Esto es el grito de una madre soltera que se levanta todos los días a
luchar y a salir adelante, como hacen miles de mujeres en cada rincón de este
país. Luchadoras, no nos rendimos. Somos la mayoría. Somos las que sacamos la
cara por nuestros hijos. Las que cuidamos a los viejos y a los enfermos, a los
encamados. A las que nos golpean con la realidad de más trabajo por menos salario.
Abusadas, pero creamos, y sobre nuestros hombros se levanta todo un pueblo.
Pero no existimos para los que determinan qué es lo importante, que es noticia
o de qué se va a hablar en la opinión pública. Pensando en todo eso hoy, precisamente
en el día en que en todas partes del mundo se conmemora la libertad de prensa,
ese ideal al que todos aspiramos, accedí a ser parte de este trabajo.
Inspirada en aquella
columna que publiqué en febrero y que titulé “Grito de una madre”, tuve el
honor de ser invitada y me uní hoy a esta serie de imágenes del inigualable
Adál Maldonado. Su serie “Los dormidos” es una metáfora que representa la
urgente necesidad de que Puerto Rico despierte de la condición política, económica,
social y ecológica en la que estamos.
Recibí la invitación de Adál a días de compartir con
él en la presentación del “Cuerpo del Poema”
(Librería ICP) la antología que publicó junto a Irizelma Robles, en la que reúnen a los máximos exponentes de la
poesía puertorriqueña contemporánea. Una lectura imprescindible en el momento
en que vivimos.
No niego accedí con temor, porque en el fondo soy tímida, aunque no lo
parezca, y me sacó de la zona de seguridad que busco. Total, ya lo único seguro
que tenemos en Puerto Rico es luchar. No rendirnos. Seguir hacia adelante y
empujar a que este pueblo supere el caos en que estamos.
Agradezco esta oportunidad, nueva para mí, pero que reafirma mi
compromiso inquebrantable con usar mi voz para gritar a los cuatro vientos lo bueno
que tiene mi patria, pero también desenmascarar y denunciar aquellos que
quieren destruirla.
Lo hago con el alma, con la mente y con la voz. Como periodista, como
analista o como relacionista, pero más que nada, lo hago como madre porque
quiero que mi hija viva en un Puerto Rico mejor y como mujer, porque somos la mayoría.
Al país lo mueve la gente. Las
mujeres valientes en sus comunidades, que fueron las que se tiraron desde el
primer día a trabajar después del huracán. Ese entramado social que está
trabajando desde siempre y que fueron los primeros en llevar ayudas y siguen
haciéndolo después que se acabó el show del COE y de FEMA.. Las mujeres en la
base son el verdadero Puerto Rico que se levanta. Son las que me dan esperanzas
para bregar y no callar. Para seguir gritando.
Gracias Adál.
3 de mayo de 2018
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