Los comunicadores y el gobierno son
los verdaderos terroristas. No es la prensa como quieren hacer ver, y el pueblo
está bien claro de eso. Terroristas son los que pretenden mantener al pueblo atemorizado.
Son los atacan a la prensa y al periodismo desde los círculos del poder
político y del mismo gobierno para no tener que rendir cuentas ni explicar sus
desmanes. El escándalo con la bochornosa salida ayer del Dr. José Becerra como
oficial de epidemiología del Departamento de Salud es el más reciente ejemplo,
pero no es el único.
El manejo criminal en el caso del
niñito de 8 años víctima de un tío pedófilo que el Departamento la Familia se
lo entregó al padre, y éste lo mató a golpes. Las negativa a dar explicaciones
sobre los irregularidades en Recursos Naturales, y otras agencias con los
permisos ilegales otorgados en el edificio Sol y Playa en Rincón. El apoyo
público a los que aplauden al policía que golpeó a un deambulante en San Juan. La
desinformación con las cifras verdaderas de la pandemia que, a todas luces, parece
irse fuera de control. Y como si eso fuera poco, hace una semana el Partido
Nuevo Progresista anunció que reactivaba a sus comunicadores.
Reactivar qué si ese esfuerzo, junto los con trolls, no ha parado en los últimos
cuatro años.
La desesperación llega a tal nivel que
gobierno y PNP implementan todo un operativo para intentar controlar la
narrativa y que se divide en cinco partes: 1) Comunicadores, 2) Comunicadores afines, 3) Los trolls
en las redes sociales, 4) El uso de medios controlados/comprados, y 5) El control
de la agenda temática. (Ver más adelante el detalle).