Periodista independiente en Puerto Rico

Friday, March 7, 2025

Dudas que provoca el proyecto Esencia

Escritor invitado: Rafael Mejía-García, economista Agrícola

El Proyecto Esencia se ha presentado como una gran oportunidad para la economía local, con la promesa de generar empleos en construcción, turismo y servicios. Se espera que atraiga inversión internacional y fomente un nuevo modelo de desarrollo para la región. La llegada de nuevas marcas y la expansión de la infraestructura turística podrían ampliar la oferta de Cabo Rojo y generar actividad económica en múltiples sectores, desde restaurantes hasta operadores de excursiones.

Sin embargo, estas oportunidades vienen acompañadas de preocupaciones legítimas. Según diversos estudios, el proyecto implicaría una alteración significativa del entorno natural, afectando ecosistemas esenciales como humedales y bosques secos. Estos espacios cumplen funciones clave en la regulación del clima, la conservación del agua y la protección ante eventos naturales extremos. La eliminación de una extensión considerable de estos ecosistemas supondría un daño difícil de revertir y afectaría la biodiversidad local.

Otro aspecto crítico es el impacto en los recursos hídricos. La demanda de agua proyectada es sumamente alta en un contexto donde Puerto Rico enfrenta problemas recurrentes de acceso y distribución del recurso. Esto podría generar tensiones adicionales sobre las reservas disponibles, afectando no solo a la comunidad, sino también a otros sectores productivos que dependen del agua para su funcionamiento.

Más allá de las implicaciones ambientales, también hay preocupaciones sociales y económicas. La transformación de Cabo Rojo en un destino turístico con mayor presencia de inversión externa podría alterar significativamente la dinámica de la comunidad local. En proyectos de esta magnitud, suele ocurrir un aumento en el costo de vida y una mayor presión sobre la vivienda, lo que pone en riesgo la permanencia de las poblaciones originales. Además, el acceso a espacios tradicionalmente utilizados por los residentes para la recreación y el contacto con la naturaleza podría verse restringido.

Puerto Rico necesita modelos de desarrollo que integren el crecimiento económico con la conservación de sus recursos. En lugar de proyectos de gran escala que conllevan impactos irreversibles, se deberían fomentar iniciativas que fortalezcan el turismo ecológico y mejoren la infraestructura existente sin comprometer el equilibrio ambiental. Cabo Rojo ya es un destino valioso por su riqueza natural y su oferta turística diversificada. Asegurar que el crecimiento de la región ocurra de manera responsable es fundamental para preservar su atractivo a largo plazo.

Este tipo de iniciativas nos lleva a cuestionarnos no solo cómo debe desarrollarse Puerto Rico, sino también quién se beneficia realmente de ese desarrollo. Si un proyecto como Esencia sigue adelante, las autoridades y la ciudadanía deben exigir compromisos claros en términos de sostenibilidad, transparencia y equidad. El progreso no puede medirse únicamente en términos de inversión y construcción, sino en su capacidad de generar bienestar para todos los sectores de la sociedad sin comprometer los recursos que hacen del país un destino único.



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