(No sé quién publicó la foto, pero la he visto en
varias páginas de Facebook incluyendo la de mi hermano y esto me puso a pensar
y a recordar….)
***
Todavía recuerdo cuando Gary Rodríguez, siendo jovencito, me salió con una malacrianza en la cocina de su casa en Toa Alta. Hace veintiún años. Fue el día que terminaba una entrevista que le hacía a su padre, el entonces alcalde Angel “Buzo" Rodríguez, antes de él ser enviado a prisión por corrupción. Era el año 1999 y yo sabía que Gary estaba dolido.
Su padre estaba por irse a la cárcel acusado de pedir un soborno de $2.5 millones a una empresa estadounidense. Iría preso después de haber ayudado tanto al entonces gobernador Pedro Rosselló, y esa era la última entrevista que dio el entonces famoso alcalde, con quien yo siempre tuve una excelente relación.
Gary fue bien grosero conmigo, pero Buzo lo regañó y le dijo que me respetara. Le recordó que yo siempre había sido seria y ética, y que por eso fue que él me pidió la entrevista. Yo le dije que no se preocupara, que entendía que su hijo estaba sufriendo al pasar por esa situación de tener que ver a su padre convicto. Lo iban a enviar a una cárcel en Pensilvania, donde estuvo hasta el 2003.
Buzo quería que la última entrevista antes de irse a
la cárcel se la hiciera yo, porque sabía que publicaría su sentir sin ediciones
y sin colores. Escribiría tal y cual él hablaba, como siempre hago en mis
escritos. Siempre voy de frente.
Ángel "Buzo" Rodríguez |
Buzo me contó que ambos, hasta ayuda económica le
brindaron a su familia, y que Ramón Luis estaba pendiente de todo. La compra
de alimentos les llevaba para que no pasaran hambre ni tuvieran que ir al
supermercado. Lloró cuando me lo narraba, y sentí mucha pena la ver su
semblante. Recuerdo que le pregunté si había valido la pena hacer tanta campaña
para que lo dejaran solo. Buzo me contestó algo así como que ahí fue que entendió
quien de verdad era amigo.
El tiempo pasó y en una ocasión me encontré a la
familia entera de Buzo cenando en un restaurante cerca de Wapa Televisión. Ya
Buzo había cumplido la sentencia, que honestamente, creo que fue demasiado larga
si se comparaba con otros que habían robado más que él y estaban en la calle, como
él mismo me dijo.
Buzo vino de los más amable a saludarme y me abrazó.
Me dijo frente a mi acompañante que nunca olvidó que yo siempre respeté
su dignidad, pero al decirlo en ese momento, yo volví a recordar que los hijos no son iguales
a los padres.
El padre fue un convicto por corrupción que cumplió cárcel,
pero tenía la calle, la educación suficiente y los golpes de la vida no le
hacían mella para admitir su error. Los hijos, por el contrario, se fueron convirtiendo
en rémoras de la misma política, pero su soberbia jamás les permite admitir sus
errores.
Gary estudió, luego fue ayudante y después legislador.
Luego se hizo troll en las redes sociales, y tuve que bloquearlo por los insultos
y amenazas que me hacía. En varias ocasiones administraba la cuenta del personaje
de La Vieja Changa en Twitter, en la que se dedican a insultar que los estrategas
de campaña determinen que es la “tarjeta” para atacar y desacreditar. Gary tuiteaba
desde esa página – dicho por varios de esos trolls – cuando no estaba Félix
Pérez Toro, el que más tiempo la manejaba.
Después a Gary le lavaron la cara, lo que en México
llaman “chayoteo”.
Es el maridaje entre medios de comunicación, corrupción y política. Ahora dice
ser analista, pretende alejar su imagen de politiquero corrupto, pero se dedica
a comentar.
Cada vez que lo veo, no recuerdo sus insultos hacia mi
persona en las redes, y sí recuerdo aquella vez que lo ví lloroso en la cocina
de su casa en Toa Alta, hace ya tantos años. El día que a su padre se lo iban a
llevar a la cárcel por corrupto, él lloraba porque sabía que eso siempre sería
una marca en su vida.
Esa entrevista salió publicada en El Nuevo Día y lo
recuerdo como si fuera hoy. Recuerdo haber visto a su mamá, llorosa y a otro hijo,
callado. Ese otro hijo creo que era Juan, el que hoy sale con un contrato de
$5,000 al mes para supervisar el salón café en el Senado.…
SRC
La gente puede opinar y detestarte pero esa pluma es una de las mejores. Mi relación con Gary siempre ha sido muy profesional y destaco su diligencia para coordinar. No imagino el dolor de una familia por la acción de uno. Pero al final...el que tiene padrinos se bautiza. Las traiciones deben enseñar a no confiar.
ReplyDeleteAsí es. Además, los hijos no son culpables de los errores de los padres y viceversa.
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