En un mundo
lleno de ruidos, una buena estrategia de relaciones públicas tiene que lograr
que el mensaje de su organización llegue
a donde tiene que llegar y a quien tiene que llegar. El bombardeo constante de noticias, la
proliferación de teléfonos móviles, tabletas y otros dispositivos, y los
estilos de vida tan a prisa son sólo algunas de las muchas barreras que hay en
el ambiente. Estas barreras también hacen cuesta arriba el demostrar el
verdadero valor de una buena estrategia de relaciones públicas.
Parte de la
dificultad viene en la falta de reconocimiento del enfoque estratégico que
deben tener las relaciones públicas en los planes de negocio de las
organizaciones. Las relaciones públicas pueden y deben medirse como parte de
las ganancias y pérdidas de una organización, o su “P&L” (Profit &
losses).
Por ejemplo,
si el objetivo de una universidad es lograr un aumento en las matrículas de
estudiantes, entonces la institución tiene que desarrollar estrategias de
comunicación que ayuden al mismo. Esto puede ser, por ejemplo, mediante la colocación de noticias vía
reportajes en los medios noticiosos sobre la excelencia académica o
investigaciones únicas de la universidad, mediante el desarrollo de programas
especiales para promover la visita de potenciales estudiantes a los recintos, o
promoviendo conversaciones en las redes sociales con esas audiencias a las que
se quiere llegar. Todo es estratégico.
Otro aspecto importante para medir en el valor de las relaciones públicas es cuánto aporta la institución a la comunidad en donde opera. La responsabilidad social corporativa de cada institución es también fuente de medición para determinar el valor de los esfuerzos comunicacionales. Esto, a su vez, redunda en promover un ambiente de orgullo por la institución porque sirve un bien social ulterior más allá de las ventas. Los empleados, también se sienten comprometidos con su lugar de trabajo y tiene más rendimiento. O sea, que también la estrategia de responsabilidad social van de la mano con el “P&L” de la organización.
Una manera de
identificar si los esfuerzos o estrategias de relaciones públicas son
adecuados, es haciendo 10 preguntas básicas para evaluar dicha función gerencial.
Estas son:
1. ¿Refleja el plan un conocimiento pleno
de la organización?
2. ¿Ha usado adecuadamente el plan la
investigación previa?
3. ¿Incluye el plan un análisis completo
de la cobertura editorial?
4. ¿Entienden los relacionistas las
fortalezas y debilidades del producto?
5. ¿Provee el plan de relaciones públicas
conclusiones relacionadas a la investigación?
6. ¿Son específicos y medibles los
objetivos del plan?
7. ¿Describe adecuadamente como cada
actividad será y qué beneficio traerán a la organización?
8. ¿Describe el programa cómo se van a
medir los resultados?
9. Se relaciona la investigación, los
objetivos y actividades con la manera en que serán evaluados?
10. ¿Cuál es la relación entre cada oficina
de relaciones públicas con mercadeo y con otros componentes de la organización?
Las relaciones
públicas son una función de la gerencia que
anticipa, analiza e interpreta la opinión pública, actitudes y
controversias que pudiesen impactar, positiva o negativamente, las operaciones
y planes de una organización o individuo. Asesoran a todos los niveles
gerenciales de la organización, respecto a las decisiones de la política
establecida, cursos de acción y comunicación, tomando en consideración sus
diferentes públicos y la organización social o las responsabilidades de la
ciudadanía. Pero para lograr esto, las relaciones públicas tienen que
investigar, planificar, implantar y evaluar programas de acción y comunicación
para lograr la aceptación de los públicos, y alcanzar exitosamente las metas de
la organización o individuo.
Para que las
relaciones públicas rompan el ruido que crea barreras, tienen que ser
estratégicas, formar parte de los proyectos de la organización desde su inicio
de manera proactiva y no reactiva, y al final, debe medirse cómo apoyaron los
objetivos generales de la organización.
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