Periodista independiente en Puerto Rico

Monday, February 4, 2019

Deficiente comunicación interna

Ricardo Rosselló con algunos de sus exasesores y exsecretarios más cercanos (Foto:El Nuevo Día)
(NOTA: Esta columna fue publicada originalmente el 3 de febrero de 2019 en NotiCel - https://www.noticel.com/opiniones/blogs/en-blanco-y-negro-con-sandra/deficiente-comunicacion-interna/997986028 )
Esta semana ha quedado meridianamente claro que el gobierno de Ricardo Rosselló tiene un grave problema de comunicación interna. Es deficiente y eso es parte del caos en su administración.
Los escándalos por el monopolio con los contratos desde Hacienda, en la Comisión Estatal de Elecciones y con los sistemas de informática del gobierno, son muestra de que no han logrado cultivar ese talento para mantener a un equipo enfocado, eficaz y comprometido con los objetivos del Gobernador, que es lo que busca toda buena comunicación interna.
Eso no significa que no sean talentosos, como diría la representante María Milagros Charbonier. Han demostrado que el talento está en darle múltiples contratos a hijos y allegados que sean los del combo de la Isla Bendita, en ignorar al que reclame, y en ser hostil o botar al que lo cuestione. Pero en vez de enmendar a nivel interno, para proyectar afuera que hay control, el propio Rosselló cae en el error al seguir justificando el amiguismo en Hacienda. Todo esto abona a la mala percepción pública de su gestión.
La comunicación interna en cualquier organización, sea una empresa o un gobierno, es la herramienta que se desarrolla para que todas las personas en un grupo de trabajo actúen y se encaminen hacia un mismo objetivo. Es vital cuando hay cambios drásticos, controversias o problemas.  Es una pieza clave para el éxito de cualquier institución porque es su marca o “branding”. O sea, si a nivel interno están mal, eso es lo que esa organización va a proyectar a nivel externo.
Un ejemplo caótico de esto fue el comunicado que La Fortaleza emitió por error el jueves, confirmado un Plan de Ajuste de Cofina que no había pasado, lo que obligó a Christian Sobrino de la Aafaf a desmentirlo inmediatamente. Es impensable ese error tomando en consideración que la economía y lo que dilucide la jueza Laura Taylor Swain es vital para el gobierno. ¿Qué causó ese desliz? ¿Fue un error humano de alguien dándole “send” a un comunicado o fue intencional?


La comunicación interna conlleva transparencia, uniformidad y honestidad. Eso no permite corrupción, favoritismo ni movidas chuecas. Pero en el gobierno parecería que la comunicación se reduce a emitir un comunicado para que salga publicado en un periódico o en llevar a un funcionario a que se entreviste en una emisora de radio en la mañana, pensando que con eso resuelven el caos y lucen bien, pero no. Empeoran. El error es que si no estás bien en tu base, no puedes proyectar afuera que estás bien.
Un ejemplo de la deficiente comunicación interna ha sido la manera en que comunican el rol de las mujeres en el gobierno, cuando éstas dan a conocer lo que pasa internamente en sus respectivas áreas de trabajo.
Pasó con la renuncia de Teresita Fuentes a Hacienda, con la exprocuradora de la Mujer, Carmen Lebrón, y hasta con la ex Superintendente de la Policía, Michelle Hernández. Son todas mujeres capacitadas y con formación, pero parecería que las que expresan sensibilidad o sentido común, no son aceptadas. La única opción para sobrevivir en ese caos de comunicación interna es estar ausente, callada o ser sumisa. Ejemplos: la secretaria de la Familia, Glorimar Andújar, y la actual Procuradora, Lersy Boria.
Probablemente Rosselló ha sido el gobernante que más mujeres ha incorporado en su gabinete de gobierno, lo cual es positivo para la equidad de género. Sin embargo, ese logro queda opacado con el trato disfuncional hacia las que no son sumisas. En el caso de la Policía imperó el discrimen porque el logro de haber designado a la primera mujer Superintendente se opacó cuando la sacaron porque un hombre, en este caso Héctor Pesquera, no podía aceptar que una Coronela diera órdenes.
Si no se organiza la comunicación con los obreros, con las uniones, la administración, y no hay procesos de uniformidad de mensajes a nivel interno para que todo el mundo entienda y pueda comunicar adecuadamente lo que hay, se crea el caos. El gobierno dice una cosa a la prensa y al país, pero dentro de cada agencia es otra cosa.
Antes la comunicación interna no trascendía porque no había redes sociales que delataran lo que pasaba. Antes también había más respeto al líder. Ahora no. Ahora hay tensiones, hay miedos entre empleados que se sienten amenazados de que los van a sacar, hay bandos internos aún dentro del mismo partido, y encima, tienes a la oposición política que busca dónde resbalas para filtrarlo al espacio cibernético. Por eso hay que desarrollar una comunicación interna que sea estratégica con los diferentes “stakeholders” o grupos interesados.
Por más de tres años en este espacio En Blanco y Negro en NotiCel estuvimos consistentemente publicando columnas y análisis del grave problema de comunicación que tenía el anterior gobierno bajo el mandato de Alejandro García Padilla. Era de todos conocido que no supieron comunicar lo que estaban haciendo en medio de la quiebra económica y la imposición de una Junta de Control Fiscal. Su problema era de comunicación externa.
Ahora, bajo el gobierno de Rosselló, la comunicación externa la tienen casi controlada con la compra de conciencias a través de los múltiples “chayoteros” en los medios, que no son todos, pero sí es una mayoría. Lo que pasa es que todavía hay muchos medios y periodistas independientes. Además, como existen las redes sociales en las que el público ve, comenta y publica evidencia que contradice el mensaje del gobierno, la Administración Rosselló está en una continua actitud para intentar controlar daños y desviar los temas. Es lo que en propaganda se le conoce como “spin the message”.



Lo primero que dijo Ricardo Llerandi cuando lo ascendieron a Secretario de la Gobernación fue que todos los jefes de agencia se tienen que alinear. Resta por verse si será exitoso. Lo cierto es que, como dijo Fuentes en su carta de renuncia a Hacienda, el que esté en el gobierno tendrá que mostrar “un poco de compasión, cuidado y amor”.

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