Periodista independiente en Puerto Rico

Saturday, June 7, 2025

Reseña del concierto de Rauw Alejandro

El reconocido arquitecto, escritor y artista Miguel Rodríguez Casellas se adentra a hacer un análisis honesto de los que pocos se atreven a decir sobre el concierto de ancohe de Rauw Alejandro en el Coliseo de Puerto Rico. Por invitación

Rauw Alejandro en el concierto "Cosa Nuestra"  Puerto Rico (Foto página Rauw Alejandro redes sociales)

En Blanco y Negro con Sandra publica esta reseña y  análisis que hace Miguel Rodríguez Casellas sobre el concierto de Rauw Alejandro en el Coliseo de Puerto Rico anoche. Se publica  por invitación en este medio, por su pertinencia, claridad y honestidad tan necesarias en este país.

Miguel Rodríguez Casellas

Talentoso y guapo el Rauw Alejandro. Baila con gracia traviesa. Su música no es para mí, salvó cuando se salió del repertorio reguetonero. Su momento de salsa fue majestuoso. El diseño de producción de “Cosa Nuestra” me la pela, una serie de lugares comunes de Chicago, el musical, Burlesque, la peli bien mala, y maleanteo de Dick Tracy, hibridizado con campaña promocional charra del destino “Puerto Rico”, una pizca de West Side Story, y un reguero de referencias que gritaban 1920, pero luego leo que a los nenes de la audiencia le dijeron que vinieran vestidos de 1960.

Llevo un tiempo acostumbrado al arroz con culo de referencias con los que estos nenes que eran audiencia ayer enfrentan la historia. Son analfabetas de la historia de la moda. Los buenos, al menos mezclaban bien, los malos se vistieron de Teen Talent Show, y los bien bien malos se enjorquetaron el traje del prom.

La audiencia era mucho más joven que en otros conciertos, particularmente si lo comparo con el último de Bad Ass Bunny.

Lo peor de la noche es la narrativa de amor heteronormativo, de si me quieres, no me quieres, con un dramón de las etapas del amor, y una bailarina haciendo de prop de pareja to be, seguido del rompimiento y redención con clichés de film noir charramente hilvanados por un narrador que yo quería ver caer al vacío por lo inmamable.

Rauw tiene carisma para regalar. Su mejor momento es él con la cortina bien chula que parecía un personaje en sí misma; sin coros, sin invitados especiales que no conozco ni me interesa conocer. El tipo pide a gritos un repertorio más moderno y arriesgado, que meta retro en soul, rock y hasta jazz, pues lo puedo ver cantando jazz.

La ropa retro lo convierte en un tío de vellonera, viejo, y con eso me bajó el moco. Es chiquito y compacto, con un juego de piernas de boxeador, y un torso saludablemente tonificado, para nada hipertrófico. Su rostro tiene una angularidad que pide “cine”, y su timbre de voz es seductor porque proyecta dulzura aparte de la virilidad de gallo búlico.

Si había una crisis de los misiles en su entrepierna, como alegan, no se notó, o le pusieron un jock strap deportivo que se encargó de disimular el equipaje.

Que me llamen para pensar su carrera, particularmente la construcción visual de su persona, dentro y fuera de stage; y el stage mismo, el diseño de imagen en sus distintas plataformas.

Los editoriales de moda que le he visto, y su manera de vestir por ahí, tienen potencial, pero el que pensó este reguero de ayer es charrote, y hace que un producto con posibilidad de alcance internacional aparezca estúpidamente folclorizado y regionalizado con una batería de lugares comunes y referencias trilladas.

Usted puede decir que no soy audiencia para él. Yo le voy a decir que entiendo el mercado joven, pero mucho más allá de las aguas empozadas en Puerto Rico, donde los jóvenes se montan en dos únicas tendencias, o quizá una sola, y se mueven de manera homogénea con poca o mínima capacidad de auto expresión.

Aplaudo el que Rauw apoyara La Alianza y que su discurso político se aleje de la mojónvisión de Miami. Pero a nivel visual, detecté la presencia de ese latinoamericanismo charro y derechoso que tiene campamento permanente en Miami.

Raulito, limpia ese equipo de producción: te mereces mucho más.

###

Miguel Rodríguez Casellas es un polifacético artista y creador, además de ser una de las voces más honestas e intelectualmente privilegiadas en los medios de comunicación en Puerto Rico. Graduado de la Universidad de Princeton, se destacó en los diseños de muchas obras públicas en Puerto Rico, donde entre sus múltiples logros está el haber dirigido el Proyecto de Arte Público (2001-2005), y fue profesor y decano de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica (2006-2010). Fue, además, profesor de la University of Technology en Sídney, Australia (2015-2022) y colaboró en varios colectivos de arte y teatro. Además, ha sido columnista en El Nuevo Día, fue uno de los libretistas en WIPR del programa de televisión “Casi casi familia” y analista radial en WPAB 550 AM Ponce y ECO 93.1FM.

Tengo el honor de conocer a Miguel hace décadas. Lo admiro profundamente por su inteligencia, mordacidad y claridad de pensamiento. Aprendo mucho de él, lo respeto y lo considero un amigo. / SRC

 

No comments:

Post a Comment