La gente se canta y se llora cuando se trata de
hablar sobre la credibilidad de la prensa.
Por lo general la prensa, los periodistas y los
medios de comunicación son objeto de duras críticas de todos los sectores que
cuestionan la superficialidad con la que se acercan a los temas y exigen una
objetividad en la cobertura noticiosa que en realidad es una falacia porque es
imposible que exista. Suelen ser más duros con la prensa puertorriqueña si
mirar que ésta sigue la misma tendencia y estilo impuesto por la prensa de los
Estados Unidos.
Sin embargo, en la encuesta que “La Voz del
Pueblo” que publica esta semana El Nuevo Día,
la prensa, la radio y la televisión están entre las 10 primeras
instituciones que le inspiran más confianza en Puerto Rico.
Según la encuesta, le creen más a los
noticiarios de televisión, a Internet, a los programas de radio y a los periódicos
que a la fiscalía federal, a los sindicatos obreros, a los jueces del Tribunal
Supremo, a los ex gobernadores, a los candidatos de los tres principales
partidos políticos.
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Le inspiran confianza –
De mayor credibilidad (en orden
descendente)
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No le inspira ninguna confianza
De menos credibilidad (en orden
descendente)
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1.
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Los atletas puertorriqueños
(7.99%)
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Policía de Puerto Rico (4.96%)
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2.
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Los noticiarios de la TV local (7.16%)
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Las uniones obreras (4.86%)
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3.
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Internet (7.13%)
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Departamento de Justicia
(4.82%)
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4.
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Los maestros (6.98%)
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Tribunal Supremo de PR (4.73%)
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5.
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Las cooperativas (6.97%)
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Departamento de Salud (4.63%)
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6.
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Los programas de noticias en la radio (6.94%)
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Fiscales de Puerto Rico (4.63%)
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7.
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La Guardia Nacional (6.88%)
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Ex gobernadores de ambos
partidos (4.57%)
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8.
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Los médicos (6.87%)
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Jueces del Tribunal Supremo de
PR (4.57%)
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9.
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Las iglesias en Puerto Rico
(6.87%)
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Senado (3.92%)
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10.
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Los periódicos en Puerto Rico en general (6.65%)
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Cámara (3.91%)
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11.
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Fiscalía federal y los
oficiales del Departamento de Justicia Federal (6.24%)
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3 partidos políticos (3.75%)
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Se podría alegar que la encuesta de El Nuevo
Día está amañada o parcializada a favor de la prensa, pero la verdad es que la gente necesita de la
prensa para informarse. Además, respuestas parecidas se ven en encuestas
similares que se han hecho recientemente en los Estados Unidos.
En julio pasado Gallup hizo una encuesta que
reveló que el 28% de los estadounidenses no sólo le creen a las noticas de los
periódicos sino que forman su opinión por las noticias que leen de ellos. Un
27%, en cambio, las recibe de la televisión.
En otra
encuesta que realizó a fines de 2010 el Pew Research Center, el 39% de los norteamericanos forman su opinión
de lo que reciben de los medios tradicionales (prensa, radio y televisión), un
9% sólo de Internet, un 39% de Internet y medios tradicionales, y un 17% de
otras fuentes.
Por eso, los
resultados de la encuesta de El Nuevo Día tienen que hacer pensar a muchos.
La prensa y su
efecto y valor en la sociedad se mide a base de varios elementos tales como: la
certeza con la que cubren las informaciones y la data que proveen para apoyar
sus noticias; el equilibrio o balance que permita la mayor cantidad de puntos
de vista en cada nota; la ausencia o presencia de prejuicios en la forma en que
se cubre; la sensibilidad hacia temas tales como los derechos de víctimas de
crimen o menores, entre otros; y la transparencia, o el demostrar que no tienen
agendas ocultas, sean ideológicas, económicas, o políticas.
En ese sentido, si en
Puerto Rico criticamos de la prensa su falta de profundidad, de análisis, de
prejuicios o superficialidad, habría que preguntarse qué es lo que en realidad
recibe o qué información consume el público y si las mismas dictan la agenda
del País.
Si la mayoría de las
noticias son “negativas” – digamos, asesinatos, discusiones políticas en el
Capitolio o crisis económica – ¿no será eso parte de la agenda que se impone en
la opinión pública colectiva? ¿Por eso es que la gente es tan violenta? Pero si esto es cierto, entonces, ¿por qué
Puerto Rico está entre los países más felices del mundo?
Asimismo, si la
gente se informa por lo que dice La Comay o Dando Candela, entonces, ¿formamos
la opinión con temas “light”? O sea, nos interesa más la chillería de un
artista o el caso del niño Lorenzo que profundizar en las causas de la crisis
económica actual o cómo atender la escalada en el crimen.
Diversos estudiosos
de la comunicación y de las ciencias sociales teorizan sobre estos temas. Esos
análisis son para la academia y otros foros, pero siempre es bueno recordar
cual es la agenda de la prensa, quién la dicta, de qué hablamos, y sobre todo,
por qué criticamos las cosas. Y luego de pensar en eso y hallar respuestas,
entonces, es que se puede comenzar a criticar a los medios. Mientras tanto, que
critiquen, que murmuren, pero al final, que confíen en que la prensa – malo o
bueno – les informará.