(NOTA: Esta columna fue publicada originalmente en NotiCel el 8 de septiembre de 2019 - https://www.noticel.com/opiniones/oye-mis-manos-/1118273527)
Como estamos en el mes de septiembre, hoy invito a que escuchemos las manos y hablemos con el corazón. Sí, escuchar con el corazón lo que con las manos nos dicen cientos de personas que quieren hacerse sentir. Me refiero a mis amigos sordos. Este es el mes de la concienciación de la comunidad sorda y es hora de que los oyentes empecemos a entender que hay que apoyar, y más que nada, respetar la dignidad de tantos otros puertorriqueños cuyo lenguaje son sus manos y sus gestos. Es su idioma natural, aunque también hablan con la voz, porque son sordos, no sordomudos.
Este es un tema que me
apasiona, y del que he escrito mucho porque todavía no hay igualdad. Yo no tenía
conocimiento vasto de que pasaban los sordos hasta que los conocí.
Inmediatamente los amé, porque entendí que necesitaban y todavía necesita ayuda
y respeto. Cuando una descubre que son
seres tan inteligentes, sensibles y luchadores, que sufren los peores vejámenes
a diario, hay que actuar. Los sordos son se esfuerzan por salir hacia adelante,
pero viven en una sociedad que los menosprecia y subestima. Los tratan a veces
como si fueran brutos o infrahumanos. No les dan trabajo y por eso la inmensa
mayoría viven en pobreza extrema.
Van al supermercado y la gente
les grita o se les burla en la cara, como si ellos no entendieran. Es un dolor
inmenso ver su reacción cuando notan que son objeto de burlas. A mi me da una
rabia enorme porque conozco las huellas que dejan esos maltratos en sus vidas.
Lo he visto, cuando van a un hospital a recibir un servicio y les pasan el
turno o no los atienden, siendo eso una violación de ley. Cuando piden el
servicio de un intérprete, les dicen que busquen a un familiar, sin pensar si
el sordo anda solo o su familia lo abandonó, o simplemente no quería que se
enteraran de su condición médica.
Porque gran parte del problema
viene desde la raíz. La misma familia los ignora y los deja aislados.
Ni siquiera aprenden lenguaje
de señas. Los maltratan, especialmente cuando son niños. Reciben mucho maltrato
institucional en las familias y en las escuelas porque les niegan conocer su
cultura o a aprender en lenguaje de señas primeros, para poder apoderarse y
poder enfrentar el mundo de los oyentes.
A veces muchos son abusados
sexualmente siendo niños porque se aprovechan de su sordera. Otras veces, los
golpean o los abandonan. Por eso los sordos siempre se buscan entre sí. No es
que estén aislados, sino que todos tienen en común que han pasado por situaciones
parecidas y se apoyan entre sí.
Pero esto ha ido cambiando poco
a poco. Mucho sacrificio, sudor y lágrimas ha costado. Ha sido el trabajo de
muchas personas, algunos que ya no están, otros que siguen ayudando a los
sordos a que pierdan el miedo y sepan defenderse. Y se ha visto progreso. Los
sordos que son o se han convertido en líderes de la comunidad finalmente dan
cara. Se atreven a ir a los canales de TV ellos solos a dar entrevistas, con
intérpretes que son voluntarios, y poco a poco ese proceso de apoderamiento
rinde frutos.
Y si, hablan con sus manos y
con sus gestos para demostrar que son seres vivos, inteligentes y productivos.
Son personas que aportan al país, votan, pagan impuestos. Son padres y madres,
tíos, hermanos y sobrinos. Son gente.
Gente como el
diseñador gráfico que hace las comedias “Boriketien” en vídeo Roberto “Etién”
Rodríguez o como Yolanda Rodríguez Fraticelli, que es la primera sorda
puertorriqueña en obtener un doctorado. Gente como Claudia Rivera, quien toca
el oboe y es primera estudiante sorda en ser admitida en el Conservatorio de
Música de Puerto Rico, o como el chelista y primer sordo en formar parte de la
Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, Héctor Tirado.
Personas como el ingeniero y
empresario Joselito Rodríguez que fundó la empresa de quesos artesanales Quesos
Joché, o como el primer estudiante sordo en ser admitido a la Escuela de
Arquitectura de la UPR, Emanuel J. Cuadrado Ramos; como el peluquero Ramón Luis
Molinari Zayas, la microbióloga y zoóloga Bonnibel Delgado; el carpintero William
Rosado Báez y el ingeniero en computadoras Manuel García Castro. O quizás, como
la primera sorda que es soprano, la joven universitaria Tiffany Ann Sierra
Hernández. Son personas que luchan por salir adelante.
Hay muchas comunidades de
sordos bien activas. Además de los que viven en el área metropolitana, que
tienen líderes como Celimar Rivera, Geno y Liznelly Sastre, Edgardo Figueroa, Ángel Ortega y Josefina
Belaval, hay un grupo de sordos poderosos en Ponce que está apoyando a su
comunidad en el sur, encabezado por José William Vélez, y otro en la zona
oeste, encabezado, entre otros por Yamilette Luciano. También hay grupos formándose
en Arecibo y la zona norte, y en el este. Todo esto es parte del proceso de
apoderamiento, de perderle el miedo y de lograr la equidad. Muchos son jóvenes
bien comprometidos que cuentan con el apoyo de intérpretes, que en su absoluta
totalidad, son gente desinteresada que trabajan por el bien.
Todos esos que mencioné junto
otros 80 fueron reconocidos esta semana en el Senado. Los políticos la mayoría
de las veces hacen homenajes sin importancia, pero en esta ocasión, no fue así.
Ese fue un reconocimiento bien especial e histórico. Es la primera vez que se
honra a sordos por superarse en la vida y todavía hoy, de eso es de lo que
ellos están hablando. En sus fotos de perfil en Facebook aparecen con la
proclama que les dieron. Es un orgullo que a quizás a la gente no les importe,
pero para el que ha vivido toda su vida menospreciado, es una reivindicación.
El homenaje fue organizado por
el senador Nelson Cruz, y también participaron con los senadores
novoprogresistas Ángel “Cheyenne” Martínez, Luis Daniel Muñiz, Henry Neumann y
Miguel Romero, y el independentista, Juan Dalmau, quien ha sido clave en crear
conciencia con la radicación de la mayoría de las medidas por la comunidad. El
único popular presente fue el alcalde de Guayanilla, Nelson Torres Yordán.
Septiembre es un mes bien
importante para sobre 250,000 puertorriqueños que son sordos porque es cuando
más se discute públicamente su realidad, cuando más actividades tienen y cuando
logran realizar una marcha que lleva precisamente ese título “Oye mis manos,
comunícate”, en la que congregan a miles de personas. La marcha la organiza el
colegio San Gabriel, la primera institución en defensa de esta comunidad, que
este año conmemora también su 115 aniversario.
Fue un buen comienzo del mes
de la concienciación de la comunidad sorda. Ahora falta seguir logrando más
accesos, leyes y mejorar los servicios.
Y lograr que todos aprendamos a oír sus manos, a comunicarnos.
REFERENCIAS:
1.
Campañas ciegas y sordas (NotiCel)
2.
Tercer idioma oficial (NotiCel)
https://www.noticel.com/opiniones/blogs/en-blanco-y-negro-con-sandra/tercer-idioma-oficial/792319956
3.
Los sordos y los políticos (En Blanco y
Negro con Sandra)
4.
Esto no es un chiste (NotiCel)
5.
Huracán María, sordos y huracán Dorian (En
Blanco y Negro con Sandra)
6.
Homenaje a la comunidad sorda en el Senado
(En Blanco y Negro con Sandra)
7.
¿Veto a los sordos? (WPAB Radio 550 AM
Ponce)
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