Periodista independiente en Puerto Rico

Wednesday, November 17, 2010

La ASPPRO critica a periodistas que hacen anuncios

Lenín, y a los amigos de la Junta de Directores de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO):!GRACIAS!

Por fin, más de 13 años más tarde, me siento reinvindicada con la declaración que acaban de emitir criticando a los periodistas que hacen anuncios comerciales.

Lenín, quiero decirte que yo le había pedido a la junta de la Asociación en al menos 8 ocasiones, luego al Overseas Press Club y a la Asociación de Fotoperiodistas que se expresaran sobre esa práctica. Ninguna organización me hizo caso. Ismaelito Fernández, mi compañero fotoperiodista en ese momento, me dijo que no le hiciera caso al tema, pero yo estaba totalmente indignada porque entendía que ese tipo de acción iba en menosprecio de la clase completa.


¿Cómo era posible que la prensa pretendiera fiscalizar a un gobiero corrupto sin mirar los errores y las corrupciones internas nuestras? Me preguntaba, ¿con qué fuerza moral un reportero podrá hacer una nota o reportaje sobre alguna empresa o alguna acción determinada de una empresa a la que endosó, a la que le prestó su imagen?

Estaba indignada porque eran cada vez más.




Mi única opción fue publicar una columna que salió un Día del Periodista en una sección que ya no existe de El Nuevo Día, Perspectiva. Eso fue en el año 1997.




El título de la columna era "Reflexiones sobre la ética periodística" y la comencé con este "lead":




¿Qué es ser periodista?: A) Salir posando en traje de novia o e traje de baño en las revistas de farándula, B) Decir "Me siento bien emocionado de pertenecer a la clase artísitica puertorriqueña como dijo un hombre ancla de un noticiero (del 6 en ese momento), C)"Tome los jugos X, hechos con lo mejor del planeta", como anuncian en la radio. D) Endosar a una aseguradora en la que trabaja mi esposo. E) Ninguna de las anteriores.



También mencioné entre otras cosas, que el periodista JAMÁS debe aspirar a ser el "hombre o la mujer noticia" ya que la noticia es lo que se reporta o informa. El periodista no es la noticia. Demás está decir que me cayeron chinches.



Para mi sorpresa, al ver la columna publicada y que tuvo tanta discusión en la radio, la ASPPRO, o algunos de sus miembros y de la Junta, optaron por finalmente hacer un foro, pero no para discutir el tema de los periodistas haciendo anuncios comerciales, sino para criticarme a mi por haber osado decirlo públicamente.



Recuerdo que al asistir al foro con mi entonces esposo en la Casa del Periodista me sentí ante un paredón de fusilamiento. Humillada y vilipendiada por los mismos compañeros que se jactaban de ser éticos. Hubo hasta quien me miró mal y otra que me dijo "los platos sucios se lavan en casa" porque se sintió aludida ya que en mi escrito, aunque no puse nombres, eran bien fáciles de identificar los implicados.



Confieso que ese día sufrí una de la más grandes decepciones con el ejercicio del periodismo en Puerto Rico o más bien, con la forma en que los gremios o personas en los gremios y en la profesión, querían controlar.



Sin embargo, en vez de criticar por criticar, decidí tomar acción, luchar por la clase periodistica desde adentro. No lo hice en la ASPPRO porque de verdad que no me salió bregar con eso. Aunque me lo pidieron muchos, en vez de activarme en la junta de la ASPPRO ahí fue que aspiré y busqué la presidencia del Overseas Press Club (OPC), puesto que dirigí por 2 años (1999 y 2000). Sé que siempre ha existido la imagen de que en el OPC aceptan relacionistas y oficiales de prensa del gobierno, pero en la ASPPRO pasa igual y hasta con oficiales de la prensa de sindicatos y otros grupos. Sin embargo, entendí que podía hacer una labor y a mucha honra pienso que hice una grandefensa de la ética y del periodismo en esos años, como consta en los récords públicos, que, irónicamente, han querido borrar con el paso del tiempo, entre éstos: el Primer Informe sobre Agresiones a Periodistas, Informes del Comité de Ética, comparencias ante la Legislatura y los tribunales, y la demanda que se incoó y se ganó para impedir que un periodista fue acusado criminalmente por difamación, entre otros.



Lo único que no pude hacer en el OPC fue enmendar el Código de Ética, porque no me dio el tiempo. Pero dejé a la organización con un fondo de $120,000.00 (de $3,000 con la que la habíamos cogido en el 199, María Judith Luciano en la presidencia, Nilsa Pietri comoVP y yo como tesorera). Le dejé una oficina, un reglamento nuevo de premios, diseÑo de premios y otras cosas.



En ese momento fue que se fundó el Centro para la Libertad de Prensa, entidad en la que estuve en la Junta original a pesar de que critiqué el hecho de que era un organismo fundado por un mismo medio noticioso, como consta en las minutas de las reuniones.



En todos esos años también me mantuve activa y pagando mis cuotas en la ASPPRO. Entiendo que posteriormente hubo una revisión al Código de Ética de la ASPPRO, creo que Mila Acevedo dirigió esos esfuerzos con Jesús Dávila, si no me equivoco. Se atendió el tema de los periodistas que prestan su imagen para endosar productos. Me alegró que se hiciera.



Pero la práctica sigue, desgraciadamente.



Cuando dejé el periodismo activo lo hice con el orgullo de haber tenido una práctica ética y sin irme a trabajar para políticos, partidos políticos o gobiernos algunos. Me fui en parte, porque el destino me tenía deparado ser madre de una niña con necesidades especiales, pero también por la frustación con la manera en que se ejercía el periodismo, con el medio y porque quería más retos profesionales. Me fui sin un centavo, y sin clientes, a vivir de los ahorros que no tenía.



Ahora que llevo ya 6 años en "el lado oscuro" o soy una "traidora" como me han dicho en la cara otros ex colegas periodistas, ya que estoy en las relaciones públicas, también condeno que algunos "pseudo relacionistas", relacionistas y publicistas se aprovechen de la vulnerabilidad ética, falta de espina dorsal y hasta integridad de ciertos miembros de la prensa para sacar provecho de sus imágenes al respaldar productos comerciales.



Ya es hora de que también se denuncien estas prácticas de los relacionistas. En parte, esto (y el que algunos relacionistas en lugar de facilitar lo que hacen es entorpecer la labor de la prensa, como yo pude experimentar muchas veces) son algunas de las razones para que tampoco haya credibilidad hacia este sector. Y en ese sentido, los que tratamos de hacer un trabajo serio, ético y de respeto, también nos afectamos de los mediocres, inescrupulosos y antiéticos que abundan por ahí.



Debo aclarar, sin embargo, que en todos estos años he tratado de mantenerme al margen de los gremios periodísticos, solamente colaborando cuando me llaman a ser miembro de un jurado o cosas por el estilo. No voy a asambleas ni reuniones porque no creo que sea propio, si no soy periodista activa (aunque sí de vocación de vida).



Por eso es que Lenín y a los amigos de la Junta de la ASPPRO, les agradezco que por fin hayan asumido esta postura que entiendo que es la primera vez que se hace con esta vehemencia. Ojalá que los periodistas se den cuenta de su error o que sus medios los llamen a capítulo porque sinceramente esto perjudica a todos y sigue minando la maltrecha credibilidad de sectores en la prensa.



Un abrazo,



Sandra D. Rodríguez Cotto
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