“Levántese Dios y sean dispersados sus enemigos y huyan de su presencia los que le odian. Como se disipa el humo se disipen ellos, como, se derrite la cera ante el fuego, así perecerán los impíos ante Dios”. Salmo 67
Se inicia un exorcismo. Empieza de lleno el conjuro para expulsar al demonio que ha entrado en los cuerpos, las mentes y las almas imbéciles de los feligreses que le creen al Arzobispo de San Juan.
-“No le den dinero. Guarden sus billeteras durante las colectas si el arzobispo sigue hablando de política”, clamó la representante Albita Rivera a las huestes de católicos estadistas. Les exige con vigor que se transformen en protestantes. Que protesten contra el religioso al que le ha dado que por promover desde el púlpito al Partido Popular o al independentismo o al separatismo o al comunismo o a la soberanía o a la patria.
-“Para que les duela en el bolsillo”, propone como castigo al Monseñor Roberto González.
Flash, dispara la cámara. Prende la luz roja y empiezan a grabar. Los periodistas escriben las palabras, captan los gestos y graban el inicio de la rueda de prensa, en este rito pre eleccionario que espera mover almas ante una contienda que parece ser bien cerrada entre dos principales candidatos que, en el fondo, no convencen a nadie y otros cuatro que tampoco lo hacen.
Hay que hacerles un exorcismo a los católicos para que no le crean a los obispos, piensan ellos. Hay que sustraer la influencia del Maligno entre los penepés. Con autoridad, hay que exigirle a ese dominio que se marche a las pailas del infierno, claman los líderes que dicen ser impolutos, de inmaculadas trayectorias y ejecutorias. El rito de los exorcismos requiere rigurosidad, prudencia, mesura. Hay que hacerlo con cuidado y discreción para poder sacar a los poseídos, pero eso no aplica en Puerto Rico.
-“Todo grupo religioso que le hagan una campaña política en la iglesia, debe pararse en ese momento y salirse de la iglesia. No se le debe permitir que la iglesia se meta en un proceso político. La iglesia tiene derecho a reclamar por los pobres, puede reclamar por los enfermos, puede reclamar por los niños, pero no por cuestiones políticas”, demandó el ex Gobernador Carlos Romero Barceló.
-“Cualquier cosa que venga del arzobispo de ahora sabemos que está politizada a favor de la independencia. El arzobispo más político que ha habido en la historia de Puerto Rico es éste”, añadió Romero Barceló y la prensa lo publicó, olvidando los Davis, a McManus y a la Acción Cristiana de los sesenta.
Pocos periodistas se atreven a desafiar la fuerza del corcel político. Pocos preguntaron si esa orden o la de Rivera le aplica a tantos otros religiosos que se inmiscuyen en la política como las Wanda Rolón, los Jorge Raschke, los Heredia o los Font y sus apóstoles. Esos que sí dicen por quién votar o por quién no. Los que predican el odio contra los que defienden a las feministas, al aborto o a los gays y evangelizan al amor sólo al diezmo, a las modas y a la ofrenda.
Nadie pregunta si ese exorcismo que hay que hacerle a los penepés le aplica a los que van a templos evangélicos o petecostales o new age.
Nadie explica y reina la confusión. Otra evidencia más de la influencia del Maligno, dirían ciertos líderes penepeístas, para la vergüenza ajena de otros.
Todo fue por el Mensaje de la Conferencia Episcopal de Puerto Rico para las Elecciones del 2012 en el que los obispos católicos reafirmaron que el pueblo cristiano no puede huir del debate político, por lo tanto, tampoco puede vivir enajenado de los asuntos públicos o de las decisiones que toman los gobernantes. En su carta piden discernimiento a los católicos al momento de votar, hablan de que las elecciones se lleven a cabo en paz, que impere el respeto entre los funcionarios de colegio y entre los políticos. Sobre el plebiscito de status, piden que sea un diálogo “permanente y respetuoso”.
“La historia demuestra que el pueblo puertorriqueño ha logrado superar grandes pruebas sólo cuando todos trabajan unidos. Dicho diálogo tiene que partir del reconocimiento del derecho a la autodeterminación de cada pueblo y nación lo que implica que Puerto Rico tiene un derecho fundamental a la existencia, a la propia lengua y cultura, a modelar su vida según las propias tradiciones y a construir el propio futuro proporcionando a las generaciones más jóvenes una educación adecuada; es decir que los puertorriqueños y puertorriqueñas han de ser los principales protagonistas de su historia”, dicen los obispos en su carta.
Y no se hacen análisis desapasionados. No hay argumentos críticos ni intelectuales. No se pondera que la iglesia tiene un poder aglutinador de sectores ideológicos y que cada acción u omisión de sus prelados debe significar algo. Es que en la religión, como en la política y en la guerra, o en el amor, lo que mueve es ese frenesí visceral que suele ser irracional.
Por eso para ciertos sectores fundamentalistas en la política partidista del país cualquier alusión a un análisis de la libre determinación del pueblo representa una afrenta porque significa que la gente piense. Y actúe. Por eso llaman a exorcizar los que pretenden que el pueblo piense. Y actúe.
En el catecismo católico los ritos de exorcismo requieren la repetición continua de letanías y órdenes de expulsión. El uso de agua bendita y de crucifijos. Y comienza a dispersarse agua bendita con un poco de sal sobre el poseído. Rememorando el bautismo, se comienzan a orar.
Padre Nuestro que estás en el cielo….
Saquemos a los curas de la política.
Santificado tu nombre….
Sólo aceptamos religiosos si dicen Salamaya, condenan a los gays o piden diezmos
Venga a nosotros tu reino….
Aquí mandamos nosotros en nuestro banquete total en Cámara, Senado, el Ejecutivo y la Judicatura
Hágase tu voluntad, en la Tierra como en el Cielo……
Pero en la política, mandamos nosotros
Danos hoy nuestro pan de cada día…..
Que vengan nuestros contratos para nuestros amigos
Perdona nuestras ofensas….
Y haz que podamos ganar en noviembre
Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
Realmente no perdonamos a nadie
No nos dejes caer en la tentación,
Tiéntalos a ellos, a los populares, populetes, a los comunistas comunistoides, libreasociacioistas y realengos a que no salgan a votar.
Y líbranos del mal.
¡Que no gane García Padilla!
Habrá que ver si el diablo abandonó a los cuerpos, las mentes y las almas imbéciles de los feligreses que le creen al Arzobispo de San Juan. Habrá que ver si, al final, los ojos estarán calmos y en paz. Habrá que ver si se expulsó al demonio y el exorcismo funcionó.
Esta fue mi columna mensual publicada en 80 Grados el 28 de septiembre de 2012 - http://www.80grados.net/exorcismo/
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