Periodista independiente en Puerto Rico

Friday, February 7, 2025

Trump vs. los medios, y en PR, ‘chillin’

 La guerra ya está declarada entre el poder de la Casa Blanca y los medios; ¿pasará igual en Puerto Rico? Obvio que no. El maridaje aquí es incestuoso



(NOTA: Esta columna fue publicada hoy en !Ey! Boricua. También fue publicado en Substack )

La guerra ya está declarada desde Washington. La administración de Donald Trump les tiró directamente a los medios y tiene a muchos temblando. Lo que él hace en Estados Unidos, acá en Puerto Rico no va a pasar porque aquí el maridaje entre el poder y ciertos medios de comunicación es incestuoso.

Primero allá. El ataque de Trump al ‘mainstream liberal media’ viene desde que entró a la política electoral como eje de su mensaje “to make America great again”. A los medios corporativos los considera sus enemigos. Fomentó a cadenas como Fox News, en donde ahora hasta una de sus nueras, Lara, es ahora presentadora. 

Recordemos que no sólo se peleó con las grandes cadenas y medios, sino que Trump se peleó con las redes sociales de las que se salió y creó su medios alternos como Truth Social e hizo crecer a Rumble. Ahora con Elon Musk como su secretario del Departamento de Eficiencia Gubernamental, sabe que tiene a X (antes Twitter) de aliado. Poco a poco, los demás se fueron alineando, hasta el Zuckerberg, dueño de Facebook, Instagram y WhatsApp, que antes lo censuró ahora lo tiene besándole los pies y cambiando sus políticas.

LO QUE HACE TRUMP

Primero su gobierno informó que invitaría a “influencers”, podcasteros y “ticktokers” a la sala de prensa en la Casa Blanca. La portavoz de prensa Karoline Leavitt dijo que esto se debe a la gran audiencia que tienen los nuevos medios. Esto preocupó muchos a los medios tradicionales que no sólo tendrán que ceder espacio en la sala, sino que tendrán menos tiempo y competencia para hacer preguntas, teniendo influencers codeándose con los periodistas tradicionales.

Pero esto no es nada nuevo. De hecho, Trump se copió de México porque quien primero inició esto fue el expresidente Andrés Manuel López Obrador al permitir a ‘youtuberos’, influencers y periodistas independientes en las conferencias de prensa, especialmente en Las Mañaneras. Lo hacía porque los medios tradicionales como Televisa, Reforma y TV Azteca no le daban cobertura y eran financiados con dinero del gobierno. Esto lo reveló una investigación de The New York Times en el 2017 que apuntó al uso de sobre $2,000 millones de dólares de fondos públicos. Ahora los medios alternativos son la mayoría en México. La actual presidenta Claudia Sheinbaum ha continuado esta práctica de AMLO, que ahora imita Trump.

Pero esta semana, Trump escaló otro peldaño. Acusó a los medios de haber recibido dinero robado de USAID (Agencia Para la Ayuda al Desarrollo Internacional). Dice que les pagaron a esos medios por historias que los favorecieran. El ataque empezó por el medio digital Político, y siguió hacia The New York Times, The Washington Post, CNN y otros a los que acusa de inventar noticias positivas sobre los demócratas y noticias falsas hacia su lado.

USAID es una agencia independiente del Gobierno, fundada en 1963, con cerca de 10,000 empleados y un presupuesto de $50,000 millones de dólares en 2023.Marco Rubio anunció el cierre. Lo mismo ha pasado cona agencias como la EPA y otras, que ya están reduciendo personal.

La táctica es obvia: mientras esos despidos y cambios ocurren, Trump ataca a los medios para que le bajen dos, y no lo fiscalicen. 

El CEO y editor en jefe de Politico, Crish Seda-Chabrier, emitió un comunicado diciendo que la mayoría de los suscriptores a Político.com y Político.eu son individuos, pero que algunas agencias del gobierno están suscritas a Político.pro, un servicio de monitoreo de noticias. 

La agencias del gobierno que se suscriben lo hacen a través de procesos de contratación pública estándar, como cualquier otra herramienta que compren para trabajar de manera más inteligente y eficiente. Esto no es financiación. Es una transacción, del mismo modo que el gobierno compra investigaciones, equipos, software e informes industriales”, publicó Seda-Chabrier en su defensa.

Lo cierto es que ya los medios tradicionales y la prensa, especialmente la corporativa, saben que hay sólo dos caminos: o hacen su trabajo ético y fiscalizan a Trump, lo que los convierte en sus enemigos y posibles víctimas; o los dueños mediáticos claudican para evitar cierres. Hay que ver que pasará con cadenas como CNN que tienen serios problemas económicos y si hay cambios en su línea editorial o los periodistas siguen renunciando.

EN PUERTO RICO ES DIFÍCIL

Y mientras se sacuden los cimientos de los medios y el periodismo en la nación de la que somos colonia, aquí en Puerto Rico es como si fuera otro mundo. Literalmente. 

Aquí no viene una guerra declarada de ningún medio contra el gobierno de Jennifer González ni nada que se parezca. Aquí los corporativos se alinearon desde el principio a los mensajes de campaña tipo Casa de Famosos y a la maripilización de la vida de la candidata y ahora gobernadora. 

No ha habido todavía una fiscalización real porque la mayor parte de la cobertura ha sido sobre los asuntos de la vida personal de la gobernadora. Puro entertainment y para eso tiene al portavoz de prensa, uno de los más asquerosos miembros de aquel infame chat que le costó el puesto a Rosselló, Carlos Bermúdez.

Pero viene campo minado para la prensa independiente y los medios alternativos. Ahí se van a concentrar los ataques para evitar la fiscalización. Ya vemos que a algunos periodistas no los quieren dejar entrar a ruedas de prensa del gobierno. La publicidad oficial del gobierno se va a concentrar en los medios grandes, como siempre. Nada para los medios regionales u alternativos.

Y mucho del presupuesto se irá, como ya se ve, en el financiamiento de lo que yo llamo ‘opinantes’, gente que opina en los medios y casi todos son expolíticos y ellos se hacen llamar analistas políticos. Todavía es la hora que no ha habido uno solo que diga cuántos contratos tiene con el gobierno. Tampoco ha habido una investigación de medio corporativo alguno que refleje cómo se distribuyen los fondos públicos en esos contratos.

Lo que sí hay es una guerra sucia desde las redes sociales contra los periodistas, especialmente los independientes. Sigue el mismo patrón que implementó el corrupto grupo del gobernante al que pueblo botó, Ricky Rosselló. Todavía hay equipos de trolls atacando desde las redes e intentando manchar reputaciones, pero eso ya no es efectivo ni eficiente porque múltiples razones. La primera, que el pueblo ya lo entiende. Y la segunda, que el ecosistema de los medios digitales sigue cambiando.

Algunos de los esquemas que tenían comprado personajes, se han mantenido, pero con mucha más cautela. Me refiero a los esquemas que trascendieron en el juicio que llevó a la convicción de Sixto George.

Figuras que aparecían en el juicio recibiendo pagos de al menos $50,000, como Kobbo Santa Rosa, otra vez se van del aire y como suelen hacer, es probable que regresen a finales del cuatrienio a ayudar en la campaña. Pero el asunto es que ya no tienen el apoyo de antes porque el pueblo se cansó.

Aquí el problema real radica en los contratos y las componendas. Se trata de la falta de información. No hay una agencia de gobierno u entidad civil que investigue a dónde van los fondos públicos y como se distribuyen entre los medios. Mucho menos se analiza si esos medios, entonces hacen cobertura favorable al político que los financie.

Llevo años investigado y denunciando esto. He publicado libros al respecto, pero hace falta una fiscalización adecuada porque millones de dólares que podrían usarse para atender envejecientes o mujeres maltratadas, para incluir a más personas en el plan de salud o para pavimentar calles, por ejemplo, se usan en financiamiento de los portavoces mediáticos en programas de televisión o radio, y a la circulación de periódicos o podcasts que sean afines con el discurso oficialista. 

En la Oficina del Contralor se disfraza como contrato de comunicaciones de las agencias. Pero son pautas a programas de comentarios y analistas políticos que son realmente políticos fracasados y que casi todos tienen contratos con el gobierno.

La única persona que ha denunciado y cuestionado este gasto, en mis más de 20 años de experiencia investigándolos, ha sido el exlegislador y excandidato a la alcaldía de San Juan pro MVC, Manuel Natal. Él sacó los contratos y pagos a gobierno. Hace dos días denunció que mientras el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales perdió la oportunidad multimillonaria de fondos federales para adaptar a Puerto Rico al cambio climático porque No solicitaron los fondos, mantiene contratos con Anthony Maceira por casi $34,000 al mes.

También se sabe de nuevos “medios digitales” que están siendo financiados por el gobierno para proyectarlos en campañas masivas como prensa independiente y alternativa. La línea editorial será pro-gobierno, nada de fiscalización.

Así que lo que viene en Puerto Rico, por desgracia, es más de lo mismo. En momentos críticos como ahora que se propone eliminar el Instituto de Cultura Puertorriqueña, permitir la construcción de hoteles en la zona marítimo terrestre, y hay decenas de agencias de gobierno sin un jefe nombrado, es cuando más falta hace la fiscalización de una prensa independiente. El periodismo no puede tener dedos amarrados con nadie que no sea con decir la verdad.. 



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