(NOTA: Esta columna salió originalmente en NotiCel el 2 de noviembre de 2016 - http://www.noticel.com/blog/196535/diran-al-votar-tin-marin-de-do-pinge.html )
“Tin marín, de do pingüé, Cúcara Mácara títere fue. ¿Cuántas patas tiene
el gato? Una, dos, tres y cuatro”. El próximo martes 8 de noviembre
muchos puertorriqueños entrarán en la caseta de votación y a su mente
llegará esa canción. Verán las seis caras de los candidatos a la
gobernación, y no sabrán a cual escoger. A pesar de los innumerables
foros y debates, sigue la confusión. Hay dudas porque todavía hay muchos
indecisos.
Con mirar los candidatos de los principales partidos a Legislatura,
se nota que son reciclados. Más de lo mismo. Además tenemos seis
alternativas para la gobernación y todas tienen cosas buenas y cosas
malas, pero nada de eso importa porque el verdadero poder lo tendrá una
Junta de Control Fiscal. Todo eso hace bien difícil tomar una decisión
para ese 30% de electores, que según las distintas encuestas, están
indecisos. Aunque un 70% son del “corazón del rollo” y votan por su
partido o candidato, en una elección cerrada con menos población, ese
30% de indecisos tiene el poder decidir quién gobierne. Y esto aplica
también a los candidatos independientes porque la gente sabe que un voto
por Cidre o por Lúgaro podría darle la gobernación a Rosselló o a
Bernier. O sea, no es tan fácil esta elección en el 2016.
En
medio de toda esta confusión a una semana de las elecciones, salen voces
que abogan por la abstención electoral como mecanismo de protesta.
Aunque respeto sus argumentos, difiero. Abstenerse es perpetuar el
sistema. Estoy en contra de la abstención porque la bofetá más grande
que se le puede dar a un político, es que ir a las urnas y no votar por
él.
Abogo por votar con conciencia. Que el elector mire bien,
evalúe y vote por write-in, por el que sea, pero que vote. Que saque a
los corruptos que no sirven y vote por gente inteligente. No se quede
callado. El que calla, otorga. Callar es darle votos a las estructuras
corruptas de siempre. No voten por una sola cruz en las tres papeletas
como pide el “establishment”. Vote mixto y por candidaturas, porque eso
sí le plantea un problema serio no sólo a los partidos sino también a la
Comisión Estatal de Elecciones, que este año apostaron por un
escrutinio electrónico que no agilizará nada.
Lo que es indudable es que la forma en que votemos, nos pasará factura de un lado o de otro.
Porque si elegimos al candidato popular, recordaremos que en la
papeleta PPD todavía hay muchos vinculados al escándalo de Anaudi
Hernández. Tener a un Jaime Perelló en esa papeleta legislativa, es
contaminante. El problema principal de Bernier es que arrastra la carga
de Alejandro García Padilla y las malas decisiones de esta
administración. Quiere alejarse de su partido, pero no lo dejan. En
otras palabras, David Bernier, está haciendo una campaña como si fuera
un candidato independiente. Ese elemento – que los electores ven
claramente aunque la oposición no quiera aceptarlo – podría darle los
votos que no saca en las encuestas.
Pero si elegimos al
candidato del PNP que es quien copa las encuestas, no estamos tan lejos.
De hecho, hay candidatos señalados por corrupción en la papeleta del
PNP. Por eso rojos y azules se neutralizan. Sin embargo, muchos ven un
voto por Ricardo Rosselló como un voto de protesta contra el gobierno
actual. Es lo mismo que pasó cuando se eligió a Fortuño como protesta a
Acevedo Vilá, y cuando se eligió a García Padilla como protesta al mismo
Fortuño. ¿Cuál es el reto de Ricky? La inexperiencia y su grupo asesor.
Que muchos penepés desconfían, quizás no en él, pero sí están
preocupados por sus asesores y grupo de trabajo. Empezando por su padre,
el ex gobernador Pedro Rosselló quien dijo que transformaría a ese
equipo.
http://www.noticel.com/noticia/196338/exgobernador-transformaria-equipo-de-su-hijo-ricardo-rossello.html
Además sobre Ricky pesa aún el tema de la inexperiencia. Muchos se
preguntan “¿estaremos eligiendo a otro García Padilla con Ricardo
Rosselló?”, porque son muchas las similitudes entre ambos, aunque son de
distintos partidos. Por eso aquella campaña que el PNP hizo contra
García Padilla con el lema “demasiado riesgo para Puerto Rico”, se la
aplican ahora los populares a Rosselló. Se les viró la tortilla. Y por
más fotos que se tome junto a Pierluisi, todavía hay muchos estadistas
que creen que el Comisionado Residente o Rivera Schatz eran mejores
candidatos. Irónicamente, esas dudas hacia Rosselló no se reflejan hacia
Jenniffer González, quien, calladita, ha estado haciendo su trabajo y
tiene a muchos populares y de otros partidos con ella.
¿Y qué
pasa con el PIP? Si votamos PIP, sabemos que no han explicado los
beneficios reales de la independencia ni han sabido proyectar que tienen
la capacidad de administrar el gobierno. Hay una percepción
generalizada de que María de Lourdes Santiago está tratando de
garantizar su franquicia electoral. En momentos históricos como el que
vive Puerto Rico, en los que su relación política con la metrópolis ha
cambiado por las decisiones de las tres ramas del gobierno federal, el
PIP no ha sabido posicionarse. No ha logrado atraer a muchos
independentistas desafectos a pesar de incluir en esta campaña las voces
de algunos líderes altamente respetados que no militaban en el PIP. Por
otro lado, en la medida en que se empobrece el país por la depresión
económica, el PIP sigue hablándole a una élite, no a las masas de pobres
que no se ven identificados en el ese discurso. Además, como a todos
los partidos, al PIP les afecta la emigración de independentistas que se
han mudado irónicamente a los Estados Unidos en busca de mejores
condiciones de vida.
Pero si votamos por el PPT, la percepción
es que nos movemos al socialismo. Llevaban una buena campaña que la
prensa masiva realmente no consideró ni le prestó la atención adecuada,
pero sí ha sido táctica y efectiva para mantener su base de electores.
Sin embargo, en la conferencia de prensa del lunes en la que denunciaron
los esquemas de corrupción del PNP y PPD, lo que proyectó Rafael
Bernabe y su grupo es que están tratando de ganar visibilidad masiva
para mantener una franquicia electoral. Así es como la gente los lee. En
parte eso obedece a que ve las mismas caras de las elecciones pasadas,
sin jóvenes, y aunque dicen que tienen personas de todas las
ideologías, se ve como una continuación del PIP. Aparte de todo eso, las
tácticas que han usado algunos los socialistas para protestar contra la
Junta de Control Fiscal en manifestaciones violentas (como en el hotel
Condado Plaza o frente a El Nuevo Día), alejan a las masas. A la gente
no le gusta y está harto de la violencia, y todo eso afecta al PPT
porque se asocia a esa violencia. De hecho, las parodias de comedia al
PPT siempre ha asociado al PPT con piquetes, lo que garantiza un
rechazo.
Quedan entonces los candidatos independientes, pero también levantan interrogantes.
Manuel Cidre tiene más fuerza entre la generación X, los Baby Boomers y
los mayores que son la mayoría indiscutible en la población
puertorriqueña. Estos electores hacen una composición de lugar y ven que
él tiene una trayectoria de experiencia administrando sus empresas, que
no tiene necesidad económica de ser gobernador porque es millonario, y
asimilan el mensaje de que está en campaña no para generar riquezas o
“standing” que no necesita, sino por un interés genuino de sacar al país
del hoyo económico en el que está. El problema es que está solo. No
tiene la infraestructura, la maquinaria, ni un equipo legislativo que
implemente sus promesas. Eso lo debilita.
Y si votamos por
Lúgaro, quien es fuerte entre los jóvenes y en las redes sociales. Soy
la primera en reconocer que ha roto esquemas, lo que ha motivado a
generaciones jóvenes y desafectos a mirar el proceso electoral, pero
estoy en récord de que no quiere ser fiscalizada, y rechaza aclarar sus
múltiples inconsistencias, como bien dijo el reportaje investigativo del
grupo de periodistas de Chequéalo Puerto Rico e incluso en las portadas
recientes de El Nuevo Día y El Vocero en las que compararon las
plataformas de los partidos.
Si miramos bien, algunos dirían que
estamos chavaos con jota. Que ninguno convence. Yo creo que todavía hay
gente dispuesta a trabajar por el país, como demuestran esos seis
candidatos, aún con todas sus inconsistencias e incongruencias.
Lo cierto es que no hay nada escrito. Queda una semana y en política eso
es un año. Desde la campaña de Sila Calderón en el año 2000 para acá,
cuando ví cómo en cuatro días viró tendencia electoral y le ganó a
Carlos Pesquera, esa ha sido la norma. Desde entonces, todos los
gobernantes han volteado las tendencias electorales en último momento.
Acevedo Vilá ganó con todo en su contra. Fortuño tenía una ventaja, pero
la amplió en la última semana. García Padilla hizo lo mismo. Entonces,
¿qué nos impide que eso pueda ocurrir en esta otra elección? Esto no
está decidido.
Al final, cuando entremos a esa caseta a votar,
muchos estaremos mirando y decidiendo. Sólo espero que la decisión se
tome con conciencia, no cantando “Cúcara Mácara, títere fue”.
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