(NOTA: Esta fue mi columna semanal en NotiCel del domingo, 25 de febrero de 2018 - http://www.noticel.com/opiniones/blogs/en-blanco-y-negro-con-sandra/cuaresma-en-borinquen-2018/706906822 )
Para los católicos en todo el mundo, hoy es el segundo domingo de la Cuaresma, un período en el que los creyentes debemos hacer penitencia, tener templanza, y prepararnos para el simbolismo que representa la Pascua al final de la Semana Santa, que será en marzo. Y yo me pregunto, ¿cómo es nuestra Cuaresma en Borinquen en el 2018? ¿Qué podemos hacer en estos 40 días cuando tanta gente en este país vive un calvario desde el huracán María o desde antes?
Este es un tiempo de combate espiritual, de
reflexión. Y esto lo expreso con el mayor de los respetos a las personas que no
profesan la fe católica, como los evangélicos, los pentecostales, adventistas,
discípulos de Cristo, mormones o testigos de Jehová y otros, así como a
aquellos que profesan otras creencias como los musulmanes, los judíos, e
incluso, a los que no creen en la existencia de un Dios. Aunque no tienen
Cuaresma, todos en algún momento se detienen a pensar cómo deben vivir como
seres humanos.
Por eso entiendo que todos estamos en un
momento de pensar qué hacemos como individuos para mejorar a este país. Pensar
en cómo debemos responder, para no sentirnos que nos crucifican como pueblo,
aunque como Judas, el gobierno nos vende por monedas y seguimos sufriendo por
los embates de un devastador huracán con el nombre de María.
Tenemos que meditar sobre qué es lo que permitimos
que sigan haciendo nuestros líderes, que nos destruye como pueblo, y cómo
tenemos que actuar. No es que tomemos las armas o respondamos con violencia a
la violencia, porque ese no es el ejemplo ni la filosofía de Jesús, sino que
actuemos con sagacidad e inteligencia, para combatir la destrucción que nos
tratan de imponer con los dobles discursos.
Este año la Cuaresma parecía que venía bonita, llena de esperanza porque el Miércoles de Ceniza coincidió con el día de San Valentín. La gente estaba sin luz, pero por lo menos esperaba comerse un chocolatito ese día, más la alegría fue efímera. Todo cambió tan pronto empezaron a transmitirse en tiempo real los aterradores vídeos de adolescentes en la escuela Parkland, en el estado de la Florida, en donde un adolescente con múltiples problemas, mató a 17 personas con un AR-15. No fue directamente en Puerto Rico esa barbarie, pero sí nos tocó de cerca.
Es en la Florida a donde tantos puertorriqueños
se van como refugiados. Los llamo así porque es a donde van a escapar del caos
económico, político y el que dejó el huracán. Pero ya la Florida no es un reino
mágico, ni los boricuas somos emigrantes, sino deportados, expatriados y hasta
perseguidos por la sinrazón que opera nuestro sistema aquí. Se van huyendo,
pensando que será como Disney, y se dan cuenta de que no era tan fácil. Ahí hay
otro simbolismo más de ese miércoles de ceniza, que recuerda que, como las
cenizas, la vida es pasajera, al igual que las realidades del momento.
En ese sentido vuelvo a los 40 días que tenemos de frente. Nosotros como pueblo tenemos una Cuaresma fuerte. En estos 40 días ya vemos como empiezan a acelerar el colapso de Puerto Rico, en todos los niveles. En este último año parece que vamos en “free fall”, a las millas, por culpa de la incompetencia del Gobernador, de sus ayudantes, y de la oposición que no existe. La que se calla porque sabe que es cómplice del caos. Los que no actúan para que mejore la economía y la calidad de vida aquí.
Y vemos esos dobles discursos y esos chantajes
que nos hacen daño, en todo. En el
sector privado, se anunció el cierre de la Pepsi en Cidra, dejando a 200 sin
empleo. Fue la economía, pero también el querer pasarse de listo. ¿O no fue
Pepsi la que se opuso hace dos años a un impuesto a los refrescos, amenazando
que se iba? Mientras que, en el gobierno,
tratan de revivir las propuestas de cierres de alcaldías y la creación de
“condados”, pero hay oposición de legisladores y alcaldes que quieren seguir en
la jauja.
Otro ejemplo. La población baja y no dicen cómo
eso afecta en la obtención de ciertos fondos federales que usan los municipios.
Entonces, Rosselló quiere la privatización de Energía Eléctrica, pero es a la
misma Autoridad a la que el gobierno le debe $300 millones. ¿Si se la venden a
una empresa como, por ejemplo, Florida Power, esa empresa aceptará las deudas o
le cortarán la luz al gobierno moroso?
Mientras, miles siguen sin electricidad,
enfermándose o muriendo, pero anuncian que el 85% tiene luz. Entonces Rosselló
y Pesquera siguen tratando de amapuchar los muertos que dejó María, y de paso, les
dan una bofetada a los profesores de la Universidad de Puerto Rico, de Ana G.
Méndez, de la Interamericana y de todas las demás. Asignaron miles a la
universidad GW para que cuenten los muertos, como si en Puerto Rico no hubiera
personas capacitadas para hacer el trabajo.
¿Y quién habla por el pueblo en esta
Cuaresma? ¿Son los líderes
religiosos? ¿Los mismos que predican el
odio y la intolerancia contra los gays, pero que sus feligreses no dejen de
darles el diezmo y las ofrendas? Es esa hipocresía y doble discurso el que
tiene que combatirse. No podemos permitir que la religión caiga en lo mismo que
los políticos.
¿Por qué una persona como la autoproclamada apóstol
Wanda Rolón no se enfoca en la necesidad de desarrollar empleos aquí en vez de
seguir en el tema de las parejas del mismo sexo? ¿Por qué el arzobispado de San
Juan sigue en asuntos políticos en vez de pagarle el retiro a los maestros de
los colegios católicos y otros empleados? La Cuaresma también tiene que hacer
reflexionar a las iglesias sobre su estatus actual y cuál es su verdadera
misión. O no será que, porque tantos se
escudan en la iglesia, Dios nos está pasando factura al pueblo.
Yo, como creyente y ser humano que se equivoca,
me propongo seguir reflexionando a ver cómo puedo ayudar a que este país
mejore. Lo trato de hacer a nivel comunitario, como madre y trabajadora.
El otro día leí que el Papa Francisco dijo en Roma que la Cuaresma es el momento de
rechazar el egoísmo, los falsos valores y de renovar la fe. Creo que esta
Cuaresma nos debe invitar a cambiar, a mejorar este país. No importa la
creencia religiosa, el llamado es a buscar la sabiduría para tomar las
decisiones acertadas. Este pueblo necesita tener claridad, honestidad y
sabiduría, y eso no se logra con mentiras o medias verdades. Como dice la
Biblia en Juan 8:32 “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.
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