La radio, como
la televisión y la prensa, son industrias en crisis. Mientras las noticias nos
aboban con los chismes y la farándula, poco se analiza del estado actual de las
industrias mediáticas, la falta de contenido, la competencia desleal, la
proliferación de quiebras, el alza en los despidos, y cómo otros aspectos
financieros amenazan su estabilidad. En el caso de la radio se puede decir que
la industria podría irse fuera del aire con lo que viene en camino.
El próximo 23
de septiembre, más que el día del grito de Lares, para la radio será el grito
de la permanencia. Ese día la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC en
inglés) ordena a las emisoras el pago de cuotas por sus licencias de
transmisión y son muchas las que no tienen el dinero para efectuar esos pagos.
¿Por qué no
tienen el dinero? Por muchas razones. Menos ingresos por reducción en las
pautas publicitarias, porque la banca ya no les está prestando dinero para
operar, o porque las agencias de publicidad no llegaron a sus cuotas y están
renegociando los descuentos por volumen de pauta. Esto, según varios
conocedores del tema, afecta a la radio con bajas en publicidad de entre un 15%
y un 20%.
También se
anticipa que algunas emisoras se verán en la obligación de pedirle a la FCC que
les permita entrar en “silent periods”
o períodos de seis meses a 1 año en los que no salen al aire en lo que sus
dueños pueden reorganizar las operaciones, conseguir dinero o vender. El
problema es que no valen lo mismo que antes. El mercado se desinfló.
Es que de la
misma manera en que el valor de las propiedades en Puerto Rico ha bajado,
también ha depreciado el valor de las emisoras de radio y se pone peor. Prueba
de esto es que desde que la emisora 1540 AM vendió su licencia por $100,000,
según se corrobora en la página de la FCC, los dueños de emisoras no han podido
vender estaciones a precios más altos. El mercado radial estaba inflado por
varias razones, como el “diverting” de productos y otros, pero ya no aguanta
más.
Éstas y otras
razones para la crisis en la radio las anticipé el pasado 22 de mayo cuando en
este espacio publiqué la columna “Radio
‘back to basics’’ http://elvocero.com/radio-back-to-basics/.
La misma provocó reacciones viscerales y mucha controversia entre miembros de
la industria, tal y como se comentó en el Radio Show que la Asociación de
Radiodifusores celebró en julio en vez de mayo, que es mes de la radio.
Sin embargo,
en vez de criticar o caer en negación, es momento en que la industria de la
radio – así como la de la prensa escrita y la televisión – comience a analizar
su realidad, a renovarse, innovar y a reorganizarse.
¿De qué vale decir que en Puerto Rico hay 128 emisoras de radio o que es el territorio con más estaciones por milla cuadrada en los Estados Unidos si no son rentables? Si todo en el país se está reestructurando y achicando, es de esperarse que la industria radial pase por el mismo proceso. Es momento de unir esfuerzos y lograr economías, de buscar publicidad regional y de producir contenidos distintos.
De hecho, las
emisoras que tienen contenido propio y que no son meras repetidoras de lo que
salen en los periódicos son las que están más sólidas. Las audiencias quieren
algo distinto. Esto se ve en muchas emisoras regionales fuertes. Las cadenas,
tendrán que variar su oferta para sobrevivir ya que no están recibiendo el
volumen de publicidad esperado. En ese sentido, los anunciantes directos, sin
tener a la agencia como intermediario parecen ser la alternativa para las
cadenas, como sucede en muchas emisoras regionales.
Para que las
emisoras puedan pagar sus nóminas – y se sabe que hay muchas que no pueden
hacerlo – deben reconocer que esto se desinfló. Si se niegan a aceptar la
realidad y a cambiar, la industria de la radio se quedará fuera del aire.
Nota: Esta columna fue publicada en El Vocero, el 9-15-2014 - http://elvocero.com/radio-fuera-del-aire/
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