Las mujeres seguimos atrás. Esa
fue la conclusión a la que llegó un estudio sobre las mujeres en los medios de
comunicación en todo el mundo, incluyendo a Puerto Rico, que publicamos en
exclusiva en este blog en el año
2010. Una década ha pasado, y todo sigue igual o peor.
El grave problema de
desigualdad se pone otra vez de relieve con la demanda
por discrimen por edad y género que incoó esta semana la periodista Celimar
Adames contra su patrono Wapa-TV. Y aunque no es el único ni el primer caso, lo
cierto es que la disparidad por género y salario en los medios es uno de los
temas tabú en Puerto Rico. Debido a la crisis económica, los despidos recientes
y el ambiente en los medios noticiosos, pocas y pocos se atreven a traer este
asunto a la atención pública.
Mirando esas cifras se
concluye que la mujer en los medios noticiosos en Puerto Rico se ha mantenido
estancada del 2010 al 2020. Esto resulta revelador porque a lo largo de esta
década el reclamo de la igualdad para la mujer, así como la denuncia de los
casos de hostigamiento y agresiones sexuales, y los feminicidios han estado al
frente de la discusión social en todo el mundo. Campañas como la de Time’s Up y el
movimiento #MeToo
en los Estados Unidos, el movimiento “Un violador en
tu camino” que se inició en Chile y ha recorrido el mundo, y más cercano,
los trabajos de grupos como la Colectiva Feminista
y otras organizaciones de base en Puerto Rico, han hecho trabajos importantes
para provocar la discusión de estos temas.
La pregunta es ¿por qué sigue
la disparidad en los medios noticiosos en Puerto Rico?
Aparte de la cultura misógina
que prevalece en todo –[desde los comerciales de televisión, la letra de canciones
de trap y los titulares en los periódicos, los temas que se convierten en
noticias hasta en el chat de Telegram]- también está la inacción de
entidades responsables de la educación y la defensa de las mujeres en los
medios tales como los sindicatos que representan periodistas y los gremios. En los
programas de comunicación y periodismo en las universidades, por ejemplo, no se
enseña como parte de la formación académica de las y los estudiantes, cómo
negociar mejores condiciones laborales.
A esto se une la crisis publicitaria.
Este año la pauta de anuncios del gobierno, de la política y en general que
proyectaron los medios no está llegando comparada a años anteriores. Además, la
economía está detenida.
Esa es la realidad y por eso
los medios están despidiendo gente, incluso en lo que va de esta misma semana.
Las más perjudicadas en ese entorno laboral son las mujeres, que son la mayoría
de las trabajadoras. Muchas periodistas se han tenido que ir del país para
conseguir empleo, laborar en otros campos como las relaciones públicas, o abandonar
por completo el mundo de la comunicaciones.
En su demanda,
Celimar Adames reclama
28 largos años de disparidad salarial, comparado a reporteros varones que
hacían igual o menos funciones que ella. Su caso era conocido desde hace
tiempo. De hecho, desde hace al menos tres años es harto conocido que hay sobre
14 otros casos de discrimen por género y por raza contra el noticiero de
Wapa-TV cuyas querellas han sido radicadas ante organismos federales como el
EEOC.
No es la
primera vez que una mujer demanda por discrimen por edad, despidos
injustificados, por maternidad o por prejuicios por género en la televisión. Luz
Nereida Vélez también en Wapa-TV y Sylvia Gómez en Telemundo, son dos ejemplos
de casos anteriores. También ocurre amplia disparidad de la mujer en la radio.
Hoy la Asociación
de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO) expresó en su página
web su apoyo a Celimar Adames.
Comentario personal:
Como mujer periodista le reitero
aquí a Celimar Adames lo que siempre le he expresado en privado, que es mi
total y absoluta solidaridad con ella. Para tener una idea completa de mi
sentir sobre esta situación, pueden escuchar mis declaraciones en el programa
de radio de hoy de En
Blanco y Negro con Sandra.
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