Foto original diario Basta! en Teotihuacán, México |
(Una versión más corta de esta columna fue publicada en NotiCel el 18 de noviembre de 2018. https://www.noticel.com/opiniones/blogs/en-blanco-y-negro-con-sandra/ataques-de-cuernos/871471267 Aquí aparece la versión original)
Podría decirse que la mayor emergencia social y política que vive Puerto Rico ahora mismo se debe a los ataques de cuernos. Pero como nadie admite cuando se siente así, mejor no lo hablan. El tema lo ignoran, y con el silencio, el gobierno se hace cómplice del caos. Es una cuestión de poder, dominio y control. Por sentirse inseguros en su rol en la sociedad, por falta de educación, por no valorar a otro ser humano, por usar drogas u alcohol, porque la desesperación económica y social quizás los tiene locos, o por cualquier otra razón, muchos agreden, menosprecian, humillan, violan y matan mujeres en Puerto Rico en una magnitud sin precedentes.
En lo que va de año ya han asesinado 42 mujeres en casos de violencia doméstica y la mitad de éstas a manos de esposos, parejas o exparejas. Podrían ser muchas más, porque hay decenas de cuerpos de presuntas víctimas esperando autopsias en Ciencias Forenses. Antes moría una mujer cada 15 días, y en estos momentos una mujer muere a manos de su pareja cada 8 días. Se radican 11,000 querellas de violencia contra la mujer al año, con un promedio de 20 al día.
Como si eso fuera poco, en lo que va de año van más de 180 casos de violencia de género protagonizados por agentes de la Policía. O sea, los que se supone que protejan a la gente ante el clima de inseguridad que se vive, son victimarios. Si a esto se añade que, del 2006 al presente, más de 2,000 'rape kits' o pruebas de material genético de víctimas de agresión sexual están sin procesar en Ciencias Forenses, podemos ver la magnitud del problema.
No son casos aislados. Son tantos los asesinatos, las violaciones sexuales y la frecuencia con que ocurren los actos de violencia que
se tiene que llamar como lo que son: feminicidios. Al usar el término correcto
de feminicidio afirmamos que la responsabilidad es del estado porque no provee
los servicios, no da educación, no previene ni atiende los casos, dejan las
calles oscuras y esa impunidad permite las condiciones idóneas para que esto se
mantenga.
La pregunta es: ¿por qué en el gobierno no
quieren tocar este tema? Las pocas mujeres con poder político y que podrían
identificarse con esta hecatombe parece que son parte del problema. Dicen
“calladita me veo más bonita” aunque su silencio las manche con la sangre de
las víctimas.
Jenniffer González, callada en Washington. Carmen Yulín Cruz, cuando no
critica a Trump, se va de viaje, pero sobre los asesinatos a las mujeres guarda
silencio. ¿Dónde están las alcaldesas de Ponce, Salinas, Canóvanas,
Barceloneta, Loíza y Morovis? ¿Qué han hecho las legisladoras para detener este
patrón? Una Tata Charbonnier se enfoca en la familia tradicional, y una Nayda
Venegas en prohibir los abortos, pero sobre la violencia a la mujer, nada.
Brenda López de su marido sólo sale si es a politiquear o a interpretar a una
infante en El Guitarreño. Para eso sí se mueven.
¿Y en el gobierno central? ¿Dónde está la primera dama Beatriz Rosselló en este tema? ¿O
es que sólo sale a hablar de desfiles de modas? ¿Y las principales líderes en
las áreas de seguridad y justicia? Lo único que hacen Wanda Vázquez y Nydia
Cotto Vives es estar en su “tiraera” eterna. De Vázquez se esperaba más, porque
había sido Procuradora, pero también calla. Y hablando de la Procuradora de las
Mujeres, ¿alguien sabe cuál es su tono de voz?
¿Han escuchado a Lersy Boria dando propuestas, soluciones o tan
siquiera, una denuncia ante la magnitud de esta crisis? ¿Existe o está vacante
como el puesto de la Ausente Secretaria de la Familia? Es inmoral que todas
guarden silencio.
¡Qué mucha falta hace la voz fuerte de una
Albita Rivera en la Asamblea Legislativa! Ella nunca se hubiera quedado inmóvil
ante esta situación, pero las que están ahora en la política de todos los
partidos, son una vergüenza para este pueblo. En vez de estar en la changuería,
deberían tomar conciencia de que la violencia contra la mujer le cuesta al
gobierno, porque con cada mujer que matan, se quedan niños huérfanos, marcados
de por vida. Con cada mujer que matan, se rompen familias, se enferma
emocionalmente a todo el entorno y se destruyen comunidades. A la larga eso le
cuesta más al Estado en tratamientos, prevención y en mantener todo un sistema
punitivo.
En un país en donde la gente se está yendo y
los que se quedan los están matando, la prioridad para el gobierno tiene que
ser mantener vida, porque mientras más gente se quede y trabaje, más dinero hay
para pagar la deuda. Sin embargo, ya vimos cuál fue la actitud durante y
después del huracán María. Es evidente que la política pública del gobierno es
dejar que la gente se muera.
¿Y qué hacemos los ciudadanos? Hay que luchar desde la base y apoyar a
las entidades comunitarias y sin fines de lucro que son las que trabajan sin
dinero y sin propaganda para prevenir la violencia y atender a las víctimas. Si
tenemos una onza de respeto y reconocemos a las mujeres como seres humanos, hay
que denunciar la violencia y exigir, como plantean organizaciones feministas,
que el Gobernador Ricardo Rosselló declare
un plan de emergencia nacional contra
la violencia de género.
Los puertorriqueños calificamos como “ataque de
cuernos” a esa actitud que asume una persona cuando siente o percibe que su
pareja le puede ser infiel o se le escapa de las manos. Así mismo se ve al
gobierno de Puerto Rico. El gobierno ha demostrado que no tiene la capacidad
para identificar una crisis, mucho menos para manejarla. Por eso, como el
victimario en un ataque de cuernos, se niega a admitir la verdad y no resuelve
el problema.
En el 2011, durante la huelga estudiantil, Albita Rivera Y Evelyn Vazquez fueron parte de la supuestas "lideres defensoras de la mujer puertorriquena" que defendieron a los policias de las acusaciones que manosearon estudiantes.
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