Periodista independiente en Puerto Rico

Wednesday, August 5, 2015

Ana Cacho: Más allá de la censura

Estudio hecho por Publimedia

En el momento en que el tribunal decidió imponer una mordaza en el caso de Ana Cacho, la realidad cuantitativa de cómo los medios han abordado el caso del niño Lorenzo es otra.

Data obtenida confirma que la cobertura mediática ha ido bajando radicalmente desde que ocurrió el horripilante asesinato del menor en su residencia de Dorado en año 2010. Al día de hoy, cinco años más tarde, en interés de los medios en el niño Lorenzo no llega ni al 10% del total de las menciones porque el énfasis cae en la figura de la madre Ana Cacho. Es decir, los medios casi no recuerdan a la víctima pero sí se enfocan en la persona que ha sido señalada como sospechosa del crimen por el cual todavía no ha sido acusada formalmente.

En nuestra búsqueda por examinar la cobertura de esta noticia que ha sida única en la historia mediática en el país, se le solicitó a la firma Publimedia que preparara un informe sobre la exposición del tema en los medios. Publimedia es la primera y principal firma de monitoreo de noticias en Puerto Rico. La empresa evaluó la exposición del tema en la televisión, medio en el que más se ha mantenido vivo el interés por el caso, y de manera exclusiva preparó un informe estadístico para este blog En Blanco y Negro con Sandra que publica NotiCel.

El estudio de Publimedia reflejó únicamente las menciones de los nombres “Ana Cacho” y “Lorenzo González Cacho” o “El niño Lorenzo” que aparecieron como parte de noticias, reportajes o comentarios tanto en los noticiarios como en programas de entretenimiento en los canales de la televisión local entre el año 2010 al 10 de julio de 2015. Este análisis incluyó específicamente a los canales Telemundo (2), Wapa (4), Puerto Rico TV (6), Univisión (11), TeleOro (13), América TeVe (24) y Sistema TV (40).

Según el reporte, en 3,890 ocasiones se mencionaron los nombres de Lorenzo o Ana Cacho en las televisoras locales. De ese total, un 45% corresponden al niño (1,766) y un 55% (2,124) a la madre.


Análisis de los datos

Cuando el caso comenzó en el 2010 se reportaron 1501 menciones, de las cuales el 70% eran del niño y un 30% de la madre. Ahora, la proporción es a la inversa con un 90% de menciones de Ana Cacho como protagonista del interés televisivo y sólo un 10% en la figura del niño.

En el 2011 en la televisión hubo 946 menciones del tema pero para ese momento ya se iba viendo un cambio breve en interés hacia la madre con un 58% de las menciones versus un 42% de las veces que se habló del niño.

Ya para el 2012 hubo un 55% de menciones de Lorenzo un 45% de la madre pero esa proporción comenzó a experimentar cambios drásticos que coinciden con el cambio en el gobierno y varios asuntos legales referentes al pleito por custodia de las hermanas del menor.  Por eso es que para el año 2013 el enfoque en las noticias de la madre se dispara con un 85% de las menciones versus un 15% del menor. Esa proporción se mantuvo igual en el 2014, y en lo que va del presente año 2015, la proporción bajó a 10% del niño y 90% de la madre.

Cabe destacar pueden haber unos paralelismos en cómo ha variado el enfoque de la televisión en el tema desde que salió del aire el programa SuperXclusivo en enero de 2013.  Desde entonces, bajó dramáticamente la cobertura en la televisión.  Esto quizás responde a que Kobbo Santarrosa con su personaje de La Comay crearon un “branding”, desde crear el nombre “el caso del niño Lorenzo” hasta tener un segmento dedicado al tema diariamente. Luego, programas Dando Candela en Telemundo y Lo Sé Todo en Wapa intentan emular la estrategia de SuperXclusivo para capturar audiencias, pero fallan en la consistencia y repetición del tema como se valida en este estudio.

Según las cifras de Publimedia, entre el 2010 y el 2012 – mientras estuvo al aire SuperXclusivo - hubo 2,920 menciones del tema versus las 970 menciones del 2013 al 2015. En el período de 2010-2012 el 56% de las menciones eran del niño y un 44% de la madre, pero esto cambió para el segundo período 2013-2015 con una proporción de 15% para el niño y 85% a la madre.

Este caso no es el único que acapara la atención de los medios. En el pasado, por ejemplo, el asesinato de Luis Vigoreaux y la convicción de Lydia Echevarría generaron alto interés mediático. Pero en esa época además de la televisión la composición de la industria era distinta porque habían más periódicos y revistas de farándula como las desaparecidas Vea, TV Guía, Estrellitas o Artistas. Hoy, además de los medios tradicionales, el panorama incluye nuevos vehículos en la Internet y las redes sociales que mantienen discusiones de temas por tiempo indefinido. Sin embargo, cada caso tiene un nombre para hacerlo comercial y de fácil recordación masiva.

Por eso es que una noticia como el asesinato de Carmen Paredes – que los medios llamaron el caso Pablo Casellas no por la víctima sino por el victimario - también generó interés porque contenía muchos elementos parecidos al del niño Lorenzo. Ambos se daban en escenarios poco tradicionales como urbanizaciones cerradas, en una clase socioeconómica alta con acceso al poder y a las influencias. Sin embargo, el interés en el caso del hijo del juez mermó una vez se dio la convicción. En el caso de Lorenzo, como no ha habido radicaciones de cargos y algunos delitos ya han prescrito, se mantienen vivas las especulaciones y el interés.   El enfoque de la cobertura del caso del niño Lorenzo tiende a parecerse mucho al frenesí mediático que provocó en los Estados Unidos el caso de Casey Anthony, por el que la madre fue hallada no culpable. (http://enblancoynegromedia.blogspot.com/2011/07/casey-anthony-y-ana-cacho-dos-casos.html)

Valor monetario

Lo que es incuestionable es que la repetición del tema en el tiempo y el espacio que le asignan los medios tiene un valor monetario. El análisis que hizo Publimedia se basó en todas las veces que se mencionó el tema en la televisión a lo largo del día en el horario “sign-on a sign-off”. Esto incluye el horario estelar o “prime time” que es el que más caro se le cobra a los anunciantes porque es cuando más personas están viendo la televisión. Basado en un costo promedio de una pauta valorada en $500, se podría calcular que el interés en Ana Cacho y el niño Lorenzo equivale a una exposición televisiva de cerca de $2 millones en publicidad. Pero la cifra real es mucho más que eso.

Para calcular el valor monetario real que tiene el caso, habría que analizar a la industria completa. El mercado publicitario en los medios de comunicación en Puerto Rico se estima en unos $500 millones. De ese, un 40% corresponde a la televisión, un 43% a la prensa escrita, un 15% a la radio y cerca de un dos por ciento (2%) a otros medios que incluyen Internet, cines y publicidad externa, entre otros.

Si el 40% del mercado mediático corresponde a una equivalencia publicitaria de $2 millones, el restante 60% correspondería a los demás medios. En ese sentido, la equivalencia en publicidad se podría estimar en $5 millones.

En otras palabras, cualquier anunciante, político, empresa o producto que quiera tener igual exposición que ha tenido el caso del niño Lorenzo en estos cinco años, debería invertir sobre $5 millones en publicidad.

Este análisis también plantea varias preguntas para los medios de comunicación. Si no hubiera sido una familia de clase media alta, de conexiones sociales y políticas y que vivía en una urbanización de acceso controlado de Dorado, ¿tendría el mismo interés que este caso? ¿Si fuera una familia pobre de un residencial o una barriada, estarían los medios dedicándole tanto tiempo y espacio al esclarecimiento del caso? ¿Lo hacen con otros casos o sólo con este por tratarse de una familia con conexiones? ¿Juzgan los medios el valor noticioso o el interés público en las noticias según el nivel socioeconómico?

Más allá de la censura

El miércoles de la semana pasada la jueza del Tribunal de Bayamón, Griselle Robles, acogió un recurso de entredicho provisional presentado por los departamentos de Justicia y Familia, que pretendía censurar a los programas Dando Candela y Lo Sé Todo para que no publicaran un documento del caso. Dos días más tarde, y tras las críticas en la opinión pública por el error jurídico, Justicia y Familia se retractaron alegando que no tienen legitimación para exigir censura previa aunque la mordaza para no divulgar otras imágenes o documentos se mantuvo en pie. 

¿Intentaba el Estado opacar la cobertura noticiosa con la mordaza? ¿Por qué no hicieron un análisis de la cobertura mediática si las estadísticas que existen que la misma ha bajado? Por otro lado, ¿no se han auto regulado los medios en este caso cuando la evidencia demuestra que la cantidad de noticias ha bajado?

Aquí de lo que se trata es de la incompetencia del Estado en no hacer una buena investigación ni radicar cargos. Aunque se pueda alegar que los medios han juzgado públicamente a Ana Cacho, esa ha sido la única manera de mantener vivo el tema que de otra forma sería amapuchado como otros casos.

La verdadera pregunta a los medios sería: ¿ha sido una cobertura balanceada? Todo apunta a que la respuesta a esto es no. En lugar de investigar datos, o profundizar en distintos ángulos, la cobertura más reciente se basa en replicar temas del pasado. ¿Será esto lo que le conviene al gobierno ante su incapacidad o la lentitud para resolver el caso? ¿O es esto parte del desgaste natural de una noticia? ¿Han aportado los medios a ese desgaste del tema? ¿Se han convertido los medios en obstáculos para la investigación y esclarecimiento del caso o son los que lo mantienen vivo?  Por otro lado, ¿qué interés prevalecen aquí? ¿El de la prensa a ejercer su oficio, el de Ana Cacho a tener un juicio justo o el del Estado a proteger a unas menores? Son serias preguntas que deben analizarse.

Han pasado cinco años desde que alguien le tronchó la vida al niño Lorenzo González Cacho. Este caso tiene que aclarase y no quedar impune. Basta ya de utilizar los medios como coletilla o como excusa para no resolverlo.

NOTA: Esta columna fue publicada el NotiCel el 17-07-2015 http://www.noticel.com/blog/178312/ana-cacho-mas-alla-de-la-censura.html

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