Los números no mienten. Los impuestos que han ido anunciando, los que faltan y el alza en el costo de vida apuntan a que el nivel de inflación será insostenible. La vida para los puertorriqueños es cada vez más dura, más cara y es evidente que la calidad de vida se evapora. Puerto Rico se convierte a pasos acelerados en un gueto donde todo es caro, no hay dinero, no hay trabajo y se vive mal.
El fin de semana pasado fue la convención de la Cámara de Comercio en Fajardo y coincidió con la convención de una cadena de supermercados en Río Grande. En ambos sitios el comentario constante era el alza en todos los precios de bienes y servicios. La conversación constante entre varios empresarios y comerciantes coincidía en que todos esos los impuestos representarán un diez por ciento (10%) de alza en la inflación del País. Aunque la Prensa no ha reseñado esto, lo cierto es que es un comentario ampliamente generalizado no sólo en ese sector, sino en otras, especialmente las de servicio.
Comenzamos con un alza en el precio del agua. Alzas en productos de consumo y alimentos, el incremento en los arbitrios, la patente nacional, el ‘business to business’, el incremento de dos por ciento (2%) en lo que se cobra en los muelles y ahora, el alza de cuatro centavos en el precio de la gasolina definitivamente tienen un impacto en los costos de los productos y servicios, que indudablemente subirán afectando el bolsillo del consumidor. Ese 10% de alza en la inflación que estiman los expertos, pero el Gobierno no se atreve a admitir, nos dice que el poder adquisitivo del puertorriqueño se ha perdido. En ese sentido, el consumo baja.
No en balde es más conveniente para mucha gente dejar de buscar trabajo y quedarse con las ayudas del Gobierno. Es más fácil y cuesta menos.
O sea, que como país no nos damos cuenta del hoyo en el que hemos caído y no se ve la voluntad para lograr cambios. Ni en el Gobierno, mucho menos en la oposición política, si es que existe. No se ve voluntad ni en el sector privado y mucho menos en la gente. Lo más triste es que todos nos vemos afectados, pero siempre hay quienes sufrirán más porque habrá menos servicios, especialmente para aquellas poblaciones vulnerables como los pobres, los viejos y los niños.
Así que es hora de tomar acción, pero que no sea atacando a la clase trabajadora y a los marginados. Aquí algunas sugerencias:
• Reducir el Gobierno. ¿Cómo es posible tener un gobierno para 4.2 millones de personas si en Puerto Rico hay un millón menos y cada día siguen emigrando más personas? A menos gente, menos gobierno. No es solo cuestión de bajar el número de agencias, sino también de municipios. ¿Por qué no hacen cuatro o cinco provincias o ‘counties’ en vez de 72 municipios? Quizás así se eliminarían los déficits y el pillaje en tanto municipio pequeño. El problema es que nadie se atreve a meter mano. Decir que se eliminan pueblos es como mentarle la madre a los caciques de cada región. El problema es que son insostenibles y lo pagamos todos.
• Ajustes en las corporaciones públicas. ¿Por qué seguimos pagando tanto de agua y electricidad si hay menos población? Porque en Acueductos y en Energía Eléctrica nos cobran por sus nóminas. Hay que bajar plazas y bajar precios al consumidor.
• Compras inteligentes. ¿Por qué el Gobierno tiene que pagar más caro por los productos? Porque paga tarde y mal, además de tener contratos con los amigos de turno. Hay que ser cautelosos en el gasto, y comprar barato.
• Internet más caro. ¿Por qué el País no tiene acceso a la red de Internet que tiene la Autoridad de Energía Eléctrica? Por aquí se podrían generar economías de escala y competencia que ayude al consumidor.
• Plazas necesarias. Basta ya de premios de consolación y políticos en el Gobierno y los municipios.
Ya es hora de que despertemos. El País no puede seguir como va. Falta voluntad.
Esta columna fue publicada en El Vocero el 3 de junlio de 2013 - http://www.vocero.com/la-inflacion-nos-lleva-al-gueto/
No comments:
Post a Comment