Periodista independiente en Puerto Rico

Saturday, October 11, 2025

RESEÑA: Willie Denton es extraordinario en IHuman

El primerísimo actor junto al músico Ugoh y un electo estelar de la Compañía Nacional de Teatro, estrenaron anoche la mejor pieza teatral dramática del 2025

Publicado en Substack

Willie Denton es el mejor actor de teatro en Puerto Rico. No es una exageración. Es la pura verdad. Afirmarlo es difícil y arriesgado, porque Puerto Rico es cuna de grandes y primerísimos actores desde siempre. Entre los contemporáneos, tengo en la lista de los mejores actores a grandes figuras como Ernesto Concepción hijo, a René Monclova y a Joaquín Jarque, pero ver a Denton en acción, es sublime.

No miento al decir que Willie Denton es, sin duda alguna, lo mejor que he visto. Fue excepcional y mágicamente sorprendente. Los matices que imprimió anoche con cada gesto, cada palabra, cada movimiento que hacía dominando la escena, perdurarán en mi mente y en mi corazón por años. Fue un trabajo hermoso y único, que no esperaba y que me conmovió hasta las lágrimas y todavía lo siento en el alma.

Anoche fue un honor verlo en acción en el teatro Victoria Espinosa. Estaba junto a un extraordinario elenco de grandes actores de la Compañía Nacional de Teatro. Interpretaban la pieza IHuman, del maestro Roberto Ramos Perea.

DENTON COMO PROTAGONISTA

IHuman es un drama filosófico y distópico ambientado en el año 2050 que explora la compleja relación entre la inteligencia artificial (IA) y la sensibilidad humana. La trama se centra en el anciano escritor Mario Casanova, quien busca preservar sus recuerdos adquiriendo un androide llamado Bruno para que sirva como "juez lógico" de los eventos de su vida.

A través de la interacción entre la fría lógica del androide y la emoción del escritor (interpretado por Denton), la obra expone las contradicciones de la humanidad y el miedo al avance tecnológico. Es un desafío ético sobre lo que realmente significa ser "humano", y concluye con una sorpresiva propuesta sobre el futuro. Los debates filosóficos entre humano y androide son tan reales como imborrables.

En la piel de Casanova, Denton nos regaló un retrato de una riqueza emocional asombrosa. No solo mostró la nobleza de sus ideales y la fuerza de sus pasiones, sino que, sobre todo, logró que el público se identificara con la perfecta imperfección de sus contradicciones y la sinceridad conmovedora de sus amores.


Mientras lo veía moverse por el escenario, pensé que muchos lo recuerdan por haber interpretado la vejez a Pedro Knight, esposo de la cantante cubana Celia Cruz en aquella icónica telenovela titulada “Celia”. Quizás lo hayan visto en algunas obras teatrales, en la televisión o hasta en comerciales. Pero ver en vivo a William Denton es otra cosa. Tiene una presencia escénica inigualable e inmensa, que produce un impacto en todo quien lo vea en acción. Cualquier adjetivo se queda corto para describirlo.

Con una trayectoria de sobre 35 años en las artes escénicas, Denton ha ido labrando con creces su carrera. Sé, que como pasa con otros grandes actores boricuas, ha debido tener carreras paralelas como empresario y entiendo que, como ingeniero químico, pero su don es la actuación.

Anoche se consagró integrando su experiencia en la expresión corporal, los movimientos con los que dominaba el plató y esa voz cargada de matices. Fue maravilloso en ese personaje del escritor y revolucionario Mario Casanova y demostró que es un gran maestro de la actuación, un referente ineludible de nuestro teatro nacional.

UGOH, EL ANDROIDE

Pero si Denton me emocionó hasta las lágrimas, no puedo negar que me capturó también el personaje del androide, el IA llamado Bruno, que interpretó el joven musico y actor Ugoh.

Es un personaje que representa la lógica frente a la emoción del viejo escritor. La

dinámica de tensión se establece entre la objetividad del androide y el egoísmo del humano. Ugoh era la contraparte lógica, sin la memoria ni la sensibilidad, del escritor Denton. Mejor dicho, el robot Bruno era la contraparte de Casanova. Lo que pasa es que ambos actores fueron tan buenos, que una no sabía distinguir si eran actuaciones o era la vida real.

Amé el personaje del androide. Ugoh, mejor dicho, el personaje de Bruno, se quedaba mirando fijamente como hacen los robots. Parpadeaba con rapidez como cuando un robot recibe datos en su CPU y llena su base de datos. Hablaba como robot, se movía como robot, se peinaba como robot. Era un robot. Lo hacía tan bien, que cuando actuaba como humano, una se sorprendía pensando en que era la máquina. Esto de por si demuestra lo gran actor que es Ugoh, un joven que apenas comienza a destacar sobre las tablas, pero lo hace con tal fuerza y luz propia, que se nota que tiene un gran futuro.

EXTRAORDINARIO ELENCO

Para que Denton y Ugoh lucieran bien, se necesitaba un cuerpo de actores de otra liga. De hecho, los medios corporativos se han perdido de un manjar al no presentar a estos grandes actores de la Compañía Nacional de Teatro.

Comienzo por el personaje de “La Madre” que interpretó la actriz Sonia Rodríguez Otero. Me emocionó el poder decirle a la actriz lo mucho que me gustó su interpretación. Fue imponente y emotiva.

En segundo lugar, me topé con Gina Figueroa-Hamilton, la actriz, que irónicamente interpretó el personaje de Gina. Sí, su mismo nombre. Gina, el personaje, es una revolucionaria idealista que da su vida por su ideal y emociona al pensar en los paralelismos con el momento en que estamos viviendo como sociedad.

El odioso y corrupto policía Cándido Alfonso fue interpretado magistralmente por Israel Solla Rivera. Con vozarrón, violento, al espectador le repulsa ver la represión oficial encarnada en un personaje así tan detestable. El hecho de que el actor lograse distanciar su persona de un personaje tan detestable demuestra sus kilates. Fue apabullante.

También tengo que destacar el rol de Teresa, el personaje que interpreta Melissa Reyes. Teresa es una enfermera, madre abnegada, que recoge las penurias que sufre este personal. Melissa cumplió a cabalidad el mensaje tras el papel y me hizo imposible el no pensar cuando las y los enfermeros se quejan de sus pobres condiciones de trabajo en Puerto Rico y lo mucho que se sacrifican.

Hay otro personaje importante que amarra la parte final de la obra: Miranda, interpretado por Adaluz Santos Hernández. La he visto en otras ocasiones y le auguro un gran futuro. Es un talento joven que brilló con fuerza al lado de Denton.

Por último, la obra la cierra el personaje de Leo Casanova, hijo del protagonista. Es el que sufre su desapego, el que llega a detestar a su padre, pero también a amarlo. Este personaje lo interpreta otro joven actor, otro talentoso al que le deparo un gran futuro sobre las tablas, Rafael Pagán Rodríguez.

Es justo y necesario mencionar al equipo de producción que logró la magia en escena, Las luces y proyecciones (Israel Franco Muleler y Camila Perez) nos transportaron a escenas poderosas. La escasa escenografía (Israel Solla Rivera, Anthony Delgado y Ugoh), así como la utilería y ambientación (Luis Javier López Rivera), fueron piezas claves.

Además de actuar, UGOH proveyó la música incidental. Nelson Alvarado fue director de vestuario y productor ejecutivo. Jesús Aguad, Maiita, Vanessa Alicea y Arelis Guadalupe fueron gerentes de escena. En la dirección técnica estuvo Israel Franco Muller, y Josué Reyes se encargó de las fotos y videos.

EL GRAN MAESTRO

La mente maestra de esta obra es el primerísimo dramaturgo puertorriqueño, Roberto Ramos Perea. Hace casi un año él ya compartía sus inquietudes sobre el rápido desarrollo de la IA y cómo cambiaba las interacciones sociales. Intuí que escribiría algo, pero no una obra maestra tan genial como la que presencié.

“Cuando escribí Ihuman quise hablar de la contradicción humana”, dice Ramos Perea.

El maestro Ramos Perea insiste en que los seres humanos vivimos en constantes contradicciones: buscamos la paz mediante la guerra, amamos y odiamos al mismo tiempo, exigimos libertad con ideales que nos encarcelan, y pedimos inclusión mediante la exclusión. La peor de nuestras contradicciones es querer redimir la vida, matando.

“Para entender esto hace falta una lógica y una ética que esté por encima de nuestro intelecto”, dice Ramos Perea para explicar la razón de esta pieza teatral. “La inteligencia, artificial o no, es la única capaz de abrir el camino hacia la paz. Y la paz, es el único espacio justificado para nuestras emociones”.

La pieza de Ramos Perea, con referencias desde Shakespeare hasta Dante Alighieri, nos provoca a reflexionar sobre nuestro rumbo como humanidad.

Hoy, después de sentarme a reflexionar sobre esa pieza tan extraordinaria que presencié anoche, tengo que concluir que los actores son grandes, pero que es trágico para el pueblo puertorriqueño la censura que hay hacia entidades como la Compañía Nacional de Teatro. Es imperdonable que los medios comerciales no le den el espacio que merece este arte tan valioso.

Ramos Perea siempre afirma que el buen teatro debe ser gratuito, pues el pago ya se hizo con las contribuciones públicas. Las obras que presenta siempre son de las mejores, comparables a las de Broadway y de los mejores teatros del mundo. Es una obligación moral del público apoyar a estos grandes artistas con su asistencia.

La Compañía Nacional de Teatro, un departamento del Instituto Alejandro Tapia y Rivera, es una organización académica y cultural que investiga, preserva y produce la literatura dramática y el cine puertorriqueño. Estas entidades mantienen viva y defienden nuestra
puertorriqueñidad. Es un lujo presenciar su trabajo.

Anoche fue una velada mágica, sin duda. Willie Denton, Ugoh y todo el elenco me cautivaron el alma. Me gustaron tanto que quiero volver a verlos. La pieza Ihuman se presentará en el Teatro Victoria Espinosa hoy sábado, mañana domingo y el próximo fin de semana. 

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