Periodista independiente en Puerto Rico

Wednesday, February 26, 2025

Calexit y la independencia de Puerto Rico

¿Ganarán tracción los movimientos de secesión de los Estados Unidos y hasta un posible cambio de estatus en Puerto Rico ante las políticas del gobierno de Trump? Un breve ensayo

En la película distópica del 2024 Civil War, estalla una guerra civil en los Estados Unidos cuando los estados de California y Texas se separan de la unión americana como consecuencia de un gobierno despótico y el auge de movimientos secesionistas. Aunque ahora mismo no hay amague de guerra, es incuestionable que el ambiente está cambiando.

El pueblo estadounidense vive incertidumbre y tiene coraje por la serie de órdenes ejecutivas y los cambios que viene implementando el nuevo gobierno de Donald Trump. A esto se unen las actitudes de su aliado, el multibillonario Elon Musk. Por eso nuevamente toma auge el tema de la secesión, y hay hasta quienes ya hacen analogías entre la ficción de ese filme Civil War con la verdad burda que enfrentan los estadounidenses.

Pero la pregunta es, ¿realmente es posible que Estados Unidos pierda un estado? Eso no va a pasar, pero no significa que no se hable del asunto. De hecho, se habla y mucho. No sólo en California, sino en Texas, lo que debe renovar aún más la discusión sobre colonias como Puerto Rico.

PRIMERO EL TRASFONDO

Vamos a la historia. California y Texas tienen su historia. Ambos eran territorios de México que fueron invadidos y ganados por los Estados Unidos en guerras.

Texas fue una república independiente por casi 10 años, entre marzo del 1836 a febrero del 1846. Ese año se anexó a los Estados Unidos y esto terminó en una guerra con México que duró dos años, hasta el 1848. Al final, México reconoció el estado de California y Estados Unidos adquirió los territorios invadidos de lo que hoy es Nevada, Utah, Nuevo México, Arizona y algunas partes de Wyoming y Colorado por $15 millones. 

Es increíble si uno lo piensa ahora. México entregó casi el 55% de su territorio y Estados Unidos agregó más de 25% al suyo. México perdió el equivalente a dos 2.3 millones de kilómetros cuadrados, equivalentes a las superficies de España, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Portugal, Suiza, Bélgica. Holanda, Dinamarca, Hungría y Croacia juntas. Fue con la firma de ese “Tratado de Guadalupe Hidalgo” en el 1848 con el que México también perdió a California.

Pero a pesar de esta transformación política y poblacional, siempre ha habido movimientos minoritarios de separación. Han venido ganando tracción en años recientes. En Texas hay un llamado “Texit” que es un movimiento secesionista que se fortalece ante la polarización y el descontento social. Sin embargo, esto no suena tanto como el “Calexit” en California, que tiene el apoyo de más del 32% de los californianos.

¿QUÉ ES EL CALEXIT?

El "Calexit" es el movimiento que busca la secesión del estado de California de los Estados Unidos. La palabra es una combinación de "California" y "exit", inspirada en el Brexit, el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea. Los defensores de este movimiento argumentan que California, debido a su tamaño económico, cultural y político, debería ser un estado independiente, dado que a menudo tiene diferencias significativas con las políticas del gobierno federal. 

La diversidad poblacional y los valores sociales progresistas de los californianos, la mayoría demócrata, así como la amplia población hispana y oriental pueden ser detonantes para el Calexit. También las polémicas que ha tenido el gobernador Gavin Newson con Trump, especialmente tras los terribles fuegos que arrasaron gran parte del estado en enero y la lentitud en las ayudas federales.

Este movimiento secesionista (Calexit) se creó en 2016 en EE.UU., pero está recobrando interés tras el nuevo mandato de Trump y las penurias sufridas tras los fuegos que arrasaron. De hecho, ya fue presentada como opción ante el Departamento de Estado de California, el pasado 23 de enero. (PULSE AQUÍ PARA VER LA PROPUESTA)

En enero la Secretaria de Estado de California, Shirley Weber, autorizó que los proponentes del Caleixt iniciar el proceso con la búsqueda de firmas.

Se les exige a los proponentes que recojan al menos el cinco por ciento (equivalente a 546,651 firmas) del total de votos emitidos en la elección para gobernador antes del 22 de julio de este año 2025. Si la mayoría (al menos el 55%) vota a favor, en las elecciones del 2028, no significaría una separación inmediata. Sería un voto simbólico que reflejaría la voluntad popular. 

Entonces se crearía una comisión para evaluar la viabilidad de la independencia y se iniciarían diálogos con el gobierno federal para pedir autorización de separación.

Pero los retos son amplios.  La constitución de los Estados Unidos no contempla la secesión de un estado, lo que requeriría una enmienda constitucional aprobada por el Congreso y los demás estados. Eso se ve difícil por el impacto de California en la economía de la nación americana.

California es el estado más poblado de los Estados Unidos con cerca de 40 millones de habitantes. Además, es el tercer estado más grande, luego de Texas y Alaska. En términos del producto bruto interno, la economía de California compara con la de países como Alemania y Japón. Es en California donde está el centro mundial de tecnología y siete de los 10 principales inversionistas en Inteligencia Artificial tienen sus sedes allí. Hay cerca de 1.5 millones de empleados.

¿CÓMO COMPARA CON PUERTO RICO?


Puerto Rico pasó a ser colonia de los Estados Unidos por una invasión en el 1898 y luego, tras la Guerra Hispanoamericana. Resumir las luchas por la independencia es difícil, pero se puede decir que desde la llegada de los americanos ha habido movimientos independentistas, particularmente entre finales de las décadas del 30 y 50 bajo el liderato de Pedro Albizu Campos. 

Hubo mucha represión institucional hacia el independentismo, incluyendo encarcelamientos y hasta asesinatos de independentistas. Esa historia está ahí, y poco a poco la juventud puertorriqueña la reclama más que antes, porque también se intentó invisibilizar.

Sin embargo, en los últimos años, diversas decisiones judiciales y acciones políticas en el gobierno de los Estados Unidos han ido cambiando la relación política con Puerto Rico.  Por ejemplo, la decisión del Tribunal Supremo sobre el Seguro Social Suplementario (SSI) cuando en abril de 2022, la corte determinó que el Congreso tiene la autoridad para excluir a Puerto Rico del programa de SSI, afectando a aproximadamente 300,000 residentes de la isla. 

Otra ha sido la postura cambiante del Departamento de Justicia federal respecto a los Casos Insulares por las decisiones del Tribunal Supremo. Los Casos Insulares, del año 1900, negaron a los territorios ultramarinos de Estados Unidos, incluido Puerto Rico, la democracia y la autodeterminación. Pero un siglo más tarde, en junio de 2024, el Departamento de Justicia de EE.UU. condenó la doctrina de los Casos Insulares, que históricamente ha permitido la discriminación contra residentes Puerto Rico, reconociendo que dicha doctrina es incompatible con los principios de equidad y justicia. 

En mayo del 2023 el Departamento de Educación federal respaldó la decisión del gobierno de Puerto Rico de descentralizar su sistema educativo, buscando una mayor autonomía y respuesta a las necesidades locales.

También se han radicado una serie de proyectos de ley para resolver el estatus político de Puerto Rico. En noviembre de 2023, se presentaron en el Congreso dos proyectos de ley que proponen plebiscitos para determinar el futuro político de Puerto Rico, incluyendo opciones como la estadidad, la independencia y la soberanía en libre asociación. 

Y la acción más polémica y antidemocrática reciente de los Estados Unidos fue la creación de una Junta de Control Fiscal de siete personas nombradas por el presidente, que gobiernan por mandato del Congreso y por encima de los funcionarios electos. En mayo del 2023 el Tribunal Supremo falló a favor de la inmunidad soberana de la Junta, limitando el acceso público a ciertos documentos y afectando la transparencia gubernamental en la isla. 

Hace dos semanas la organización Espacios Abiertos denunció que la Junta de Control Fiscal gastó más de $2,000 millones en consultores y abogados, cuando el costo original que se prometió no superará los $370 millones.

Y aunque se han llevado a cabo una serie de plebiscitos y consultas de status políticos, todas han sido a favor del movimiento estadista, no son vinculantes y carecen de consenso entre todos los sectores. Esta falta de unidad de los políticos puertorriqueños la aprovechan los políticos estadounidenses para tener excusa de no actuar en torno al estatus. 

Sin embargo, queda claro que las acciones de los estadounidenses reflejan cambios significativos en la relación política entre Estados Unidos y Puerto Rico, afectando aspectos como la autonomía territorial, los derechos civiles y la gestión gubernamental en la isla.


Además de California, Texas o Puerto Rico, hay otros movimientos independentistas en el planeta de quienes quieren tener su propio país que refleje su propia realidad. Algunos de éstos incluyen a Cataluña y El País Vasco de España, Escocia del Reino Unido, Flandes en Bélgica, Kosovo en Serbia, Chechenia de Rusia, Tíbet de China, Quebec de Canadá, el Sahara Occidental de Marruecos y Kurdistán de Turquía, Irak, Irán y Siria, entre otros. Pero las grandes potencias lo quieren impedir.

Así que de vuelta al principio.

La discusión sobre el Calexit queda un poco como la eterna pelea del estatus de Puerto Rico. Mucho ruido de quienes proponen la separación, silencio institucional de los que tienen el poder, o sea, los Estados Unidos.

Todo esto me hace evocar de nuevo la película Civil War. En el filme la trama se desarrolla siguiendo a un equipo de periodistas de guerra que viajan desde la ciudad de Nueva York hasta Washington, D.C. para cubrir la confrontación militar entre un gobierno permanente con sede en Texas y California y las llamadas Fuerzas Occidentales, que de alguna manera son un ejército de coalición con base en Washington, D.C. En esencia, esos periodistas querían entender y comunicar la lucha entre un gobierno federal despótico y los movimientos secesionistas antes de que los rebeldes tomaran la ciudad capital. ¿Pasará eso alguna vez? 

SRC


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