La crisis existencial del periodismo —marcada por el ahogo económico, la impunidad y la desinformación— ha obligado a las organizaciones mundiales a convertirse en la primera y última línea de defensa. Esta es la crónica de su resistencia, desde la presión política en el terreno hasta la batalla legal contra el silencio.
En un escenario donde nueve de cada diez asesinatos de periodistas quedan impunes, la defensa del periodismo independiente se hace urgente y prioritaria en todo el mundo. Esto ha recaído principalmente en dos gigantes: la UNESCO, enfocada en el marco legal contra la impunidad, y Reporteros Sin Fronteras (RSF), que opera en la presión política y la asistencia directa.
UNESCO: El
Marco global contra la impunidad
La
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO) lidera el Plan de Acción
de la ONU sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad.
Su objetivo no es menor: movilizar a los Estados Miembros para revertir la
estadística más aterradora de la profesión. Las acciones de la UNESCO se centran en tres ejes
clave:
- Lucha legal
y capacitación: La
UNESCO imparte cursos a jueces, fiscales y fuerzas del orden, para cambiar la forma
en que el sistema legal maneja los crímenes contra la prensa.
- Asistencia
de Emergencia: Proporciona
ayuda técnica, legal y psicológica a periodistas en peligro o en zonas
críticas e interviene en cientos de casos legales de persecución alrededor
del mundo.
- Monitoreo
y conciencia: Mantiene
el Observatorio de Periodistas Asesinados y publica informes y exige rendición
de cuentas. Además, ha tomado la delantera promoviendo el diálogo
internacional sobre el impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en la
integridad de la información, buscando una mejor gobernanza de las
plataformas digitales.
RSF: Presión directa
y exilio asistido
Reporteros Sin Fronteras (RSF) se distingue por
su acción directa, y
el martillo de su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa (incluyendo la
edición
de 2025).
Este índice, que evalúa a 180 países, es una palanca crucial para forzar
cambios en la agenda política global. RSF enfoca sus recursos en:
- Asistencia
y exilio: A
través de iniciativas como #EspacioSeguroRSF, brinda apoyo legal,
financiero y logístico a periodistas que se han visto forzados al exilio
debido a amenazas y persecuciones en sus países. Cuentan con equipos de
respuesta rápida para emergencias en el terreno.
- Lucha contra el "estrangulamiento económico": Han identificado la crisis financiera de los medios como la principal amenaza. RSF exige modelos de negocio sostenibles para contrarrestar la hegemonía digital que desvía la inversión publicitaria, asfixiando a los medios.
- Operaciones
en Conflicto: Despliegan
esfuerzos directos en zonas de conflicto como Ucrania o Gaza, asegurando
la provisión de equipos de protección y seguridad para los profesionales.
La Batalla Regional: El Caribe y Puerto Rico
Mientras el frente global lucha
contra la impunidad y el colapso económico, el Caribe se concentra en la
defensa interna, enfocándose en la reforma legal y el blindaje de la sociedad.
La prioridad caribeña: derogar el castigo
Las
organizaciones regionales no se centran en complejas leyes de responsabilidad
digital, sino en una lucha más elemental y urgente: la derogación
de las leyes penales de difamación. Estas leyes, históricamente usadas para
encarcelar o multar, son la herramienta más eficaz para el efecto
paralizador sobre el periodismo de investigación.
Las claves del Caribe son:
1. Alfabetización Mediática (Media literacy o MIL): Integración en currículos escolares
para enseñar a la ciudadanía a discernir fuentes, verificar información y
entender los sesgos algorítmicos. El objetivo es que los ciudadanos aprendan a
discernir fuentes, verificar información y comprender los sesgos algorítmicos.
2. Verificación de datos: Proyectos específicos de fact-checking en
países como Jamaica, y Trinidad y Tobago, para contrarrestar la propagación de
rumores vía WhatsApp, crucial durante elecciones. Grupos de la sociedad civil
trabajan en la alerta temprana para monitorear el acoso en línea y las amenazas
directas contra periodistas.
3. Refuerzo legal: Impulso a Leyes de Acceso a la Información (FOI) para que la verdad oficial pueda contrarrestar la desinformación.
Puerto Rico: El asedio concentrado a la prensa
La
prensa en Puerto Rico es objeto de una presión económica y política
sin precedentes en su historia reciente. La merma en
publicidad, agravada por la recesión y los efectos de desastres naturales, ha
provocado la pérdida de más de 2,000 empleos en la última década, como documenta el libro “Para entender los medios de comunicación de Puerto Rico: El
periodismo en entornos coloniales y en tiempos de crisis” (2022). Una copia del
libro está disponible en La
Colección Puertorriqueña (Issuu).
Cooptación y Ataque Político
El panorama se complica con una proliferación de influencers en redes sociales que no solo compiten con el periodismo tradicional, sino que han sido cooptados por exfuncionarios, expolíticos y cabilderos. Estos actores se proyectan como "medios alternativos", pero su función primordial es confundir al pueblo, difundir desinformación y minar la credibilidad de los periodistas que investigan al poder.
Esta guerra digital se extiende a ataques directos de funcionarios del gobierno, quienes usan sus redes sociales para lanzar amenazas y usar lenguaje soez (como el presidente del Senado Thomas Rivera Schatz ) o intimidar a reporteros, desatando campañas de desinformación por parte de sus seguidores.
Bloqueo y persecución
La hostilidad se
manifiesta también a nivel institucional:
·
Bloqueo en La Fortaleza: Se impide el acceso de
periodistas independientes a ruedas de prensa, utilizando como pretexto la
necesidad de una credencial
de prensa
·
Campañas de destrucción de reputación: Se utilizan programas de propaganda
en radio y televisión, junto a equipos de trolls en redes sociales,
para realizar campañas concertadas de persecución y menoscabo reputacional.
Estas tácticas han sido detalladas en la reciente “Comunicación
Política en Puerto Rico: Primera antología de ensayos, investigaciones y
críticas” (2024).
La
respuesta unificada
Ante este asedio, la defensa se articula a través de
múltiples frentes. Aunque la proliferación de gremios de prensa – [Asociación de Periodistas de Puerto Rico,
el Overseas Press Club, la Asociación de Fotoperiodistas, y la Asociación de
Periodistas Independiente de Puerto Rico] – pueda
redundar en temas, todos cumplen la función esencial de denunciar
el asedio contra la libertad de prensa.
Organizaciones clave
como el Centro de Periodismo Investigativo, el Colegio de Abogados y Abogadas
de Puerto Rico, la American Civil Libertis Union (ACLU), PEN Internacional y Amnistía
Internacional, entre otras, se mantienen vigilantes, respondiendo a demandas judiciales
o a la aprobación de leyes que atentan contra el derecho constitucional a la
libertad de prensa y el derecho del pueblo a estar informado.
La última trinchera del periodismo
El periodismo ya
no está en crisis; está en guerra por su existencia.
La defensa de la verdad ha pasado
de ser una misión abstracta a un acto diario, visceral y peligroso de
resistencia. Las acciones de la UNESCO y RSF proveen el marco, pero son apenas
un vendaje.
La supervivencia de la profesión no reside en un nuevo código legal o un algoritmo milagroso, sino en un compromiso innegociable de la sociedad civil y los Estados para garantizar tres pilares: seguridad, sostenibilidad económica y, sobre todo, la veracidad de la información.
Si el periodismo sucumbe a la
impunidad y al estrangulamiento económico, el resultado no será un mercado de
noticias diferente, sino un ecosistema donde la única "información"
disponible será la que el poder quiere que creas. Estamos presenciando el lento
asesinato de la vigilancia democrática, y la única respuesta posible es
multiplicar las redes de defensa civil y periodística, convirtiendo cada
noticia verificada en un acto de rebelión cívica.


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