trío Los Andinos, con el nieto como cantante. Perfecto en el cuatro del maestro Edwin Colón Zayas. En fin, fue una velada especial como pocas.


Tañón no sólo tiene el vozarrón incomparable, y la presencia escénica que añoran la mayoría de los artistas contemporáneos, sino que tiene el don de comunicar con cada estrofa, una historia. A veces es como un maestro, enseñando. Otras, como un amigo, abriéndote su corazón, de paso, el tuyo. Es como un narrador que te va situando en el espacio y tiempo con cada interpretación, y poco a poco, con sus comentarios y explicaciones de cada tema, te va llevando de la mano hasta lugares inesperados.

El concierto abrió con el Himno del Amor, que inmortalizó la cantante francesa Edith Piaf, pero en la voz de Tañón se elevaba a otros confines.  Siguió con la canción Cada vez que nace una criatura, y el teatro entero vibraba, especialmente porque las coristas aportaban un tono especial, y el elemento visual de proyectar imágenes con cada canción, complementando la música. Esto fue bien acertado, hecho por la cantante Yesenia Cruz, parecía como si el público estuviera siendo parte de un vídeo musical o viendo un documental con cada canción.

Luego Tañón interpretó una bachata de su autoría titulada Llevaré. Después cantó otra canción original, compuesta por él y su hermana Lourdes, en honor a su madre, titulada Mi gran razón de ser. Fue entonces cuando entró Yesenia Cruz a escena para cantar con Tañón Cuando me digas. Tañón cantó después otros temas de su autoría, como Amor de mil colores, que lo grabó hace años el grupo de merengueras Chantelle.

Después cantó El amor desolado que musicalizó Alberto Cortés, y la versión en español que arreglaron Richie Ray y Bobby Cruz de la canción A mi manera, que originalmente compuso Paul Anka.

Entonces empezaron a llegar los invitados. Tras un breve interludio llegó el Trío Los Andinos interpretando Te amaré toda la vida, Luz del alma mía, Cómo han pasado los años, y De ti enamorado, esta última junto a Tañón. Hay que destacar que el trio lució renovado y moderno, con la voz melodiosa del nieto de los Andinos.

Después entró en el escenario el trovador Eduardo Villanueva, quien invitó a uno de los mejores músicos puertorriqueños, el maestro cuatrista Edwin Colón Zayas. Interpretaron Mi amor, mi cómplice, mi todo, de la autoría de Villanueva. El trovador y su esposa Cruz se unieron para cantar lo que denominaron ‘bolero jíbaro’ de Canción para dos almas y Tu piel.

Entonces ocurrió uno de esos momentos mágicos cuando Villanueva le pidió a Tañón que interpretara la canción Nuestra voz, que fue con la que él ganó en el Festival OTI de Puerto Rico en el 1991. Tañón contó que a veces no la quiere volver a interpretar, y se sinceró con el público. Pero al final, fue una de las que mejor cantó en toda la noche. Puso su alma en ella, lo que arrancó sonoros aplausos.

El tono del espectáculo iba in crescendo y Tañón pasó a cantar A mis amigos con el maestro Ismael Rodríguez en el piano, y luego ese himno hermoso y legendario al amor del cubano Pablo Milanés titulado Para vivir

Empero, hay que decir que el espectáculo llegó a un nivel casi sublime cuando Tañón interpretó Nada es igual, que es una versión en español de la famosa Never enough for me, el tema de la película The Greatest Shownman y que interpretó Loren Allred. Muy pocos artistas en todo el planeta pueden llegar al nivel y el tono de la potente voz de Allred, pero Tañón no sólo llegó, sino que la superó con creces. Fue de las canciones que arrancó emociones de los espectadores, y por qué no decirlo, lágrimas de emoción también. Ojalá él grabe esta versión en disco y vídeo, porque fue una de sus mejores interpretaciones en toda la noche.

Tañón cerró el magistral concierto con Amo a esta tierra, pero el público se quedó pidiéndole otra. Entonces apagaron las luces, abrieron las cortinas y junto a todos los invitados, interpretó Mi bandera

Tañón es uno de los grandes talentos musicales puertorriqueños que merece más respaldo del público, de los medios y de los auspiciadores porque es inigualable. Ningún otro artista de su generación tiene ese nivel. La tesitura de su voz es única e inigualable, y con el tiempo, va mejorando. Es un intérprete poderoso, con una voz educada y formada con creces. Quizás su momento no llegó antes, en la década del 1990 cuando se pensaba que lograría la internacionalización. Pienso que ahora es su momento.

El concierto que dio en el Tapia debió haberse grabado para ser transmitido por la televisión, porque el pueblo puertorriqueño merece recibir ese regalo de su talento y la magia que crearon todos los músicos y artistas que lo acompañaron. Espero que este concierto se pueda repetir, y que se haga, quizás una gira por todo Puerto Rico y las comunidades boricuas en la diáspora, porque lo que se vivió hoy en el Tapia es de esas noches que te tocan el alma. Un espectáculo que logró una conexión en diferentes planos casi mágicos. Por eso digo que José Juan Tañón encontró la alquimia.









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