(NOTA: Esta columna fue publicada originalmente en NotiCel el 10 de febrero de 2019 - https://www.noticel.com/opiniones/blogs/en-blanco-y-negro-con-sandra/prensa-verdad-y-venezuela/1006544193)
La vergüenza que le hizo pasar al pueblo de Puerto Rico el segundo al mando de nuestro gobierno, Luis Rivera Marín, demostró una verdad irrefutable: están jugando con el dolor del pueblo venezolano. La crisis de Venezuela se ha convertido en el escenario de una guerra mediatizada en el que todos los bandos tratan de halar para su lado, con medias verdades, “fake news” y una gula insaciable por pautarse y ganar “likes” a nivel internacional. Y como en toda guerra, la primera víctima es la verdad.
Literalmente, ya todo el mundo sabe que Rivera
Marín mintió cuando celebró en CNN
en Español que Puerto Rico había logrado aterrizar un avión con
ayuda humanitaria en Venezuela. Horas después el expresidente de la Asamblea
Nacional venezolana, Diosdado Cabello, lo tildó de “pura
paja”. Entonces el secretario de Estado cambió
su versión, mantuvo en
secreto el itinerario del vuelo y siguió en un desenfrenado ‘media
tour’ tratando de salvar cara, de lucir como el canciller de una república o
como un peón el juego de ajedrez que se dilucida en Washington. Porque de eso
es que se trata, de los intereses detrás de la pantalla.
Las dimensiones geopolíticas de esta crisis son
preocupantes para toda la región. Maduro y Guaidó ya parecen títeres, movidos
por los intereses de Putin-Jinping y de Trump, y cada bando proyecta su versión
de la verdad. Lo menos que les importa es lo que sufre el pueblo venezolano, que
no tiene prensa interna, y que a nivel internacional es víctima de propaganda.
En esa batalla por la verdad el escenario de
conflicto son los medios de comunicación desde donde se informa y se manipula por
igual, como bien demostró Rivera Marín. Los periodistas son los que están de
frente, informando, desinformando o como carne de cañón de otros intereses. Hasta
ahora, los periodistas llevan las de perder. O es en credibilidad y descrédito,
como le pasó al de CNN Fernando
Del Rincón con Rivera Marín, o son víctimas de una represión brutal
y despiadada en Venezuela.
Realidad interna
Y mientras en Puerto Rico debatimos sobre
Rivera Marín, el chavismo levanta un cerco informativo. En una semana hubo 40
violaciones a la libertad de prensa, además de las detenciones de periodistas,
según el Sindicato de la Prensa de Venezuela, que el jueves lo denunció ante
las Naciones
Unidas.
La semana pasada 11
periodistas extranjeros fueron detenidos
arbitrariamente por el Servicio Bolivariano de Inteligencia
Nacional, que responde al gobierno de Nicolás Maduro. Parecían desapariciones
como en las épocas de dictaduras. Se les metían en sus carros y se los llevaban
con todo chofer, o iban a sus habitaciones de hotel y los arrestaban. Los
llevaron a la infame cárcel El Helicoide
en Caracas, sede de los servicios secretos venezolanos. Allí eran interrogados,
tratados como si fueran espías,
algunos golpeados, y permanecieron incomunicados hasta por 15 horas seguidas sin
que nadie supiera de su paradero.
Entre esos 11
periodistas arrestados habían chilenos, argentinos, uruguayos, españoles, franceses y colombianos de medios como Agencia EFE,
TVN de Chile, Telemundo, Associated Press, Caracol, Globovision y VivoPlay,
entre otros. Después casi todos fueron deportados. El
gobierno alegó que entraron sin un visado
de periodista, táctica que usan los gobiernos para identificar a los reporteros
y controlar su labor.
La censura
de los medios de comunicación no gubernamentales es cada vez más preocupante. Reporteros
Sin Fronteras denunció que para
la mayoría de los venezolanos es casi imposible tener acceso a información
contrastada y objetiva. Ningún canal de televisión transmitió el momento en que
el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se autoproclamó
"presidente encargado". Tampoco reportan sobre las manifestaciones
masivas y enfrentamientos en todo el país, y el gobierno les corta el acceso a
Internet y regula el ciberespacio.
La prensa, que entonces viene a ser la voz y el interlocutor del pueblo,
es vapuleada. El 23
de enero hubo 17 ataques directos
a periodistas; entre ellos, detenciones arbitrarias,
confiscación de equipos, agresiones de la policía y del ejército.
Venezuela lidera en América Latina con más periodistas en prisión.
La versión de la
izquierda
Maduro,
por su parte, dice que “hay una gran
manipulación sobre Venezuela de todos los medios de comunicación
internacionales”, y cataloga las críticas como “un
montaje” contra su persona, o parte de una campaña que “hace parecer
a Venezuela un monstruo o una dictadura”. También aseguró ante la prensa que
viajó al
futuro, y que ganará: “Yo ya fui al futuro y
volví, y ví que todo salía bien”.
Russian TV y su versión en español Actualidad
RT publicaron esta semana una serie de noticias falsas que
evidencian también la propaganda de los Estados Unidos y sus aliados
anti-Maduro. Citan por ejemplo al senador republicano Marco Rubio que publicó
vídeos de abusos de militares, pero era una grabación de 2017.
También el periódico español El
País publicó una manifestación pro-Guaidó pero en realidad era una
protesta de taxistas en Madrid. Acá en Puerto Rico publicaron una foto de
una manifestación multitudinaria por Guaidó, pero en Twitter revelaron que era
una foto del maratón San Blás en Coamo.
Actualidad RT también
denunció específicamente a los canales Mega TV de Puerto Rico, EVTV
de Miami, la agencia Reuters de Estados Unidos y la revista del Reino Unido The
Economist por el “abandono” de la ética periodística al prestarse para la
propaganda de los Estados Unidos anti-Venezuela. “Se presentan… sin siquiera la
intención de guardar ciertas formas elementales de la profesión periodística”,
dijeron.
Cuidado de la prensa
El verdadero periodismo es el que denuncia las
injusticias, pero se apega a la verdad y no se presta a la manipulación sea de
derecha o de izquierda. Ahora más que nunca, se tiene que ser riguroso en la
información, sin omisiones ni falsedades, y proveer el contexto histórico que
este momento requiere.
La prensa no puede ser usada ni se puede
prestar para ser arma estratégica porque hay millones de vidas en vilo.
Y acá en Puerto Rico, mientras nos entretenemos con el papelón vergonzoso de Rivera Marín, y la inmensa mayoría de los periodistas puertorriqueños guardan silencio criminal sobre lo que viven los periodistas en Venezuela, vemos de forma diáfana nuestra verdad ante el espejo venezolano. Impera la mentira. La única verdad es la desesperación del pueblo.
La prensa se vende al mejor postor, mientras el pueblo sufre.
ReplyDelete