(NOTA: Esta columna fue publicada originalmente en NotiCel el 24 de enero de 2018 http://www.noticel.com/opiniones/blogs/en-blanco-y-negro-con-sandra/cada-libre-del-sector-al-detal/689874469 )
El Gobernador anunció lo que la Junta de
Control Fiscal dijo hace unas semanas: venderán la Autoridad de Energía
Eléctrica. Y mientras eso pasa, miles de personas siguen luchando por la falta
de la luz, algunos no superan las menguadas fiestas de la San Sebastián y otros
se entretienen con el voto presidencial, aunque en Washington no hay ambiente
para nada más que no sea Stormy Daniels. Mientras eso ocupa el interés público,
uno los pilares de la economía en Puerto Rico, va en caída libre y parece que a
nadie le importa. El sector al detal, que después del gobierno es el que más
empleos genera, peligra. Se tambalea.
Los cierres recientes de casi una veintena de tiendas
Sam’s y Walgreens son el reflejo de que está pasando. El sector se va a comprimir.
Que conste, pueden achacarle toda la culpa a María. Los problemas vienen desde
hace tiempo, sólo que el huracán aceleró la caída libre.
El peligro de esa contracción es que nos
arriesgamos a perder el 4.1% del Producto Bruto Interno que genera el comercio
al detal, según la Junta de Planificación. En una economía en recesión como la
nuestra, tenemos que defender aquellas áreas que producen actividad y empleos.
Por eso hoy defiendo aquí al comercio al detal. Defiendo a las cadenas
extranjeras y también a los pequeños comerciantes, especialmente a los
comercios PYMES liderados por mujeres.
Al sector hay que cuidarlo y defenderlo con
verticalidad, no con la jaibería de siempre que nos ha traído hasta aquí. Me
refiero a que dicen una cosa, pero por detrás es otra. Al pueblo puertorriqueño se nos vendió la idea
de que había que aprobar una reforma laboral y eliminar la ley de cierre para
crear empleos y proteger la industria.
La verdad irrefutable es que nada de eso pasó. No se generaron más empleos, los que hay
perdieron derechos; y aunque favorezco eliminar la ley de cierre, liberalizar
el horario de ventas no tuvo efecto alguno.
Radiografía de la
industria
Hace unas semanas la cadena Sam’s cerró tres tiendas y despidió empleados. El viernes
pasado Walgreens anunció el cierre de 12
tiendas, sin contar
las que venían cerrando desde el 2017 y los cierres de departamentos de cosméticos.
Algunos de los empleados quizás los reubiquen en otras tiendas, pero será bajo
los nuevos parámetros de la reforma laboral. Con menos beneficios.
Pero esas no son las únicas. Con hacer un
recorrido por diversos sectores de la isla se ve la tendencia. Por el sureste
en Plaza Guayama, no hay ni Kmart ni Sears. Están cerradas. En el este cerró el JCPenney de Plaza Palma
Real en Humacao donde han cerrado otras tiendas. Frente a Plaza del Norte en
Hatillo, también permanecen cerradas las tiendas Shoe Carnival y Toys R’Us,
porque el mar entró en esos edificios y no se sabe si reabrirán. Un poco más
abajo en Arecibo, también cerró y aún no abre una farmacia CVS por lo mismo. En
Carolina se vieron empleados en la tienda Toys R’Us trabajando para abrirla
después del huracán, pero se han detenido las labores y no se sabe si abren. Los
outlets de Canóvanas siguen cerrados y los de Barceloneta no están a capacidad
total aún.
Esos son tiendas por departamentos o comercios
americanos. Si nos movemos a los pequeños comerciantes locales, el drama es peor. Estiman que más
del 20% han cerrado por la falta de electricidad. Mete miedo.
Siete causas de la
crisis
1. Ley de Cierre. Hay que evaluar la efectividad de esa ley. En cadenas como Costco, en
vez de aumentar, el horario extendido se redujo de 10 am a 8 pm.
2.
Internet y el correo. La
competencia no es tan grande como muchos proyectan: La población envejece y no
es tan “tecnology-friendly” como los más jóvenes, que están emigrando; Muchos
puertorriqueños no tienen crédito y no pueden comprar con tarjetas por la web;
Algunos negocios no distribuyen hacia Puerto Rico, o aumentan los precios de
productos; Siguen los problemas con el correo. Pero cadenas como Amazon Prime y
Wish siguen ganando adeptos aquí.
3. Canibalización. Las megatiendas primero atacaron a los
pequeños comerciantes y provocaron cierres de tiendas pequeñas cuando abrían
negocios en sus áreas. Después empezaron las consolidaciones y compraron
cadenas locales. Ahora ese sector de las grandes cadenas se está comiendo entre
ellos mismos porque el mercado no alcanza para tantos competidores.
4. Puertos. La crisis de la distribución de mercancías en
los puertos es el elefante blanco del que nadie quiere hablar. Lo cierto es que
a cuatro meses del huracán, todavía hay muchas tiendas que no tienen el
inventario porque la mercancía está detenida en los puertos.
5. Crisis energética en el país.
6. Crimen. La gente no sale de noche para evitar atracos.
No importa si extendieron los horarios.
7. Otros. Las consolidaciones de negocios y pérdidas de
ventas a nivel global afectan a las cadenas locales. La emigración también
representa la pérdida de clientes aquí.
Ante este escenario, el gobierno, los
políticos, el comercio al detal y el pueblo consumidor debería dejar a un lado
las diferencias ideológicas y concentrarse en salvar lo que queda y crecer este
negocio tan crucial en nuestra economía. Aquí van cinco sugerencias:
1. Mirar al de aquí. Hoy más que nunca el futuro del comercio al
detal está en las manos del comerciante de aquí. Si se van las cadenas
extranjeras, hay que promover que puertorriqueños las adquieran. Que los
gerentes de esas megatiendas consigan capital para comprarlas.
2. Copiar lo que pasa en alimentos. El sector de alimentos es puertorriqueño y
hay que replicar ese modelo de éxito en otros sectores del comercio al detal.
3. Volver a mirar a los inmigrantes. En los años 60 llegaron miles de
cubanos a Puerto Rico y desarrollaron grandes comercios al detal. No eran
expansiones, sino empresas locales cuyos dueños eran cubanos. Tiendas como
Yayabo, Pitusa, Topeka por ejemplo, evidencian que esto se puede replicar con
comunidades de extranjeros que son parte de este país, como los dominicanos.
4. Buscar más allá del U.S.A. Atraer tiendas y cadenas de otros
países fuera de los Estados Unidos, como Zara que es de España o Aliss de
Venezuela-Argentina. Hay grandes tiendas y cadenas en Chile, México, Panamá, Colombia,
Brasil, y otros países que se pueden atraer aquí.
5. Salto de otros empresarios. Hace décadas el publicista Premier
Maldonado, iba a Estados Unidos a hacerle propuestas a cadenas de tiendas para
que establecieran negocios aquí y de paso, él les hacía la publicidad. Así
atrajo cadenas como ThomMckann y el mismo Walgreens. Es hora de que otros lo
emulen. Ahora mismo sé de empresarios en áreas como construcción que están
adentrándose a otros negocios a nivel local. El comercio al detal es una opción
que crea empleos.
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