Nos narra el reto de
ser hombre ante el maltrato al que muchas veces son sometidos por la sociedad,
en la comiquísima pieza teatral que sube a escena hoy en Caguas
Joaquin Jarque, en personaje
SUBSTACK
“Soy Mario Pérez Casanova y soy una mujer”. Con esa frase lapidaria que retumba en las paredes y deja boquiabiertos a los espectadores, quienes al instante se ríen a carcajadas, inicia hoy su monólogo el primerísimo actor Joaquín Jarque.
“Vamos, no me malentiendan los macharranes
abusadores o las feministas que lo generalizan todo. Soy simplemente una mujer.
Ni LGBTTQ, ni trans, ni binario, ni transgender, ni whatever fucking gender I
want to be. Ninguno de esos términos”, dice esa fuerte voz que le pertenece
inequívocamente a Jarque, pero no es él quien habla sino Mario Pérez Casanova. Él
entra en personaje de tal manera que, desde sus primeras líneas, ya una sabe
que se trata de otro ser.
Es la persona que ha decidido
contar su historia, y de paso, retar el sistema. Decoloniza las mentes de una
audiencia ya acostumbrada a los discursos, un tanto panfletarios, de que
nosotras las mujeres somos las únicas que sufrimos, y somos las víctimas, y que
los hombres unos machos maltratantes y malos.
No. No todos son así. De
hecho, muchos sufren precisamente ese prejuicio a la inversa, porque vivimos en
una sociedad donde el maltrato impera. Decir estas cosas no es fácil en estos
tiempos de cultura de cancelación y trolls cibernéticos, pero la comedia
bien pensada e inteligente, lo logra de manera estupenda.
Jarque se consolida
esta noche en una de las más importantes piezas teatrales que ha presentado en
su extensa y productiva carrera teatral, iniciando en la Sala
Moneró del Centro de Bellas Artes de Caguas la deliciosa y comiquísima pieza “¿Qué
nosotros somos unos qué?”. Es, simplemente, exquisito. No solamente en la actuación,
sino la pieza en sí misma.
Escrita y dirigida por
el dramaturgo Roberto Ramos Perea, el monólogo presenta las dificultades que enfrentan
los hombres en la sociedad moderna, donde las mujeres tienen mayor poder y en donde,
muchas veces, los hombres que no son ni macharranes ni abusadores, no tienen
espacio. A veces, hay hombres que son las verdaderas víctimas.
Tuvimos el privilegio
de asistir a uno de los últimos ensayos de esta pieza, y confirmamos que es una
que nadie se puede perder. Aunque no es el primer monólogo que interpreta
Jarque, no titubeamos de decir que su actuación es sencillamente magistral. No
hay duda alguna.
La pieza es la respuesta masculina a muchos argumentos incorrectos del trillado sonsonete de muchas mujeres que califican a todos los hombres como unos demonios. No hay un segundo en que no te haga pensar y reír. Como mujer y feminista, debo decir que pensé un poco antes de ir al ensayo. Me costó, no lo niego, pero admito que la pieza es un retrato de la realidad.
Ramos Perea redacta contrarrestando realidades y tiene ese don que muy pocos logran de escribir inteligentemente, pero de una manera sencilla, la comedia. Basándose en la cotidianidad, nos pone a pensar y a reír, o a reír primero y después pensar. Como sea, lo logra.
Joaquín Jarque y Roberto Ramos Perea |
“¿Qué nosotros somos unos qué?” es una respuesta a otro monólogo que Ramos Perea había escrito en el año 2000, y que tuvo muchísimo éxito. Era la obra “Nosotras lo hacemos mejor”, que el maestro le escribió a la primerísima actriz Ángela Meyer, y que se ha presentado con éxito en Puerto Rico, República Dominicana, Colombia, México, España y otros países.
“Pensé que era momento
de poner a hablar al hombre y el año pasado terminé esta pieza que hoy presenta
Joaco (Jarque). Ya era hora de dejar de victimizar a los hombres buenos. Estoy contentísimo
de su trabajo y espero que al público le guste porque los va a poner a pensar”,
dijo, con su habitual sonrisa, Ramos Perea.
El personaje de Jarque es un psicólogo que tiene que dar un taller en una empresa donde trabajan hombres y mujeres, y él decide que va a combatir la idea de que todos los hombres son malvados. Parte de la trama se va en narrar sus experiencias en los tres matrimonios que ha tenido ese personaje para tratar de convencer a los hombres que no es verdad y que tal vez el asunto sea a la inversa.
En el ensayo puedo
decir que lo primero que me sorprendió fue que Jarque entró en personaje y no
se salió del mismo en ningún momento. Repetía sus líneas con esa maestría que
tienen los actores como él, que llevan el teatro en la piel. Confieso que me
dio un poco de vergüenza porque me reía tanto que tuve que morderme los labios
para no hacer tanto ruido con mis alborotosas carcajadas, porque es que el
texto y la interpretación son geniales, de verdad.
Con las lecciones que da el personaje,
Jarque nos lleva por ese injusto mundo del narcisismo mujeril y el ‘womansplaning’
que a veces impera en una sociedad donde el poder gravita según la
conveniencia. En la obra vira al revés las concepciones. Con las entonaciones
de su voz, y sus gestos, presenta realidades de hombres débiles como el viejo
sumiso y trabajador, o el hombre acomplejado que tiene que ser mujeriego para
ser parte del sistema sin quererlo, y nos cuestiona de qué lado del patriarcado
estamos.
Como dice en una parte de la obra, “las
generalizaciones, como son como las mentiras”, nos nublan la realidad que
viven muchos hombres.
“Llevan mucho tiempo tirándonos de todo. Nos han
tildado de que somos basura, pues les llegó su escuelita, ahora les toca a
ellas aguantar presión creada incluso por ellas mismas”, dice el personaje.
Jarque está curtido en
esas lides del teatro donde ha tenido una impresionante carrera sobre las
tablas puertorriqueñas. Egresado de la Escuela Libre de Música, donde se especializó
en piano y canto, este gran actor ha participado en más de 200 obras de teatro
y arte lírico en todos los géneros, según reza en su biografía en la Fundación
Nacional para la Cultura Popular.
Ha actuado en clásicos que van desde Otelo
hasta la Casa de Bernarda Alba y Jesucristo Superstar, entre muchas
otras. También ha incursionado en la producción y junto al grandioso
escritor Alexis Sebastián Méndez tuvieron una compañía que produjo el éxito de taquilla
“De-Generación 80”. La pieza, que se mantuvo en cartelera por más de un
año, recorrió diversos escenarios del país y tuvo una exitosa secuela en 2007
titulada “De-Generación ’80 y pico”. Jarque también ha
incursionado en el cine en producciones en Puerto Rico, los Estados Unidos y en
películas chilenas.
Jarque encarna y
representa a esos actores puertorriqueños que lo dan todo en el teatro y la
verdad es que los artistas puertorriqueños son grandes. Puerto Rico tiene una
historia teatral importante que merece ser contada, que merece ser reseñada y
que debería aparecer en las primeras planas en todos los periódicos del país o ser
lo que encabece las noticias en la televisión. Si en vez de estar viendo
noticias de política y muertes, los medios en Puerto Rico le prestaran más
atención a ese talento inmenso de los actores y actrices puertorriqueñas, y
como ellos nos dan sus vidas en cada puesta en escena, quizás tendríamos un
mejor país.
Artistas como Jarque o
como Ramos Perea, nos recuerdan que otro país es posible. Nos dejan ver que hay
muchos que transitan por carriles de la grandeza. Que el compromiso con el
pueblo es inquebrantable y les dedican su vida al arte porque eso es lo que
llena el espíritu, y más que nada, nos hace reír. Algo que tanto se necesita.
En esta presentación unipersonal donde cambian
los papeles entre hombres y mujeres, Joaquín Jarque es excepcional.
¿Qué nosotros somos
unos qué? se presenta esta noche en de Bellas Artes en Caguas, pero estará en
otros teatros. El 23 de marzo se presentará en Punto Fijo del Centro de Bellas
Artes de Santurce. Luego sube a escena en el teatro José Monrouzeau en Hatillo;
El 1ro de junio en el teatro América en Vega Baja y el 22 de junio en el teatro
Ideal en Yauco. Todos son a las 8:00 de la noche.
No comments:
Post a Comment