Periodista independiente en Puerto Rico

Sunday, September 4, 2011

La brittolera de Bayamón



Micro-cuento parte 1: Había una vez una joven con cartera britolera.

Micro-cuento parte 2: La joven britolera vivía en la isla de la fantasía en la que los políticos se toman fotos desnudos

Micro-cuento parte 3: En la isla de la fantasía donde vive la joven, los pobres no existen ni hay Comunidades Especiales.

Micro-cuento parte 4: Abundan los machos al acecho en la isla de la britolera. Mirando las nalgas con celulitis que no esconden los gistros.

Micro-cuento parte 5: Andan como bobos, absortos los machos mirando las nalgas ajustadas en leggings blancos de las britoleras con gistros.

Micro-cuento parte 6: Amarillos, negros, rojos, blancos. Colores del diseñador en gistros. Los machos, imaginan si ellas tienen su brazilian wax.

Micro-cuento parte 7: Y las britoleras caminan zarandeando las caderas, sandunga innata, uñas esculturales, algún tatuaje y los piercings.

Micro-cuento parte 8: Caminan en el mall en Bayamón con sus plataformas y sus backpacks de Britto, en bonche. Siempre va una con su dubi.

Micro-cuento parte 9: Y sueñan las britoleras con algún pelotero o un millonario pa' seguir los pasos de Maripily. Tetas hechas. Sin panza.

Micro-cuento parte 10: Por allí iba perdido un príncipe. Atónito del ambiente hostil, la pobreza y cafrería. De los colores y britolandia.

Micro-cuento parte 11: El corazón del príncipe corría al ver tanto chicho al aire, mahones pegados, nalgas redondas y cosas de britoleras.

Micro-cuento parte 12: Inhaló. Secó el sudor de su frente y pensó que algunas britoleras eran manometibles, con otra actitud, sin irrespeto.

Micro-cuento parte 13: El príncipe miraba de frente a la pobreza que en la isla de la fantasía la britolería no veía.

Micro-cuento parte 14: Él la encontraba apetecible. Se quería comer la pobreza. Estaba fascinado. “No podía más”, pensaba en su ser.

Micro-cuento parte 15: Pero eso no existía para la britolera porque en su la isla de la fantasía no había pobreza ni mataban a 9 en un wikén.

Micro-cuento parte 16: Y cuando la britolera le pasó por el lado al príncipe no lo reconoció. No vio su oportunidad dorada.

Micro-cuento parte 17: La britolera sólo vio a un blanquito de la capital, juzgándola con la mirada.

Micro-cuento parte 18: Pensó que la miraba con asco. Subió el mentón, estiró la espalda, y le pasó por el lado al príncipe, sin mirarlo.

Micro-cuento parte 19:
No era asco, sino lujuria oculta en su mirada. Y recordó a Dostoievski el príncipe.

Micro-cuento parte 20: “A veces conviene soñar”, pensó.


(Nota: Este fue un cuento publicado a 140 caracteres, en Twitter)

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